GLORIA MARTÍNEZ GONZÁLEZ | Fotografías: web Anna Surinyach | Fotografías expo Valladolid: Gloria Martínez
Cuántos de nosotros hemos soñado alguna vez con teletransportarnos a la otra punta del mundo con un simple cerrar de ojos. Disfrutar de las playas de Punta Cana, recorrer las calles de Nueva York, pasear en camello por el Sahara o embobarnos con las puestas de sol de Dubái. Cuántas veces hemos mirado ofertas de billetes de avión o comprado un libro para viajar desde el salón de nuestra casa. Cuántas veces hemos juntado la calderilla de la semana y nos hemos dicho a nosotros mismos: ‘esto, para ese viaje del que tengo tantas ganas’.
Con tan solo 31 años, Anna Surinyach ha viajado por más de 16 países de todo el mundo con su compañera más fiel: una cámara. Ha convertido de su afición su profesión, y ha mostrado con sus fotografías la cara de esa moneda que no todos quieren ver: las consecuencias de la guerra en los ojos de un niño, la mirada de esos padres que no tienen dónde ir, la sensación de alivio de esos refugiados cuando pisan tierra firme o la falta de higiene que rodea a toda esa gente que no tiene un techo para cobijarse.
Anna ha estudiado Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona aunque no lo decidió hasta el último momento. “Mis padres son médicos y desde pequeña tenía en mente estudiar medicina; pero cuando estaba haciendo la preinscripción a la universidad me pregunté: ‘¿realmente quieres ser médico?’ y me di cuenta de que no. Yo lo que quería era viajar, hacer fotos y conocer de primera mano lo que me contaban los medios de comunicación”. Cuando terminó la carrera, Anna decidió estudiar fotografía. “Tenía claro que mi manera de contar las cosas era a través de la imagen”, explica.
«Si realmente quieres dedicarte a contar historias hay mil fórmulas para encontrar la manera, no sirve de nada lamentarse y decir que todo es una mierda»
La fotoperiodista barcelonesa ha trabajo en múltiples sitios como la Asociación Producciones Callejeras, en la Universidad Politécnica de Cataluña o en Médicos sin Fronteras donde ha estado 8 años: “empecé como becaria y luego formé parte del servicio audiovisual de la organización”. Actualmente es una fotoperiodista freelance además de editora gráfica de la revista 5W de la que también es fundadora con otras 8 personas más. “La revista 5 W es nuestra manera de intentar hacer el periodismo en el que creemos”. 5W saca un tema a la semana en su página web además de crónicas de todo el mundo con fotografías de gran calidad. La revista apuesta por la narración y la imagen: “creo que eso es una de las cosas que nos diferencia de muchos de los medios de comunicación españoles”. Hace una semana escasa, 5W ha publicado su segundo número anual en papel: “Las reglas del mundo”. “Además también publicamos una vez al año una colección de libros que se llama ‘Voces 5W`donde en septiembre del año pasado lanzamos el primer número ‘Guerra de ayer y de hoy’, una conversación entre Mikel Ayestarán y Ramón Lobo. En septiembre de este año lanzaremos el segundo número”.
Pero por si esto fuese poco, Anna suma cada vez más y más proyectos. “Este año he empezado un proyecto que me llevará, si todo va bien y encuentro el dinero para hacerlo, a Colombia, Sudán del Sur y Holanda”. Esta idea, que financiará por sí misma, se centrará en el parto natural en el mundo. “Reflejaré cómo es la sociedad de cada uno de estos países mostrando los factores que llevan a una mujer a optar por el parto natural”.
Además, actualmente Anna está sumergida en un proyecto con Médicos Sin Fronteras llamado “Seguir con Vida”, en el que a través de las fotografías se muestran los movimientos de población sirios en cuatro etapas: la espera, el riesgo, la ruta y la frontera. Esta exposición es itinerante y ya se ha mostrado en Barcelona, Madrid, Málaga y Bilbao. Ha estado en Valladolid hasta el pasado martes 28 de febrero en el claustro de la Iglesia de San Benito. Además, las fotografías de Anna pasarán fronteras, ya que este año también se va a hacer una exposición en Uruguay.
La fotoperiodista afirma que su profesión no está bien remunerada ni suficientemente reconocida en España. “Aunque hay excepciones, muchos de los medios de comunicación de nuestro país no utilizan la fotografía para informar, sino para rellenar espacios en papel y para acompañar el texto en la web. La fotografía debe ser algo que sume al texto, que cuente historias por sí misma, nunca se debe utilizar solamente para rellenar vacíos”. Surinyach asegura que en su profesión prácticamente se pasa el mismo tiempo buscando la manera de poder ir a los sitios a contar historias que estando en los propios lugares. “Debemos inventar mil fórmulas para encontrar el dinero necesario para poder hacer nuestro trabajo”.
«Tenemos que encontrar la manera de hacer periodismo en la época que nos ha tocado»
Viajar te ofrece nuevos puntos de vista y te abre la mente de una forma especial. Para Anna su profesión le muestra otra manera de ver el mundo. “Mi mayor aprendizaje es pasar tiempo con la gente, tener el privilegio de que te abran las puertas de sus casas y que puedas estar con ellos, convivir con ellos y conocer su mundo. Cuando estaba durmiendo en sus casas, comiendo, cenando, jugando con sus nietos y teniendo el privilegio de ver cómo trabajaban con las mujeres embarazadas, sentía que esto es realmente lo que quiero hacer”.
El fotoperiodismo acerca la realidad al mundo, por muy cruda que sea. Objetivos fotográficos como los de Anna nos permiten transportarnos a lugares recónditos del mundo y poner atención en lo efímero; nunca hay dos instantes iguales. “Se tiene que trabajar duro, los inicios siempre son complicados, pero esto es una carrera a fondo. Si realmente quieres dedicarte a contar historias hay mil fórmulas para encontrar la manera, no sirve de nada lamentarse y decir que todo es una mierda. Tenemos que encontrar la manera de hacer periodismo en la época que nos ha tocado”.
