JAVIER PÉREZ FRAILE | Fotografía: Javier Pérez Fraile
Cuando suena la primera nota, el primer redoble, o el primer acorde, algo cambia: comienza la fiesta, el pueblo se alegra y la gente, casi sin darse cuenta, comienza a bailar. La charanga El Pendón no solo toca instrumentos, también monta espectáculo, provoca emociones y forma parte de las fiestas municipales de muchos pueblos de la comunidad autónoma de Castilla y León.
¿Cuál es su historia y qué pone sobre la mesa?
Para hablar del origen de la charanga El Pendón tenemos que remontarnos a febrero de 1989, cuando un grupo de amigos decidió unirse en torno a una pasión común: la música. Ellos fundaron la Unión Musical El Pendón.
Lo que comenzó como una iniciativa sencilla, con los años se ha convertido en una de las charangas más reconocidas de Valladolid y alrededores. Sin embargo, su propuesta se ha renovado y actualizado a los nuevos tiempos: pasacalles, animación en directo, un repertorio que combina hits clásicos con temas actuales… Pero siempre manteniendo el espíritu y el objetivo iniciales: ir por todos los pueblos y alegrar las fiestas.
Más allá del formato tradicional, lo que distingue a El Pendón es la apuesta por el espectáculo: percusión, trompetas, trombones, saxofones, megáfonos, cánticos… y una interacción constante con el público para animar a todos los pueblos a los que asisten. Además, también están presentes en desfiles, peñas y eventos privados, con formaciones que comienzan en torno a los 18 integrantes aproximadamente, tal y como detallan en su ficha en La Factoría del Show.
Mucho más que tocar: la experiencia desde dentro
Presenciar una actuación de El Pendón es vivir una experiencia que va más allá de la música. Los instrumentos son los encargados de marcar el ritmo, pero es la mezcla de baile, coreografías improvisadas, canciones con el público y entrega absoluta lo que transforma todo en un acontecimiento comunitario. Cada tema tocado provoca diversión, bailes y el disfrute de todos los que acuden a la fiesta.
Los interesados en visualizar alguna de las piezas más conocidas de su repertorio pueden visitar su canal de YouTube, en el que han publicado algunos de sus mixes más divertidos. Hacen honor a artistas como Abba o Raffaella Carrà, y también tocan algunas versiones de canciones conocidas, como Fiesta Pagana o Entre poetas y presos. Ahí también se aprecia la heterogeneidad del grupo: músicos jóvenes y veteranos compartiendo el momento, todos con la misma energía contagiosa. Y es precisamente ese el hecho por el que el público no siente que presencia un concierto, sino que forma parte de una celebración compartida.
De Valladolid al resto de la península
Aunque su epicentro es Valladolid, El Pendón recorre gran parte de la península e incluso ha participado en eventos en Portugal y Francia. Sus actuaciones se concentran, en su mayoría, en la temporada de fiestas locales: verbenas de verano, concentraciones de charangas, ferias y celebraciones municipales, desfiles… aunque también realizan eventos privados bajo contratación.
Además, mantienen un contacto sencillo y cercano con su público gracias sus perfiles en redes sociales. En su Instagram comparten vídeos y fotos de sus actuaciones, nuevas fechas y ubicaciones, y actualizaciones de calendario. De esta forma, todos sus seguidores permaneces informados sobre los siguientes pasos que darán. También cuentan con número de teléfono y con la posibilidad de contacto por WhatsApp.
El público y la interacción: ¿por qué enganchan?
El Pendón recupera algo que muchas veces parece perdido: la participación espontánea. En una época en la que gran parte del ocio es pasivo, sin interacción, y, en diversas ocasiones, sin movimiento, una actuación de El Pendón obliga a moverse, bailar y sumarse a la ola colectiva de diversión. Ese dinamismo es lo que explica por qué la gente disfruta tanto de cada celebración. El repertorio tan variado hace que cualquier persona, mayor o joven, pueda unirse al ambiente sin esfuerzo.
De igual manera, otra de las razones por las que El Pendón tiene tanto éxito es porque existe un muy buen ambiente entre los intérpretes. Las bromas entre ellos, las sonrisas y la complicidad a la hora de tocar también consiguen que la gente entre en el clima festivo. En una entrevista realizada a Álvaro del Barrio (uno de los componentes de la charanga) para informaUVa, él comentó que tocar en El Pendón le aporta plenitud musical, y auguró que “siente que en la charanga son una gran familia”.
Organización y compromiso
El trabajo de una charanga no se limita solo a tocar. La Unión Musical El Pendón funciona como una asociación que gestiona fechas, coordina viajes, mantiene los instrumentos y el vestuario, prepara las actuaciones y las ensaya una y otra vez, renueva el repertorio, etcétera. En su web destacan tres pilares de su identidad: “calidad, diversión y espectáculo”, valores reflejados tanto en su presencia escénica como en el cuidado y la dedicación en cada actuación.
Cuando la charanga termina y se dispersa la gente, queda una sensación alegre. El eco de las trompetas y los saxofones, de las canciones y los bailes compartidos aún suena, mientras que tienen lugar algunas fotos improvisadas de asistentes y músicos. Ese es, quizá, el mayor logro de El Pendón: convertir momentos cualquiera en recuerdos compartidos, emocionantes y alegres.










