BELÉN RODRÍGUEZ FERRERO | Fotografía: Ainhoa de la Huerga  |

El Día del Padre surgió en Estados Unidos en 1910, cuando una mujer quiso rendir homenaje al suyo en el estado de Washington. La idea se le ocurrió mientras escuchaba un discurso sobre el Día de la Madre en la Iglesia y propuso que la celebración del padre fuera el día 5 de junio, ya que era el cumpleaños de su progenitor. Aunque otros presidentes ya habían dado su visto bueno, no fue hasta 1966 cuando llegó la declaración definitiva del presidente Lyndon Jhonson. Así se estableció el Día del Padre, el tercer domingo de junio en EEUU.

En España, esta celebración se hace el 19 de marzo, pues es una tradición católica europea. Este mismo día es el Día de San José y se rinde homenaje al padre de Jesús. En los países europeos que optaron por la tradición estadounidense, el 19 de marzo se celebra el Día Internacional del Hombre, que también toma como ejemplo a San José. 

Tal y como señala la tradición, lo común en todo el planeta para celebrar este día es que las familias se reúnan con los padres, abuelos y bisabuelos para así celebrar juntos. Además, se suele regalar cosas o comer sus comidas favoritas en una mesa rodeada de sus seres queridos.

Este día sirve para homenajear a los padres por todo lo que hacen cada día por sus hijos. Un padre es quien enseña a valorar personas, cosas y experiencias. Es quien prioriza a su hijo antes que él mismo. El que enseña que el miedo es solo un motivo más para hacer algo que realmente se quiere hacer. A luchar hasta el final y un poco más si se puede. A pensar las cosas dos veces antes de hacerlas para no arrepentirse de ello en un futuro. 

Un padre es una persona que enseña y demuestra que todo esfuerzo tiene su recompensa -casi siempre- y que nunca es tarde si la dicha es buena. Enseña a defender los valores a muerte y a dar un paso atrás y rectificar en partes iguales. A mantener la mente abierta y ser consciente de que el mundo no es blanco o negro, sino que hay gran escala de tonos grises. Que apuesta por su hija o hijo, y que no le importa lo que digan los demás porque tiene una fe ciega hacia la vida que él creó.

Un padre es el que hace conocer el significado de la palabra ‘amor‘. El que hace creer en él y en que la familia es la única que se queda cuando el barco se hunde. Quien inculca sus valores y, con ellos, crea a la persona que su hijo será en el futuro. Quien lucha por cuidar a la familia cuando necesita cuidarse más a él mismo, pero no le importa, solo quiere ver bien a los suyos. Padres hay muchos pero, si cumple todos estos requisitos, no es un padre, merece llamarse ‘papá‘.