Lorena Arias Duque

Los estudios suscitan gran preocupación

La salud mental de los universitarios ha devenido un tema de gran interés en la actualidad. En los últimos años, sobre todo a raíz de la pandemia de Covid-19, se han detectado bajos niveles de bienestar emocional que resultan preocupantes desde el punto de vista sanitario y psicológico. Los alumnos de estudios superiores son uno de los sectores vulnerables en este sentido, especialmente en lo que se refiere a la socialización y al crecimiento personal y colectivo.

En 2022, el Gobierno de España pub licó lo resultados del estudio «la salud mental en el estudiantado de las universidades españolas», parte de un proyecto que pretendía diagnosticar la salud mental del alumnado universitario y estimular políticas que incentivaran su bienestar. Los datos extraídos manifestaron que más del 50 % de los alumnos había percibido la necesidad de apoyo psicológico y, también más de la mitad había asistido a consultad con personal sanitario por problemas de salud mental.

Aproximadamente, uno de casa dos estudiantes había sufrido ansiedad moderada o grave y el mismo porcentaje presentaba síntomas depresivos en las dos semanas previas a la realización del estudio. Un factor destacable es que, de todos los alumnos entrevistados, eran las estudiantes de sexo femenino  quienes manifestaban un mayor porcentaje de síntomas depresivos, ansiedad e insomnio, asó como menor consumo de alcohol, en comparación con sus compañeros de sexo masculino.

El estudio también expuso que la prevalencia de pensamientos suicidas, durante las dos semanas previas, era de un estudiante por cada cinco, aproximadamente, un dato inquietante en término de salud y bienestar emocional.

El autocuidado: la clave del bienestar mental de los universitario

Una investigación anterior (2021), que se realizó bajo el título Depresión, ansiedad, agotamiento y empatía entre los estudiantes de Medicina españoles (DABE), se enfocó en los problemas de salud mental que afectaban a estudiantes de una licenciatura tan exigente como es Medicina. Los resultados revelaron que el 41 % de los alumnos reportaba algún síntoma depresivo y el 11 % admitía haber considerado el suicidio.

La doctora y vicepresidente primera de la Organización Médica Colegial, María Isabel Moya, explicó, en su momento, que esta tensión puede derivar en trastornos mentales: «están en un constante y prolongado grado de estrés e incertidumbre. El esfuerzo empieza desde el minuto uno. En tercero de ESO ya tienen que dirigir su camino, sin aún haber forjado su personalidad».

La elección tan temprana de un camino profesional; el estrés por conseguir el promedio de acceso en la carrera; la tensión que supone superar los estudios de grado; conseguir plaza y crecer profesionalmente. Todo ello, explican los expertos, puede acumularse en una carga emocional que llega a desestabilizar la salud mental de los universitarios hasta niveles preocupantes para la sociedad, la ciencia y la educación.

Bajo el lema «el autocuidado, la asignatura pendiente de tu formación», asociaciones como la Fundación Patronato de Huérfanos y de Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPS-OMC), el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), entre otras, refuerzan una campaña de difusión de la salud mental con el fin de llegar a los estudiantes de Medicina y crear conciencia del autocuidado desde los primeros contactos con la profesión. En la actualidad, casi la mitad de las personas atendidas tienen entre 21 y 23 años. El 86 % son mujeres y el 70 % de los alumnos se encuentran en los dos últimos años del grado. Las comunidades autónomas con más demanda de este servicio son Madrid, seguida de Galicia Andalucía.

Las propuestas de los expertos para mejorar el bienestar emocional del estudiantado en las universidades se enfocan, fundamentalmente, en la promoción de talleres educativos sobre el autocuidado. Un estudio de la Universidad de Montemorelos, México, determinó que el promedio de la capacidad de autocuidado de los estudiantes aumentaba en los periodos en que estos recibían orientación sobre salud integral o servicios gratuitos de salud.

También es importante el fomento de espacios de encuentro entre el estudiantado y el profesorado, así como asegurar la formación continua de los docentes. De igual forma, es crucial la mejora en la difusión de los servicios de apoyo a la salud mental, que, entre otras cosas, supone garantizar la cobertura de las necesidades especiales de las personas con discapacidad o en riesgo de exclusión. En definitiva, lograr un espacio más seguro, agradable y accesible para todos.