NOELIA LÓPEZ GÓMEZ | Fotografía: Carla Voces
Con más de 19 mil oyentes mensuales, JAM3S ha conseguido vivir profesionalmente de la música desde hace tres años. Estudió ADE, pero tuvo claro que la música ocuparía un lugar esencial en su vida. Por ello decidió lanzarse a la piscina y probar suerte en el mundo de la producción musical. Así consiguió grabar su tema más escuchado hasta ahora: «Detrás de la Wii», una colaboración con Besmaya. Hoy charlamos sobre este mundillo con este productor musical que lucha día tras día y al que le mueve algo esencial: la pasión por la música.
Pregunta: La música avanza a medida que avanza la sociedad. ¿Podrías explicarnos con tus palabras cuál es la función de un productor musical hoy en día?
Respuesta: La función actual ha evolucionado porque todo el mundo tiene un ordenador en casa y puede tener un DAW. Hay muchos artistas que se autoproducen. Tradicionalmente la figura del productor era una persona que servía de nexo entre el artista y el mercado. Pero también es una palabra polisémica. En concreto, en la música urbana normalmente es el que hace la base.
El tipo de dupla artista-productor en la música urbana es súper frecuente. Lo puso de moda Sky Rompiendo con J Balvin. Cuando hablas de un productor estás hablando de una persona que hace y crea música. Y luego también está el productor que guía al artista para que el producto esté en un mercado. Y también está el que simplemente tiene su DAW y hace que el tema mole.
P: Tú ya has conseguido vivir de la música. Basándonos en tu experiencia, ¿cómo consigue un productor vivir de la música actualmente?
R: Es muy complicado. La industria de la música es fastidiada. Sobre todo en España, que hay mucho colegueo y la música se puede piratear: vas a vivir de algo que la gente no está dispuesta a pagar. Fuera de España está más profesionalizado. Llevo ya en esto unos 10 años desde que empecé a trabajar dedicándole más horas. Y dedicándome a esto profesionalmente y siendo exclusivamente productor musical, además de dar clases, llevo 3 años. Antes lo compaginaba con trabajos a media jornada.
Hay que ser muy cabezota y hay que trabajar más horas que el resto de la gente. Cuando estás deseando que llegue el fin de semana para salir de fiesta hay que quedarse en casa y formarse de forma autodidacta con vídeos de YouTube o comprando algún curso de algún productor al que admires. Cuando haces eso durante muchos años y te marcas un objetivo, existe la posibilidad de que lo consigas, pero no es algo que esté asegurado. Ni yo mismo puedo asegurar que será para siempre. Sí que sé que siempre voy a producir porque es mi pasión.
Hay que trabajar mucho y hacerlo porque es tu pasión. He trabajado sin esperar algo a cambio y he conseguido mejorar. Luego ha llegado el momento en el que he ganado dinero y he podido hacerme autónomo. Yo estudié ADE y dejé un trabajo estable y en el que estaba a gusto para dar un impulso más a lo que me gusta. Ahí hay una parte de arriesgarte y a mí me ha salido bien. Entiendo que habrá a otra gente a la que no le saldrá bien.
P: Durante estos 10 años más o menos que llevas en la música habrás escuchado muchas opiniones acerca de la música actual. Hay gente que considera que no es buena música porque no son sonidos tocados. ¿Qué opinas sobre esto?
R: Cada generación está acostumbrada a escuchar la música con la que se ha criado. Toda la música que escuchas desde que eres adolescente hasta que eres adulto marca la forma en la que entiendes qué es la música. El que un sonido sea real o no es relativo: si se ha creado es real. Otra cosa es que sea un instrumento tradicional tocado por una persona y grabado a través de un micrófono y que eso sea posible porque hay alguien que ha estudiado música y que se ha dedicado muchos años a ello y que lo puede tocar. Esa forma de ver la música, que es de personas de una generación anterior, entienden que una banda de músicos es la música de verdad. Y que todo lo que se sale de ahí es de mentira y no está tocado. Es real que probablemente mucha de la música actual no esté tocada. Pero que la música esté tocada o no, no es lo que hace que la música sea música.
Siempre que ha habido un cambio, ha habido una generación a la que no le ha gustado ese cambio. Hay personas con un concepto más pulcro que tienen esa crítica. En mi opinión es igual de música la urbana que cualquier otro estilo. Cada una tiene su contexto. La urbana tiene más sintetizadores, menos músicos tocando y más trabajo en el DAW. Pero esto es compatible con música tocada. Artistas como Kase.O, Hens o Recycled J están en el urbano y han hecho giras con músicos tocando.
Entiendo que se tenga este debate. Pero para mí cualquier tipo de expresión artística musical es música. Que sea mejor depende de cada uno, ya que el gusto de cada uno es personal. Es un debate que existe de generaciones pasadas a actuales, no suele ser de forma contraria. Ha pasado y seguirá pasando. Es algo cíclico: les pasó a los del metal con los del rock, a los de la música clásica con los del rockabilly, etc.
ES UN DEBATE QUE EXISTE DE GENERACIONES PASADAS A ACTUALES
Las grandes bandas que se han consagrado a lo largo de los años, en su momento recibieron críticas porque lo que hacían era disruptivo. A Oasis y a Coldplay al principio les criticaban. Cualquier género musical disruptivo genera polémica y conversación y eso hace que el género sea relevante. Si nadie quiere hablar de ello es mala noticia.
Es gracioso escuchar opiniones sobre Quevedo, cuando es una persona con un alcance tremendo. Desde mi punto de vista tendría que haber un respeto a personas que llegan tan lejos. Es algo muy complicado independientemente de cómo hayas llegado a que la canción sea así.
P: Retomando el tema del autotune. Es algo que se lleva utilizando desde Cher, con la canción de «Believe». Hay mucha gente que actualmente lo critica. Dicen que la gente que lo utiliza no sabe cantar. ¿Crees que utilizarlo hace que se le quite valor a la música?
R: Es una herramienta más, no le quita valor. Se puede compaginar el uso de autotune con manejar técnicas de canto. Por ejemplo, Rosalía aprendió a cantar y utiliza autotune. Pero también utiliza técnica de canto. Se puede utilizar desde un sitio que, cantando bien, decidas voluntariamente usar autotune. También está el caso de una persona que no canta bien y decida utilizar el autotune para ayudarse. Pero no creo que sea un problema. Creo que es un problema si se utiliza sin ni siquiera plantearte si necesitas utilizarlo o no. Si no que lo usas porque no tienes medios para hacerlo de otra forma y no te planteas si es algo que quieres utilizar o no.
Es difícil conseguir que una canción funcione, independientemente de si se usa autotune o no, como para que ese sea el principal problema. Hay gente utilizando autotune y no les escucha nadie. Así que invito a cualquiera a hacer una canción con autotune que consiga que tenga gente dispuesta a pagar por escucharle. No es algo fácil.
Es una herramienta que ha ayudado a que la música encuentre caminos distintos, que eso para mí siempre es enriquecedor a nivel cultural. También ayuda a que existan distintas vertientes por los que llevar la música y que esta vaya renovándose.
P: Hay otro estereotipo de la música actual. Se dice que es muy fácil componer la música hoy en día: una letra, un beat y grabarlo. En tu caso, ¿cuánto tardas en realizar el proyecto de una canción?
R: Depende del tipo de canción, estilo y proyecto. También de con qué artista trabajes: hay algunos que lo tienen muy claro y otros que prefieren dar más vueltas a la canción y dejarla reposar a veces. También hay que tener en cuenta que yo soy músico y llevo desde los 14 años tocando el piano. Para mí es muy fácil tener una idea en la cabeza y plasmarla. En dos o tres días puedo tener la producción entera. Si el artista canta bien, el tema de las voces se puede dejar hecho en una sesión. Así que en una semana se puede tener un tema completo. Pero también hay temas que llevan 3 o 4 meses. Como todo proceso artístico depende del mood de la persona, de si estás trabajando en equipo o no. A veces interacciones hacen que el proceso sea más lento.
Rick Rubin, un productor mítico, lo dice muy bien. Producir es un poco como pescar. Puedes ponerte a pescar para intentar conseguir peces. No puedes decir cuántos peces vas a pescar hasta que realmente pescas. Solo puedes decir si te pones a pescar o no. A veces es difícil que te venga la inspiración.
PUEDES SALIR A PESCAR, PERO NO PUEDES DECIR: «HOY VOY A PESCAR TRES PECES GRANDES»
Es verdad que en el género urbano, por las posibilidades que nos brinda la tecnología, es más sencillo. Se parte de que en el urbano las baterías normalmente son programadas, por lo que no necesitas un batería. Los bajos son secuenciados y no necesitas un bajista. Se tarda menos porque trabajas menos con personas y más con el ordenador. Es el avance de la tecnología y es normal que la sociedad avance con ello.
El estilo es más sencillo, pero que algo sea sencillo no implica que sea peor. Hay cosas sencillas muy malas y cosas sencillas brillantes. Por ejemplo, Yiruma. Sus composiciones son sencillas, pero son maravillosas. La sencillez no marca la calidad. Hay cosas complejas que son obras de arte y otras que son basura. Para mí lo más difícil es hacer algo que parece sencillo de hacer, pero que en realidad no lo es.
P: ¿Existe la música buena? ¿Cómo definir cuál es la música buena y la mala?
R: Sí, existe. Dado que vivimos en sociedad, la música buena es lo que decide la gente que es bueno. Nos tenemos que fiar de las masas. Pero tampoco parece que sea un criterio muy válido porque hay muchos motivos por los que alguien escucha una canción. Puede ser porque es un meme de TikTok. Habría que encontrar un punto intermedio. Sabiendo que es arte, hay un punto subjetivo que no se puede quitar: lo que a mí me parezca bueno a lo mejor a otra persona no se lo parece. Y eso es parte de lo bonito, ya que no hay nadie que tenga la legitimidad para decir qué es bueno y qué no.
Existen ciertos patrones que se pueden asignar a una buena composición dependiendo del estilo. Por ejemplo, si la canción está pensada para ser música urbana y no se parece a nada que tenga que ver con música urbana, no lo estás haciendo bien. Dentro de cada estilo hay unas normas. Para determinar si algo es bueno o malo yo me fijaría en: qué es lo que está escuchando la gente y escucharía opiniones de personas que lleven mucho tiempo dedicándose a ello, que escuchan varios tipos de música y que tengan una variedad de opinión. Pero siempre hay una parte subjetiva.
P: Ahora mismo está habiendo un boom de gente que está queriendo hacer música desde su casa. Hay mucha gente de esta que no ha estudiado el conservatorio. ¿Crees que es necesario haber estudiado música para poder hacer música?
R: Yo no he estudiado en el conservatorio, doy clase a gente de conservatorio y vivo de la música. No veo necesaria la formación reglada, pero sí la formación. Es necesario dedicar muchas horas, contactar con profesores particulares, ir a academias, etc. Pero no es necesario tener un título que acredite que haces música.
NO VEO NECESARIA LA FORMACIÓN REGLADA, PERO SÍ LA FORMACIÓN
Que la gente se ponga a hacer música en casa es normal teniendo un ordenador y programas gratis. Tiene una parte muy bonita porque la música se ha democratizado. Cualquiera puede ponerse a hacer música en su casa. Y la parte mala es que las cosas que se democratizan muchas veces parece que pierden valor y llega un momento en el que, en este caso, cualquiera pueda hacer música. Y uno no es productor por ponerse «productor» en la biografía de Instagram.
P: Por mucho que tengas talento, no todos los artistas llegan a ser escuchados. Igual porque no tienes una estrategia de marketing detrás. ¿De qué manera crees que la música está incluida en el negocio hoy en día?
R: La música se puede afrontar desde más de una perspectiva: hobby o trabajo profesional. Que nadie se dedique a la música si no le apasiona la música, porque de primeras no es un negocio rentable. A nivel profesional, la música es un trabajo y como cualquier trabajo requiere de todas las bases, entre ellos incluirá la promoción. En mi caso no hago mucho marketing. Pero sí cero que tienes que hacer que tu música sea rentable. Tiene que haber una forma profesional de afrontarlo.

Para mí el primer rasgo que marca un profesional en la música es el tiempo que dedicas al día a la música. Hay personas que le dedican una hora cada dos semanas. Dime en qué trabajo te contratarían por invertir ese tiempo. Al principio uno no tiene dinero y no puedes hacer una inversión muy grande. Pero tienes tiempo. Puedes decidir jugar a la Play muchas horas o estudiar un instrumento o intentar hacer beats. El siguiente paso es preguntarse cosas como qué ofreces, cuál es tu mercado o qué valor aportas. A nivel de marketing, uno tiene que tener claro que si es un trabajo uno tiene que tomárselo como tal: no siempre apetece, pero hay que trabajar todos los días.
P: ¿Hay alguna regla que se pueda seguir para componer un hit que sea escuchado globalmente?
R: Sí. Hay fórmulas que puedes seguir. “Si no estás” de Íñigo Quintero, es un tema que había sacado hace años y de repente está sonando en todos los sitios. Tú puedes hacer que todo encaje y que no conecte. Porque hay una parte de las canciones que es emocional. Pero sí hay fórmulas. Puedes coger canciones que han funcionado y ver qué es lo que ha funcionado. Así encuentras patrones a nivel de producción: dónde dejan los silencios, dónde atacan, cuánto tiempo pasa hasta el estribillo, etc. Pero tú puedes intentar recrearlo y que de igual.
P: Quevedo es uno de los artistas más escuchado en España en Spotify. Hay personas que pagan un concierto por él, lloran y ríen cuando le escuchan. Y hay otras que piensan que sus canciones no dicen nada. ¿Cómo puede haber tantos polos opuestos y que no haya un consenso?
R: En el arte nunca ha habido consenso. Hay artistas que han triunfado después de morir. Los gustos de las personas son diferentes. Es el motivo por el que el rock sigue existiendo. Si no hubiera gente que le gustara el rock no existiría.
Normalmente los artistas que están más arriba generan más polarización. También pasa con los equipos de fútbol. Tienen una masa de fans muy grande. Y cuando consigues atraer a mucha gente hay una consecuencia: hay muchos a los que no les gustas. Estar en un punto intermedio también es muy peligroso a nivel de mercado.
CUANDO CONSIGUES ATRAER A MUCHA GENTE HAY UNA CONSECUENCIA: HAY MUCHOS A LOS QUE NO LES GUSTAS
Hay artistas que han sido impulsados porque hay discográficas detrás. Pero en el caso de Quevedo creo que ha sido porque los oyentes han decidido que lo suyo mola. Y ese estilo se hace más. Si de repente hubiera gente que decidiera que lo que mola es Arde Bogotá, habría más gente rockeando y metiendo guitarras con distorsión. Pero cada vez las modas son más cortas. Por ejemplo, hace cinco años del álbum de “Vibras” de J Balvin. No ha pasado tanto tiempo. Fue el primer álbum de habla hispana más escuchado a nivel mundial y de repente hay 35 artistas que están por encima de J Balvin.
P: ¿Crees que tiene que haber límites en las letras de las canciones?
R: No creo que debamos infantilizar a la sociedad. Si tú escuchas a un artista que dice de pincharse voy a intentar asumir que con el nivel de educación que existe tienes la capacidad como para entender que eso es algo que no debes hacer. También creo que debe haber referentes. Cuanto más sanos sean, mejor será la sociedad. Las letras que no me gustan, solo te puedo decir que no me gustan. El artista no tiene por qué ser un educador.
En vez de censurar o prohibir para mí la clave está en educar. Habría que educarles para que no se les ocurriera mencionar ciertas cosas en las canciones porque consideran que eso no debe hacerse. También creo que tiene que ser libre, pero que si haces eso te define como persona. Pero, los seres humanos somos contradictorios. ¿Por qué estoy bailando esta letra que me deja como mujer en un sitio en el que considero que no debería hacerme ni pizca de gracia? Pero es música y a lo mejor estoy en un contexto en el que no me apetece pensar mucho en la letra. Y eso también tendría que entenderse y respetarse.
EN VEZ DE CENSURAR O PROHIBIR PARA MÍ LA CLAVE ESTÁ EN EDUCAR
A mí me gustaría que las letras fueran educadas y respetuosas. Pero entiendo que no lo sean a veces tenga su gracia. Un insulto puede sonar muy mal, o puede ser muy necesario o puede ser algo que haga mucha gracia. No hay blancos y negros. Y la educación también se pueden hacer a través de escuchar canciones con esas letras para concienciarse.
P: ¿Cómo crees que será el panorama musical de aquí a cinco años?
R: Puedo atreverme a decir que volverá algún estilo de antes porque la música es bastante cíclica. De hecho, Dua Lipa y The Weeknd trajeron otra vez los sonidos de los 80, con más sintetizadores y sonidos un poco más retro. Pero de repente el último disco de Aitana tiene más influencia de los 2000. Sé que será reciclado de algún estilo.
Espero que la evolución no sea mal gestionada. La música es una consecuencia directa de la sociedad, existe el riesgo de que la música evolucione hacia un sitio en el que se buscan los likes y se pierda el hacer algo auténtico. Espero que no haga daño a los artistas y no se haga más comparativo. Porque la música no tiene por qué ser eso.
Quitando eso no puedo saber más. Por ejemplo, yo no puedo explicar por qué la canción de Íñigo Quintero es la más escuchada. Tampoco se sabía que el urbano iba a evolucionar con componentes de electrónica. De repente se ha mezclado todo y hace cinco años no se esperaban estos cambios. Siempre hay una parte de aleatoriedad.
DAW: programa de ordenador que te permite grabar, producir y editar música