Miguel Li Fernández
Otro año más, y ya van siete. Suecia es la campeona del certamen musical más visto (200 millones de espectadores) en el cual no han faltado guiños a Ucrania desde el minuto uno hasta el tradicional traspaso del micrófono de cristal a Loreen, sí, la también ganadora de 2012 con Euphoria. Esto en una edición cuyo lema era: Unidos por la música; contraviniendo los deseos de Zelenski de dar un discurso.
Este año no ha defraudado para ‘desgracia’ de Blanca Paloma, que al final quedó en 17ª posición y con cinco puntos del público. Por debajo de la propuesta alemana que, con el total de puntos, quedó en última posición sin romper la racha desde de 2018 que los deja en última o penúltima posición.
Pero antes de analizar el final de Eurovisión 2023 retrocedamos al inicio del evento.
Eran las nueve de la noche cuando empezó la tradicional entradilla de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) con la que comienzan las galas eurovisivas. Lo primero de todo, las siglas de la organizadora (BBC) y un café para empezar la jornada en Kiev, la de Kalush Orquestra con el característico gorro de Oleh Psyuk a la cabeza de la escena. Toda su banda se reunió una vez más en el contexto de la guerra para grabar la introducción de la gala, con el permiso oficioso y figurado del gobierno de Zelenski debido a que hombres como ellos están siendo enviados al frente.
El escenario de presentación pudo ser poco mejorable y difícilmente superable que el metro de Kiev, lugar donde se cobijaron miles de personas en los bombardeos y donde la vida se produjo bajo tierra, y en vez pájaros se escuchaban estallidos; excepto los detalles de paz en exterior del metro incluyendo los colores nacionales. Esos mismos vagones son el elemento vertebrador de las vías de comunicación nacional e internacional.
Se reunieron y empezaron a tocar la canción que les llevó a la victoria: Stephania, una canción pop ucraniano. La canción es un símbolo más de la guerra y fue el conducto que les permitió ganar la edición del año pasado tras una votación poco sorprendente ya que la guerra unificó los votos en forma de mensaje. Cómo quien diría ‘geopolítica popular’.
Una versión de la canción extendida en el cual se pudo ver a Kate Middleton (mujer del príncipe Guillermo de Inglaterra) tocando el piano; el segundo finalista (Reino Unido) tocando en medio de un campanario de una basílica de arquitectura [eclesiástica] ortodoxa de Ucrania. No faltó la mezcla de los dos idiomas ni la vestimenta tradicional. Una vez llegados al escenario hubo otro guiño a las babushkas, abuelas y matriarcas que cuidan de las casas, también durante las guerras, y a quienes está dedicada precisamente la canción.
Nada más empezar la primera parte del pase de banderas, se escucharon canciones que representaron a Ucrania en ediciones pasadas, entre ellas, la ganadora de la anterior edición con la canción 1944, una canción que trata la deportación de los tártaros por parte de la URSS en la década de 1940.
Los maestros de ceremonia volvieron a ser cuatro, como de costumbre. Pero cabe destacar la procedencia de una de estas presentadoras, Ucrania. También destacó el tradicional comentarista eurovisivo de Reino Unido, Graham Norton.
Durante la presentación de las canciones y los participantes se hizo otro guiño a Ucrania. En esta ocasión fue a través de los videos de presentación que mostraban tres escenarios con el mismo significado de Ucrania, Reino Unido y el país de origen de cada representante. Entre los monumentos ucranianos se pudo ver la Plaza de la Independencia o regiones que han sido desmilitarizadas. Nuestro leitmotiv fueron los teatros entre ellos, el de Sagunto.
Una vez hecha las presentaciones, en octava posición actuó Blanca Paloma con su canción ‘Eaea’. La interpretación no sufrió muchos cambios respecto a la que le dio la oportunidad, allá por enero en el Benidorm Fest. Una canción a modo de nana que según la interprete le recordaba a las canciones de cuna que le cantaba ‘su yaya’. A cualquiera diría que recuerda a ‘Hijo de la luna’ de Mecano o ‘el romance lorquiano de la luna, luna’ . Una propuesta que no obtuvo los doce puntos de ninguno de los jurados (por mucho griterío de un espectador) a pesar de mucho ‘eaea’ al igual que mucha luz con simbolismo lumínico y escénico el cual no necesita lengua verbal alguna si se conoce previamente de que va la canción.
La propuesta española iba al margen del inglés como fue el caso de Albania, Italia o Francia o la llamativa actuación de Croacia. Cada uno con su toque casero. Y fue Italia, una de las favoritas, la que quedo dentro del top cinco; un cantante solista hablando sobre el amor y con una voz que no pocas discográficas se rifarían por ella.
En novena posición, justo después de España, fue el turno de la actuación que partía como favorita ‘Tatto’ de Loreen. Una interpretación que dejó sin aliento a la cantante y buena prueba de ello fue que casi no era capaz de decir ‘Thank you Europe’ y la potencia vocal. Toda una actuación magistral y sorprendente.
https://www.youtube.com/watch?v=BE2Fj0W4jP4
Uno de los detalles a sumar en este primera parte de actuaciones sería el piano ‘mágico’ de Estonia . Pero esa tranquilidad fue volatilizada a continuación por el ‘Cha cha cha’ de Finlandia, y no es una calificativo, que cumplió al pie de la letra con las apuestas gracias a una actuación sobre todo puro espectáculo.
Los guiños a Ucrania siguieron con los invitados, que ganaron ediciones anteriores. La primera interpretación fue de ‘Imagine’ de John Lennon por parte de Mahmood (Italia), la canción escrita por la paz y emitida (en todas las radios de la UER) para la paz de Ucrania. A la actuación anterior hay que sumarte la de Netta (Israel), Dadi Freyr (Islandia), Cornelia Jakobs (Suecia), Sonia (R.U 1993); Duncan Laurence (Países Bajos) fue el último de esta lista que dio la guinda al pastel con la mítica canción del Club de fútbol local (Liverpool): ‘You’ll never walk alone’; con un tramo con una actuación coral.
En conclusión de esta edición de Eurovisión se puede sacar que Israel quedó tercera con el permiso de Italia que quedó en cuarta posición por un punto de diferencia entre las dos hasta el último momento en el televoto. Blanca Paloma y su equipo se iban de la ciudad de Liverpool 17º con cinco puntos del público frente a los 95 puntos del jurado profesional que la otorgaron una 9ª posición. Este resultado ha llevado a muchos eurofans ha preguntarse lo siguiente ¿inglés, si o no?
Al Benidorm Fest le quedan muchas horas de televisión por delante y seguiremos soñando con una actuación con el resultado de Chanel: ironías de la vida que la candidata más divisoria en años fue la más unitaria en Europa.