BELÉN RODRÍGUEZ FERRERO | Fotografía: Pixabay
El pasado 5 de abril se estrenó “Amén. Francisco responde”. Este documental de Disney+ consiste en una conversación entre diez jóvenes de la generación Z (1990-2000), a los que les preocupan diversos temas, con el Papa Francisco, máximo exponente de la Iglesia en la actualidad.
Sobre el aborto
A lo largo de los 83 minutos de documental, ha sorprendido la opinión del Papa sobre varios temas. Uno de estos temas es el que expuso Alejandra Ramírez, una joven que ella misma se considera “católica” y “feminista”. Es por ello que participa activamente como catequista y en la organización “católicas por el derecho a decidir”. Alejandra pregunta “¿por qué la Iglesia querría obstaculizar el derecho de una mujer?”, respecto al derecho que tienen las mujeres en algunos países de abortar. La Iglesia nunca ha estado a favor de dicho derecho, llegando al punto de repudiar a algunas mujeres que lo practican porque consideran que están acabando con una vida humana. Tras un debate entre varias mujeres que tienen puntos de vista diversos sobre el tema y que participan activamente en asociaciones, Francisco ofrece su propio punto de vista.
Como respuesta, éste pregunta “¿es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema?”. El papa hace un paralelismo entre el aborto y cómo un sicario acabaría con una vida humana adulta. Por ello, Francisco pide misericordia y apoyo hacia las mujeres que abortan, ya que, aunque no sea algo que personalmente apoye, no se las puede dejar solas y ello no las convierte automáticamente en malas personas. A pesar de lo que la Iglesia piensa que es un aborto, entiende que es una decisión que toma una mujer tras muchas horas de reflexión interna.
Hay que acabar con ciertos hechos de la Iglesia
Enlazado con este tema, surge la polémica de la pederastia en la Iglesia. Juan Cuatrecasas, víctima de abusos sexuales por parte de un profesor del Opus Dei, expone que, tras haber denunciado los abusos, su profesor fue condenado con dos años, por lo que no entró en prisión ni se le privó de su derecho de dar clase. Juan comenta que un año después de mandar cartas luchando por sus propios derechos, recibió una respuesta de la Congregación de la Doctrina de la Fé, archivando el caso y apoyando al abusador. El sumo pontífice contestó afirmando que para él nunca prescriben estos casos de violencia. Además, reconoce que cuando esto ocurre en la Iglesia es mucho más escandaloso ya que es donde normalmente se debe cuidar a la gente y la están destruyendo. “Es una hipocresía y una doble vida horrorosa”, afirma el Papa.
En el momento en el que una persona no binaria pidió su opinión al papa sobre el colectivo LGTB+, este contestó: “Toda persona es hijo de Dios. Toda persona. Dios no rechaza a nadie. Dios es padre y yo no tengo derecho a echar a nadie de la Iglesia. Más aún, mi deber es recibir siempre.” Es por ello que se entiende que los mensajes de odio que lanzan algunas personas pertenecientes a la institución son particulares. Está claro que la Iglesia, como institución, tiene unas ideas, pero la decisión que toma cada persona perteneciente es individual. El mensaje principal, que indica la Biblia y que deberían ejercer la mayoría de personas, es el del amor, tal y como ha demostrado el Papa Francisco en esta charla documentada.