Cristina Chacón: “Tuve que aceptar que sobre ruedas se puede vivir perfectamente, todo depende de cómo te tomes la vida”

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CAROL BLASCO  |  Fotografía: Alba Carbajal

A sus 23 años, Cristina Chacón Ramos estudia el último curso en el Grado de Periodismo de la Universidad de Valladolid. Superviviente de una parálisis cerebral infantil, es miembro de la ONCE y socia desde hace más de 10 años a la organización ASPAYM, encargada en la integración social de las personas con discapacidad.

El diálogo transcurre en su apartamento universitario, adaptado para que ella pueda desarrollar su vida cotidiana, junto a asistentes personales que le ayudan a facilitar sus actividades domésticas, sin ningún tipo de obstáculo o impedimento.

Empezamos la entrevista centrándonos en su futuro dentro del periodismo. Cristina nos explica que evidentemente le gusta la carrera que está ejerciendo, pero que «no se ve trabajando en ello», por lo menos no de forma específica. En el primer curso, como cualquier principiante, tenía muchas ganas e ilusión, pero poco a poco se fue dando cuenta de ciertas cosas, de la cruda realidad, y en cierto modo se fue desilusionando. Descubrió que realmente había diferentes salidas, donde se desenvolvería con una mayor facilidad dentro del ámbito periodístico, como es la comunicación en las empresas, relacionada con el marketing y la publicidad. Su principal objetivo laboral es conseguir un trabajo en el departamento de comunicación de alguna empresa relacionada con la música, como menciona ella, Sony Music.

La joven nació en Santa Cruz de Tenerife, aunque se ha criado en La Coruña, y a los pocos meses de nacer le diagnosticaron una parálisis cerebral debido a que su madre sufrió un accidente de tráfico mientras estaba embarazada. Por esta razón, y por el hecho de ser prematura, tuvo que pasar un tiempo en la incubadora, lo que provocó una lesión cerebral -no se sabe a ciencia cierta si debido a una falta o exceso de oxígeno-, que dificulta, principalmente, a sus sistema respiratorio y motor.

Cristina Chacón, en su apartamento universitario
Cristina Chacón, en su apartamento universitario

Asegura que su madre ha colaborado para que desarrollase una vida muy normal dentro de sus dificultades, en un colegio donde ella era la única discapacitada. “Me considero una persona súper afortunada, porque igual que he nacido con esto podría haber nacido en un país pobre, y sí, es difícil, pero tienes que saber llevarlo y si tienes un entorno que te ayuda a normalizar tu vida es todo mucho más fácil”, explica. Siempre ha convivido con su madre y le agradece la influencia educativa y personal que ha recibido por su parte.

Chacón recuerda que su infancia ha estado marcada por las continuas visitas al quirófano y sobrevivir a una multitud de operaciones muy duras que le han supuesto no sólo un desgaste físico, como estar escayolada o postrada en la cama durante meses, sino también psicológico. La vida durante su niñez se caracterizaba por salir de clase para ir al hospital e ir al logopeda o a fisioterapeutas. Pero no toda su etapa como niña estuvo señalada por consultas médicas y operaciones, sino también por actividades extraescolares, como equitación, que practicó durante varios años, o natación, la cual ha vuelto a practicar de nuevo.

La adolescencia es una época dura para todos. “Ves como todas tus amigas empiezan a tener novio, que se empiezan a poner tacones… Tuve una adolescencia bastante mala, tengo que pedirle perdón a mi madre», reconoce. Su punto de inflexión hacia la madurez fue mudarse y cambiar de ciudad, venirse ella totalmente sola, sin la ayuda de su madre, que fue la primera que le animó a irse de casa para estudiar periodismo, que, como ella afirma, lo eligió por «total vocación» desde que era niña.

Asegura que prefiere vivir sola, per siempre con la ayuda de asistentes personales que la ayudan en distintos momentos del día y en las actividades domésticas como levantarse de la cama, ir al baño, ducharse o prepararse el desayuno, la comida y la cena. “Fuera de casa me manejo muy bien, mi gran problema es moverme dentro de casa, pero con un asistente personal se puede tener una vida autónoma normal, lo sé por experiencia».

Concentrándonos en el aspecto académico, para ella su primer año de carrera fue duro. Ahora mismo, sus planes de futuro son tener un trabajo en condiciones, aunque reconoce que la realidad laboral en nuestro país, unido a su situación personal, aportan ciertas facilidades. “Tú no lo escoges, a ti te toca; puedes escoger teñirte el pelo de rosa pero no escoger tener una discapacidad o una enfermedad rara, te toca y punto y tienes que hacer lo posible por vivir con ello». Define su vida, en general, como algo «muy normal» y espera tener un futuro próspero. “Quiero poder estar con alguien que realmente me quiera por cómo soy por dentro y no por fuera y aportar algo a la sociedad el día de mañana», afirma.

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Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, esta semana se celebró en la Universidad de Valladolid una actividad denominada “Mujer y diversidad. Empoderamiento y conocimiento de la realidad de las mujeres con discapacidad”, que contó con la intervención de la entrevistada. La conferencia se centró en la relación entra la mujer y la discapacidad. Diferentes mujeres, como la concejala del Ayuntamiento de Zamora o la vicepresidenta de ASPACE Valladolid, abordaron temas como la sexualidad y el mundo laboral enfocado en la mujer. La futura periodista centró su ponencia en su futuro académico, en cómo se ha desarrollado y en las ayudas que ha obtenido, con el objetivo de ayudar a otras personas que padecen una discapacidad, «abriendo camino y  rompiendo barreras» por toda la gente que viene detrás. Para la joven el problema reside en la sociedad, ella pone el ejemplo de que las personas utilizan la palabra “minusválido”, que etimológicamente significa menos valido para algo, menospreciando así a la gente que sobrelleva cualquier enfermedad como la suya. “Intento poner mi granito de arena en el mundo, siento la obligación y la necesidad de hacerlo, pero no solamente yo».

La conversación concluye con una frase significativa que resume la necesidad de educar al personal universitario sobre los falsos mitos de la discapacidad. “Es algo que me ha tocado pero soy algo más que una persona con una discapacidad, por ejemplo, soy valiente por sacar una carrera: antes que nada, todos somos personas».

1 COMENTARIO

  1. Enhorabuena por la entrevista y enhorabuena a Cristina, por su actitud ante la vida. Resultas ejemplar. Gracias a las dos.
    Pilar Sánchez

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