AITANA BRUSA SAFIGUEROA | Fotografía: Aitana Brusa, Cosas en Familia
Los portavoces de cada uno de los partidos con más representantes en el Congreso de los diputados se han reunido el pasado 20 de abril para discutir, en la Universidad de Valladolid (UVa), sobre el tan necesario pacto por la educación.
Los encargados de presentar e inaugurar la mesa “Los partidos políticos ante el pacto de estado social y político por la educación” han sido el vicerrector de profesorado, José Carlos Cobos Hernández, el decano de la Facultad de Educación y Trabajo Social, Carlos Moriyón Mojica, y el presidente del Forum Europeo de Administradores de la Educación de Castilla y León, Santiago Esteban Frades.
Todos manifestaron la inminente necesidad de un pacto que mejore y estabilice la situación por la que está pasando la educación española, declaración a la que se unieron, momentos después, los participantes en el debate. De manera unánime, han defendido que el pacto que debe tener lugar con la mayor brevedad y, además, que debe ser un acuerdo que permita una educación pública, inclusiva y por consenso que responda a los intereses de la sociedad del futuro. Una ley que no sea desechada cada vez que una nueva fuerza política llega al Gobierno. Este debate, que sostienen, “no puede dejarse fuera de las aulas”, es necesario para el país y es síntoma de salud social. La gente “ha despertado” y ha salido a las calles en forma de marea verde para reclamar una “escuela pública: de todos para todos”, como el propio lema dice.
Los integrantes del debate “con la educación no se juega”, celebrado en la Facultad de Educación y Trabajo social, fueron Marino Arranz Boal, presidente del Consejo Escolar de Castilla y León y voz en la mesa redonda del PP, Emilio Álvarez Villazán, senador del PSOE, Daniel López Vela, miembro CCM de Podemos Segovia, Belén Rosado Riago, procuradora de las cortes de Castilla y León por Ciudadanos y Rocío Anquita Martínez, coordinadora del área de educación regional de Izquierda Unida.
Al comenzar la mesa, el moderador y director del departamento de pedagogía, Mariano Rubia Avi, lanzó el que sería el hilo conductor del debate: ¿Es posible un acuerdo?
Por unanimidad, indistintamente de la línea ideológica, los integrantes respondieron e hicieron especial hincapié en que el pacto no es posible, sino que es la única salida posible para sanear la situación educativa del país. “No hay otra vía” decía Emilio Álvarez.
De igual manera, coincidieron en que el pacto no sólo debe ser político y debe contar con el apoyo de la sociedad española que es la principal interesada en el acuerdo, pero también debe tener muy en cuenta a las autonomías como unidades independientes de poder.
“Es un tema complejo y lleva su tiempo”, añadía Marino Arranz, por lo que debe haber un consenso para que la nueva ley educativa no se quebrante y pueda asentarse en el seno del país. Tras esta reflexión, realizó una parentesis para matizar la importancia de pensar en el futuro y de creer que el nuevo pacto traerá una ley que no durará unos pocos años, sino décadas, y que, por ello, debe mirarse hacia el futuro, hacia un tipo de educación cuyo único propósito sea beneficiar a las generaciones del mañana.
El representante del PSOE, focalizó la atención de su discurso en explicar qué es la subcomisión que está llevando a cabo ese acercamiento para el pacto. Coincide con Marino, en que es un proceso lento y duradero, pero motivado en que “tiene que hacerse bien y los informes, las conclusiones y las propuestas tienen un periodo largo para recabar datos e información”. Llegado a este punto, Álvarez Villazán, defendió que la diversidad de opiniones que forman la subcomisión es positiva para el pacto, ya que el dentro de ella se habrá cuestionado y apoyado todas las propuestas antes de llevarlas al Parlamento.
“El objetivo del pacto es una buena educación, que sea igualitaria y de calidad, y esa es la educación pública. Necesitamos un sistema estable basado en la equidad y orientado a la excelencia”
Pese a la oposición generalizada hacia la Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) sostienen que tiene aspectos buenos y que podrían mantenerse en la ley futura, pero “hay que derrocarla y crear una nueva que no limite las posibilidades de los alumnos, sino que las amplíe” propuso Daniel López.
Otro de los puntos defendidos fue la formación profesional que, según el sentir que prima en la mesa, con la LOMCE está siendo perjudicada, replegada y menospreciada. En concreto, “La formación profesional no es una segunda opción, ni un camino para los que tienen menos capacidades” subrayó Rocío Anguita.
Pese a las cuestiones en las que discrepan por cuestiones ideológicas como la religión, el asunto de los colegios de iniciativa privada, etc., precisaron que estos deben ser secundarios a la hora de firmar el acuerdo. Como los presentadores apuntaron, la situación es crítica, por lo que hay poner por encima de las ideologías el bienestar de las generaciones del mañana, que serán los herederos del país.
Como conclusión, expresaron que el pacto no puede demorarse durante más tiempo, la educación ha perdido ya suficiente. Las plantillas envejecidas, el cierre de líneas de muchos colegios públicos, el abandono de los que creen no poder por no tener un sistema adecuado a sus cualidad, son algunos de los muchos síntomas de una educación enferma que clama un acuerdo para salvarse.