Lucía Merchán Álvarez  |  Fotografía: Lucía Merchán Álvarez

Cada experiencia en el extranjero es única, pero un Erasmus es inolvidable. Aquellos estudiantes que lo hayan probado saben lo que implica esta vivencia. Distinto ambiente, nuevos amigos, excursiones, jornadas de iniciación y programas de integración social de la ESN son algunos de los recuerdos que pasan por la cabeza de Jacqueline Sion al mencionar la ciudad de Turín. Y es que, en 2016-2017, durante su tercer año de carrera, la periodista asturiana realizó una movilidad a Italia, a su “segunda casa”, como la denomina cariñosamente.

Con las mismas ilusiones las estudiantes de periodismo Sara Duque, Laura Soria, Alba Mieres y Noelia Sanz decidieron emprender su aventura en Turín, Toulouse y Lodz, respectivamente. Pero, desafortunadamente, el impacto del COVID-19 propició un giro de 360 grados en su historia. Pues, la pandemia que asola al mundo ha influido en todos los sectores y el de la educación no ha sido una excepción.

El comienzo de la pandemia sorprendió a los universitarios que estaban de movilidad durante el segundo cuatrimestre del curso anterior. Muchos de ellos, tuvieron que regresar de sus destinos seleccionados por el impedimento de proseguir allí con sus estudios, como es el caso de Sara Duque y Laura Soria. “Teníamos a la UVa muy pendientes de nosotras y cuando nos afirmaron el cierre de la frontera no dudamos en volver a España” cuenta Sara Duque.

“El primer cuatrimestre fue genial, tal y como esperaba. Pero en el segundo, la cosa cambió. Estoy un poco disgustada de no haber podido aprovecharlo al 100%” añade Laura Soria. Además, la alumna no solo retornó a su casa en Toledo, si no que también a sus estudios online en la Universidad de Valladolid. “Lo medité como la opción más factible. Si me volvía a casa sería más fácil realizar los estudios de España que de Italia, a pesar de que el curso ya estaba empezado. Por suerte, saqué todo adelante” concluye.

 

Por otro lado, Alba Mieres decidió asumir el riesgo de quedarse en Francia hasta haber terminado el curso. “Lo cierto es que no lo pensé muy bien, fue todo muy rápido, un día estábamos programando un viaje para Semana Santa y de la noche a la mañana nos encontramos encerrados en el piso” comenta. “De todas formas, no me arrepiento, creo que escogí la mejor opción; es más tentador confinarme con amigos”. “Cambiamos el viaje turístico a una ruta más casera `salón-cocina-baño´” añade.

Al igual que Alba, Noelia Sanz tampoco pudo resistirse en permanecer en Polonia hasta el final. Además, aclara que: “La situación aquí estaba más controlada”. Aunque, aún así la imposición de medidas de seguridad era innegable. “Las noches largas y desmedidas pasaron a tener un toque de queda” afirma. No obstante, esta situación no le quitó su motivación de ampliar fronteras y potenciar su crecimiento. “El tema me preocupaba, pero la experiencia del primer cuatrimestre y la incertidumbre de lo que podría haber sido el segundo solo fomentaban más mis ganas de volver a intentarlo un año más” admite.

Y no se equivocó. Su apuesta por una segunda movilidad, esta vez nacional, satisfizo las ganas de viajar que perduraron durante su estancia anterior. Afirma que “A pesar de tener restricciones, seguimos haciendo las mismas cosas de siempre y la experiencia está siendo increíble, vivimos todo muy intensamente y aquí un día es como una semana”. Reconoce que cuando le aceptaron en el programa tenía dudas. “Al final me dije a mí misma: `si me apunté de nuevo, era para vivir lo que no pude´ y me convencí” relata.

Sin embargo, Noelia alega que añora las visitas de amigos y familiares “Me hubiera gustado enseñar la ciudad a mi familia y amigos o ir a otros sitios con ellos”. No obstante, asegura que ya iba mentalizada para vivir la experiencia de una manera diferente y atípica, aunque enriquecedora de igual forma. “Lo cierto, es que ya venía concienciada e incluso me ha sorprendido para bien con el levantamiento de algunas restricciones”.

 

“Creo que mi Seneca se puede empezar a comparar con una normal. Asimismo, viendo como está mejorando la pandemia solicitaría una nueva escapada para el curso que viene si no estuviera en cuarto ya. Por ello, animo a dar el paso a aquellas personas que se lo están replanteando”.

Habrá que ver como evoluciona la situación, pero ante los cambios que comienza a mostrar la enfermedad y la disminución de los casos es más probable que las universidades vuelvan a preparar sus programas desde una perspectiva menos rigurosa. De darse esta ocasión, la llegada de estudiantes internacionales y su correspondiente reintegración en los diferentes cursos favorecerán a esa ansiada vuelta a la normalidad. Todavía hay mucha incertidumbre sobre los Erasmus venideros, pero lo que está claro es que este no se para, sigue adelante y la clave para ello es la flexibilidad.