IRIS LEÓN ANTOLÍN | FOTOGRAFÍA: Iris León y pixabay
Gastón Leroux a principios del s.XX publicaría una obra recordada por muchos y rechazada por otros tantos, que al final sería lo que lo catapultaría a la fama. Durante mucho tiempo se creyó que era una historia salida de la imaginación del propio escritor, sin embargo, nunca se percataron de que era tan real como la vida misma.
Siempre se dice que las leyendas tienen una parte de verdad y otra de mentira, debido a su oralidad y paso del tiempo. El fantasma de la Ópera era precisamente eso, un mito que corría de boca en boca durante el s.XIX, sin que nadie pensará si era real. Pero, solo una persona le dio la suficiente importancia para investigar este trágico y olvidado relato.
En 1909 un periodista daría un giro drástico, para convertir a esta maltratada historia en una investigación periodística que mezcla un poco de ficción. Muchos conocen a este peculiar fantasma de carne y hueso, sin embargo, solo lo hacen debido a la reciente popularización de sus películas, no obstante, la realidad es bastante diferente y detrás de su máscara se albergan diversas caras.
La novela de Leroux comienza con una pequeña introducción donde se afirma lo que muchos creían imposible o una locura: «El fantasma de la Ópera existió. No fue, como se creyó durante mucho tiempo…» Esta aclaración tan contundente no es solo habladuría, sino que es parte de un trabajo exhaustivo de comprobación y veracidad de las fuentes que utilizó para escribir el libro y a la conclusión a la que llegó.
Sin embargo, todo su arduo trabajo para desmentir y contar la verdad de un hombre convertido en sombra y en una figura que solo suscitaba terror fue totalmente arrojada a un rincón y las grandes productoras lo convirtieron en un producto más.
Y llegado a este punto, estimado lector se estará preguntando, por qué todo esto rollo. Pues bien, hace unas cuantas semanas tuve la oportunidad de ver el musical del Fantasma de la Ópera, la cual fue una experiencia de la que nunca me arrepentiré y que, recomiendo, sin embargo, volver a rememorar la historia me hizo reflexionar profundamente sobre esta.
Ahora bien, después de haber relatado el verdadero origen de este famoso espectro y cómo realmente está basado en hechos reales. Me gustaría centrarme en la historia de amor que todos creemos conocer, si es que alguna vez hemos visto las películas. Por lo que , al mencionar esta obra se nos viene a la cabeza el triángulo amoroso entre Christine, la protagonista; el fantasma y Raoul, amigo de la infancia de Christine.
No obstante, esta idílica historia de amor es más oscura de lo que aparenta en un principio y este curioso triángulo solo puede acabar en tragedia para alguno de los participantes. Realmente, el autor concibió esta historia como una de misterio, ya que en el libro pasan más tiempo intentando averiguar quién es el fantasma, que en la supuesta historia de amor (así lo venden las películas), que realmente es de desamor debido a que Christine nunca sintió nada por el fantasma y cuando le quitó la máscara esto hizo que su repulsión hacia a él fuera en aumento.
Al final, esta historia oculta un significado más profundo y es que este fantasma se tuvo que recluir en las más oscuras profundidades para ocultar su estropeado rostro, porque si no la sociedad de aquel momento lo trataría como un verdadero monstruo. Este rechazo provoco un amor obsesivo hacia Christine, quien por primera vez en su vida le mostró algo más que miedo o asco y por lo que cometería acciones bastante injustificadas como secuestrarla.
Él es el reflejo de un serio problema que nos lleva persiguiendo desde los principios de nuestra historia; las apariencias. Aunque, muchos lo vean como una persona sin moral por las acciones que tomó, esto es lo que hace tal real y humana la novela de Leroux y por lo que muchas personas se vean identificadas con él.
La verdad es que te aconsejo mucho que leas el libro, ya que todo lo que he dicho anteriormente es solo un pedacito de lo que es esta emocionante obra. Por otra parte, si tienes la oportunidad de ir a ver el musical; vete a verlo. Seguramente, será uno de los más impresionantes que verás y no solo por los efectos especiales, el canto de los actores o el excelente decorado, sino por la sensación de asombro e intriga que te dejará después de verlo y no dejarás de preguntarte: ¿Quién fue realmente el Fantasma de la Ópera?