PAULA REBOLLO ANDRADE | Fotografía: Paula Rebollo |
Gloria Fuertes aparece cuando somos pequeños, especialmente a través de sus libros infantiles o de su aparición en el programa de TVE Un globo, dos globos, tres globos. Sin embargo, pasará mucho tiempo hasta que conozcamos a la verdadera Gloria… si es que en algún momento llegamos a hacerlo. La imagen que nos han inculcado de ella los medios de comunicación nos sigue ocultando su poesía para adultos y su apabullante resistencia en una realidad histórica complicada.
Afortunadamente, desde la editorial Blackie Books saben que no se la puede describir en una sola etiqueta. Por ello, se han propuesto ampliar esta visión con varios títulos entre los que se halla El libro de Gloria Fuertes (2017). La selección a cargo de Jorge de Cascante quiere empezar a hacer justicia, a que se valore su poesía adulta, para lo que se constituye como una original propuesta: una “Antología de poemas y vida”. Al tiempo que los versos de Gloria nos abrazan, los episodios de su biografía y las imágenes que la ilustran nos permiten entender qué hay detrás de cada composición literaria.
Porque hasta leer estas páginas, muchos ignorábamos que ella fue la impulsora de la primera Biblioteca Infantil Ambulante de España. O que en 1951 ya nos decía con sus actos lo pionera que sería siempre: fue cofundadora del grupo Versos con Faldas, que organizaba actividades poéticas exclusivamente para mujeres. Un detalle que muchos hombres, al parecer, no comprendieron, tratando de acceder a los recitales. O que obtuvo una Beca Fullbright para ejercer como profesora de literatura española en la Universidad Bucknell (Pennsylvania). O que sufrió la censura todavía en la TVE de 1980. O que legó toda su riqueza a un orfanato.
Pionera en feminismo, en la lucha LGTBIQ+, en animalismo, en pacifismo y hasta en hablar sobre salud mental: en su obra se aprecia la soledad que la aquejó durante largo tiempo y que se convirtió en depresión. Buena parte de esa situación se hizo presente tras la muerte de la directora del Instituto Nacional, Phyllis Turnbull, su gran amor.
En lo literario, Gloria es capaz de construir las asociaciones más originales que hayamos leído y que, a menudo, logra con poco esfuerzo. Uno de los rasgos principales de su escritura es esa sencillez que exprime para decir mucho con tan poco. No obstante, no se puede olvidar su firme compromiso social, con el pueblo. La poeta madrileña entendió perfectamente el valor de las letras para mejorar el entorno y acompañar a los que lo necesitan. Y es que Gloria nos llega a todos. Si no, yo no estaría llamándola solo Gloria.
Además, persigue su vocación de poeta (que no poetisa, término que rechazaba) por encima del desgarro de la Guerra Civil, que le arrebató su adolescencia y sus dos primeros novios, y de sobrevivir bajo la dictadura franquista. Ni siquiera el entorno familiar le fue muy propicio: “Y ahora le da por escribir, como si no tuviera bastante con leer”, se quejaba su madre.
Siempre he creído que la poesía está hecha de pensamientos y sensaciones tan personales que, al leerla, se tiene la sensación de conocer al autor. Tener en las manos los poemas de Gloria es acercarse a una persona que es, “en el buen sentido de la palabra,” buena, pero también experimentada, apasionada de la vida, entrañable… imposible de no querer. Se trata de una poeta que con sus actos y sus palabras tiene mucho papel en que hoy gocemos de un 8M.
Feliz Día de la Mujer, Gloria.