SANDRA SORIA ALONSO  |  Fotografía: Sandra Soria  |

Con la llegada implacable del coronavirus, el panorama económico se ha dibujado como una curva desenfrenada y cuesta abajo. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de la COVID-19 pandemia y su director, Tedros Adhanom, aseguró que estaban ‘altamente preocupados’. Fue entonces cuando la crisis sanitaria golpeó fuerte a la economía y los hábitos de consumo se adaptaron a la extraña situación que recorría las calles de una sociedad global. Es por esto que el 15 de marzo, Día Mundial de los Derechos del Consumidor, cobra especial importancia en 2021.

Beatriz Sanz, dependienta de “Top Carcasas”, cuenta su experiencia:

Como las grandes superficies están cerradas, la gente acude al pequeño comercio. Esto nos ha beneficiado un poco

La pandemia supuso la paralización de la economía en España. Sin embargo, los establecimientos de primera necesidad continuaron en el frente. Al comienzo de la primera oleada del virus, los ciudadanos acudieron en masa a los supermercados por temor al desabastecimiento.

Esta psicosis procede en cierta medida de la ficción, ya que muchas películas de epidemias inyectan dosis de miedo irracional y actuaciones injustificadas. Susana Martínez-Conde, directora del laboratorio de Neurociencia Integrada de la Universidad del Estado de Nueva York, explica esta relación:

Aprendemos mirando a los demás, a los adultos, nos fijamos en modelos a seguir. No tenemos modelos en esta pandemia, por lo que las películas nos sirven como simulación de aprendizaje vicario, para buscar pistas de cómo reaccionar

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la COVID-19 disparó el consumo de alimentos en la semana del 30 de marzo al 5 de abril. La compra de productos de alimentación aumentó un 22,22 % el año pasado, mientras que creció un 7,1 % respecto a los últimos siete días. A su vez, las compras por Internet se han incrementado de forma extraordinaria hasta un 84 % en esas últimas dos semanas.

Sin embargo, un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) confirma que el 64 % de los productos de la cesta de la compra han subido de precio durante la pandemia, como la fruta, el pescado y la carne. En cambio, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios al Consumo (IPC) señaló en octubre una caída de la tasa interanual de 0,8 %. Por tanto, mientras los productos de alimentación han experimentado una subida de precio, la caída del IPC refleja una inflación que encadena siete meses en negativo.

La OCU apunta una metamorfosis en los hábitos de consumo de los españoles, quienes compran menos veces, pero en mayor cantidad. Además, señala que es predecible el ahorro de los hogares en bienes y servicios que suelan consumir fuera del domicilio. Y, de acuerdo con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del pasado mes de octubre, un 41,9 % de los españoles de la muestra analizada asegura que permanece bastante más tiempo en casa desde el inicio de la pandemia.

La empresa KPMG junto con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) considera que existen tres variables determinantes en el consumo a raíz de la COVID-19: el precio, la seguridad y la salud y, por último, la confianza. A través de una entrevista realizada aleatoriamente en la calle, Diana Iancu, una joven de 23 años, explicó que ella evita las tiendas físicas y prefiere las compras a través de Internet. Comentó también que ha dejado de lado los bienes superfluos y solo consume productos de primera necesidad. Además, apeló a la responsabilidad y la seguridad de las personas:

La gente no respeta las normas en las tiendas. No se echa gel hidroalcohólico en las manos cuando entra en los comercios y todos acabamos tocando los mismos productos

José Sánchez, el dueño de un local que vende todo tipo de artículos a un precio reducido, explica que el consumo en su establecimiento ha bajado entre el 50 % y el 70% desde la llegada de la pandemia. Sánchez, el propietario de la tienda ubicada en la calle Labradores, añade:

Nos han cambiado la manera de vivir

Según un estudio de EY-Parthenon, seis de cada diez españoles cambiarán sus hábitos de compra y consumo, aunque los mayores de 60 años son los más reacios a cambiar sus costumbres. El 50 % de la población encuestada asegura que ha suprimido la planificación de vacaciones, es decir, la inversión en el turismo. Esta última idea acompaña las restricciones impuestas por el Gobierno. Sin embargo, resulta nociva para la salud de la economía española, ya que el Producto Interior Bruto (PIB) se alimenta del turismo. El INE afirma que el 12,4 % del PIB español en 2019 provino de este sector económico.

A través de la realización de una encuesta de opinión online, en la que participaron 31 mujeres y 31 hombres, el 53,2 % indicó haber comprado por Internet entre una y cinco veces en los últimos seis meses. El 56,5 % de la muestra se encuentra entre los 18 y 25 años de edad. En cuanto a la adquisición de productos alimenticios, el 85,5 % señaló que acudía a los supermercados, frente a un 1,6 % que reconoció pedirlo a través de Internet. A la hora de comprar ropa, el 53,2 % admite hacerlo en tiendas físicas, mientras que un 16,1 % lo pide online.

Sandra Soria

En el estudio, los encuestados indicaron que entre los aspectos más importantes de realizar compras por Internet se encontraban:

  1. Comprar desde casa
  2. Evitar el desplazamiento
  3. Evitar aglomeraciones de gente

De forma mayoritaria, la población encuestada reconoció que prioriza el gasto en comida e higiene. También en desplazamientos y gastos del hogar, como la energía. Mientras que han reducido la inversión en ropa, a no ser que sea necesaria, y fundamentalmente han prescindido de todo lo que rodea el ocio. A excepción de algún día esporádico en el que han salido a cenar o tomar algo, según señalan.

Durante el mes de noviembre, la Junta de Castilla y León ordenó el cierre de la hostelería en toda la comunidad autónoma. Por tanto, el consumo en bares y restaurantes se redujo casi por completo. Sin embargo, algunos comercios facilitaron la ventaja de recoger la comida en el local o enviarla a domicilio. Esto dio lugar a un escenario que ya no resulta extraño desde la llegada de la pandemia, largas colas para realizar cualquier compra o recoger comida en un establecimiento.

Sandra Soria

Debido al coronavirus, el comportamiento de los consumidores ha cambiado. Esta es la gran oportunidad para el e-commerce y el pago digital. Según Kantar, como resultado de la COVID-19, el comercio electrónico se ha consolidado. Además, con el lema #Yomequedoencasa durante los meses de confinamiento, el servicio de delivery ha crecido exponencialmente.

En un estudio elaborado por Facebook en colaboración con Deloitte, los consumidores españoles se preocupan por la supervivencia del comercio local. El 63 % de la muestra analizada reconoce que ha empezado a comprar en pequeñas empresas. Además, el 38 % asegura que descubrió estos pequeños negocios gracias a las redes sociales.

Los productos de alimentación se han colocado como la pieza clave del puzzle en una época de recesión económica. Asimismo, el tiempo en casa se ha incrementado notablemente, por lo que las compras por internet se han disparado y el e-commerce se ha consolidado. Sin embargo, la hostelería y el turismo, así como el resto de pequeños comercios, vive el presente con incertidumbre y desasosiego.