Sentimientos amnistiados

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Paula Rodríguez   |   Fotografía: X

Sentimientos encontrados. Sentimientos alzados y clamados. El jueves pasado Jordi Turull (Secretario general de Junts per Catalunya) y Santos Cerdán (Secretario de Organización del Partido Socialista) sellaban sus firmas en un acuerdo en el que proclamaron sus sentimientos tan dispares como encontrados.

El documento se divide en tres bloques defendiendo el primero una ‘exposición de motivos’ por los cuales se llega a esta decisión. Está claro que el conflicto catalán no parte del 1 de octubre de 2017 y por ello ambos partidos han querido dedicar un bloque entero del documento, como si de una novela se tratase, para contar el relato tal como ha sido. Tal y como ellos lo ven. Para ello, retroceden al año 2010 y recuerdan que ‘Este período no puede comprenderse sin la sentencia del Tribunal Constitucional , a raíz fundamentalmente de un recurso del PP contra el Estatut aprobado por el Parlament, por las Cortes Generales y en referéndum.’ Ambos partidos relatan que a partir de aquí ‘una parte importante de la sociedad catalana’ se ha movilizado para luchar por los ‘déficits acumulados’ y las ‘limitaciones del autogobierno’.

Partiendo así de esta fecha de inicio para que la presente ley orgánica pudiese, en algún caso, amnistiar a aquellos que hayan sido declarados o estuvieran tipificados como delito vinculados a la consulta catalana del 9 de noviembre de 2014 y al referéndum del 1 de octubre 2017. Siendo ya ambos procesos declarados inconstitucionales por el Tribunal Constitucional.

En esta introducción histórica que llevan a cabo, PSOE y Junts hablan de la movilización del pueblo catalán, las ‘limitaciones como autogobierno’ y los ‘déficits acumulados’ de la sociedad catalana.

Entremedias, el europeísmo. Francia, Italia o Portugal son algunos de los países en los que el orden constitucional también reconoce este proceso político. Amnistiar, tan raro suena hoy y tan necesario que ha sido en el pasado. Desde los ojos de la Unión Europea la amnistía está perfectamente homologada, es decir, que te puede parecer mejor o peor. Pero si los partidos elegidos democráticamente y cuya función es representar a la mayoría social de nuestro país, así lo deciden, así se acepta. Porque es legal, constitucional, está homologada por la Unión Europea y se ha usado a interés propio desde el principio de nuestra democracia. También de nuestras democracias vecinas.

Esto es algo importante de tener en cuenta para los que describen a la amnistía como un hecho apocalíptico que romperá la bandera en dos. Este hecho conforma nuestro código constitucional y no hay mayor peligro que deslegitimar a la constitución y por tanto a la democracia.

La sociedad catalana es mucho más que una persona en Bruselas y el gobierno que se acaba de conformar es mucho más que una persona en Moncloa.

Con todo ello y volviendo a las entrañas del documento, aparece el segundo bloque al que han decidido tildar de ‘oportunidad histórica’. Aquí ya sí llegan los intereses comunes. Lo que quieren decir es que ambos partidos asumen los resultados del 23J como una ‘oportunidad que deben y tienen la voluntad de aprovechar de forma responsable’. Ambos partidos dan por hechas sus ‘divergencias’ y ‘profundas discrepancias’ en este acuerdo. Es dándolas por sentadas cuando deciden sentarse a hablar. En este documento se firma una reunión entre socialistas e independentistas, de la cual veremos los resultados dentro de unos cuantos años. 

Por ahora, Junts y ERC, ambos grupos independentistas, se han abstenido  en una moción de la CUP para volver a celebrar una votación. Se han absuelto después de haber cerrado sendos acuerdos con el PSOE para la investidura.

¿Quién le diría al líder gallego de la bancada de enfrente que Puigdemont se abstendría a un referéndum unilateral con la propuesta de amnistía firmada? El diálogo social. Aunque a Díaz, su vecina (no la madrileña sino la real) sí se le escaparía un “te lo dije, Albertiño”.

En un primer paso con el acuerdo ya firmado esto es lo que vemos, esto es lo que tenemos. Llegarán nuevas decisiones a tomar dentro del proceso que no serán fáciles, que nos costarán más aceptar.

A la sociedad de hoy en día le va el mucho el “Ni olvido ni perdono” pero como dice Serrat: ‘Un pueblo que pierde la memoria pierde la llave para abrir la puerta del futuro’.

Y aquí está la clave. ¿Qué clase de futuro queremos? ¿Qué medidas proponen el resto de partidos para solucionar el conflicto catalán? ¿Hacer como si no fuese un hecho? ¿Cómo lo solucionaría Santiago Abascal? ¿Que propone Ayuso? Y ¿Aitor Esteban?

Podríamos planteárnoslo pero sería una perdida de tiempo. Aquí no hay discusión porque los españoles, la mayoría social, no los ha elegido para decidirlo. La mayoría de los españoles, gozando plenamente de su democracia, han escogido al gobierno que se ha presentado hoy. Han elegido unos valores, unos diputados y unos ministros. La representación de lo que más afín concuerda con la mayoría. Dentro de esta afinidad de cada quién con su partido, todos tenemos discrepancias, como es lógico hay decisiones con las que estamos más y menos de acuerdo. Pero es lo que generalmente más nos conviene a nuestro valores e intereses. Por ello lo aceptamos. Además, porque vivimos en una monarquía parlamentaria regida por una Constitución, claro está.

Y aquí entra el tercer bloque del documento: ‘Acuerdos’. La negociación y el diálogo social que tan importantes son para una democracia, para una buena política y para concordar un futuro próspero. Y no hay otra opción.

No son de extrañarse las reacciones negacionistas de los ultras derechistas estas semanas en Ferraz, analizando que en la última época ha estado inundada de politiqueo y la política ha quedado a un lado. Ha salido una gallega, hija de sindicalistas ha reivindicar el diálogo y los acuerdos, quién iba a hacerlo si no. Y en ello, tras el 23J, socialistas e independentistas han visto la oportunidad para lucrar sus intereses que al fin y al cabo son los de la mayoría.

En este tercer bloque de ‘Acuerdos’ ambos partidos dejan clara su postura. El Partido Socialista dice que considera inconstitucional el referéndum del 1 de octubre y Junts dice lo contrario. Así, aceptando sus profundas divergencias deciden sentarse a hablar, negociar y ceder. Porque de eso se tratan los pactos, negociar y ceder con el fin de llegar a un futuro mejor para la mayoría. Un futuro elegido por esa propia mayoría que aún sin saber lo que está por venir, ni si funcionará, lo acepta, por que es lo que ha votado en las urnas.

Este pacto sienta en una misma habitación a dos bandos con sentimientos encontrados. Es desde fuera, observando a todos los bandos, nosotros los ciudadanos los que tenemos que valorarlo. ¿Aceptamos al bando que  se sienta a negociar o al bando que sale a amenazar? Siendo conscientes de que el que amenaza lo hace porque no le ha gustado la decisión de un resultado democrático. Vamos a poner en valor la peligrosidad de que la tercera fuerza política de nuestro país, llame a los equipos y fuerzas de la seguridad nacional a la insurrección por lo que considera un gobierno ilegítimo.

La democracia y la libertad, como vemos, nunca debería dejar de lucharse ni darse por hecho. Siempre va a haber intereses minoritarios que quieran arrebatársela a la mayoría. Si no fuese así, no estaría hablando de “bandos” en el año 2023. Cuantos sentimientos encontrados.