Iñaki Gabilondo: “Si tengo 25 años y me dicen que no tengo futuro, les estrangulo»

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ANDREA GUTIÉRREZ CORTINES  |  Fotografías: Ángela Cabestrero

No llegaban a cien los asientos de la sala en la que jóvenes estudiantes de periodismo, acompañados por contemporáneos del famoso periodista y locutor, esperaban impacientes el comienzo de la conferencia. Pero, más impacientes estaban las más de 200 personas que, a las puertas de ver a su ídolo, tuvieron que quedarse fuera.

Iñaki Gabilondo, conocido periodista polifacético, inició ayer el Ciclo Cronistas del Siglo XXI, organizado por la fundación Miguel Delibes. Este ciclo tiene como objetivo analizar los cambios que ha sufrido el periodismo desde sus orígenes hasta la actualidad, en una sociedad globalizada y dominada por la información que, según el periodista, en ocasiones no cumple con su función principal: informar.

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Decenas de personas aguardan la salida del periodista | Ángela Cabestrero

Angélica Tanarro, Jefa de Cultura de El Norte de Castilla, abrió la ponencia destacando la voz del conocido locutor, así como la credibilidad y respeto que el periodista se ha labrado tanto ante sus lectores como a sus compañeros de profesión. Acto seguido, comenzaron las preguntas. “Yo nunca quise ser otra cosa que una persona que trabaja en la radio”, afirmó Iñaki cuando le preguntaron sobre su vocación. Para el periodista, vivir de la radio es algo tan idílico como trabajar en un parque de atracciones. «Y yo quería vivir DisneyLand», apuntó, aunque el exdirector de televisión aseguró también que cuando terminó de estudiar periodismo no se podía informar, no al menos de la manera que él quería, con la verdad. Trece años después y con la llegada de la monarquía esto cambió. No obstante, Gabilondo reconoció que en ocasiones tenía ganas de tirar la toalla. “El periodismo esta encanallado en broncas internas”, razonó.

Además, aseguró a lo largo de la ponencia que el periodismo es presente, pasado y futuro. El locutor animó a los futuros periodistas y les aclaró que un buen profesional debe tener lucidez en lo que respecta al presente, sabiendo lo que ha costado llegar a ese punto y siendo como los arboles, mirando siempre arriba, al horizonte, dejando crecer tus hojas sin saltarte ninguno de los días que está de por medio. “Si tengo 25 y me dicen que no tengo futuro, les estrangulo” bromeaba, mientras insistía en el papel fundamental de las futuras generaciones en los medios de comunicación.

Los periodistas, o al menos así lo piensa el antiguo director de Hoy por Hoy, deben tener un compromiso social y la responsabilidad de jugar limpio. “El juego limpio consiste en decir al oyente que lo que voy a contar lo sé, que lo que voy a contar lo creo, que lo que voy a contar me parece”. Por su parte, el juego sucio consiste en alterar o mezclar la realidad, en no mostrar información que creemos como información que sabemos. «Trabajamos para otros», celebróya que, según el periodista, tanto los medios públicos como los privados están destinados a otros, clientes que día tras día escuchan, leen o ven los productos que éstos venden y ellos se merecen nada más que la verdad. Para conseguir  jugar limpio tan solo hay que cumplir «la regla de las 3 C´s: Conocer, confirmar y comprender». La información es una herramienta muy peligrosa, sobre todo en la actualidad. Desde la creación de las nuevas tecnologías la información viaja de una punta del mundo a otra en apenas segundos. Es aquí donde surge el problema del periodismo, ¿realmente son necesarios los periodistas cuando cualquiera puede informar? Iñaki Gabilondo tuvo clara su respuesta. Lo primero que escasea en las inundaciones es el agua potable, lo primero que escasea en un torbellino de informaciones es la veracidad. Por esta razón, los periodistas deben tener este tipo de compromisos. Estos cambios, que llegaron de repente, han sido  muy difíciles de ‘digerir’. «Me prepararon para un mundo y ahora vivo en otro, ahora lo único que puedes hacer es aprender o morir», comentó mientras aseguraba a los presentes que él era un gran fan del Ipad.

Los periodistas Iñaki Gabilondo y Angélica Tanarro en su conferencia | Ángela Cabestrero

En relación al peor momento de su carrera, Gabilondo destacó sus inicios como director de televisión. Eran las seis de la tarde de un 23 de febrero, el estaba en su despacho y desde sus monitores pudo ver en directo lo que solo los presentes vieron. «Lo vi cuando no sabía como iba a acabar» recordaba el locutor. «Baje a un plato que se abrió a la carrera, se iluminó de mala manera y yo me coloqué como pude […] mirando al fondo del plato por si se abría la puerta y en cualquier momento aparecían los soldados» dijo justo después de contar que les habían prohibido informar pero que él y su equipo, formado por cinco mujeres, lo habían hecho. «Estamos contigo» dijo el equipo al, en ese momento, presidente de la única televisión de España.

Pero, sin duda, hay un tema que tiene preocupado al periodista. El desfallecimiento de la democracia. «Es como si a todos los elementos que formaron la democracia se les hubieran acabado las pilas a la vez» , lamentó, y aseguró al público que la culpa de la situación era de todos y que la única manera de salir de esta gran crisis, en la que incluyó no solo a la economía sino que también a la sociedad, a los partidos, a la democracia y a los valores, era tener un reconstituyente. Necesitamos un proyecto conjunto, en el que estén involucrados todos los partidos. Animó a esto, insistiendo en la idea de que si pasó una vez, puede pasar otra, y los pactos de la Moncloa, fue un claro ejemplo de esto. Además insistió en el importante papel de los jóvenes que, en muchas ocasiones daban los resultados por ganados, como había ocurrido con el Brexit.

El periodista saluda a los asistentes después de su ponencia | Ángela Cabestrero

Finalmente llego el momento de los otros. «Después de una carrera tan larga, tan explendida, tan exitosa, donde ha logrado prácticamente todo en el mundo del periodismo, ¿qué ambiciones le quedan por conseguir?» pregunto alguien entre el público. El periodista cerró su visitar a Valladolid con una alabanza al periodista más curioso. «El gran motor de la vida es la curiosidad y yo quiero dedicar la curiosidad que tengo a escuchar a las personas que están trabajando al borde del futuro».