SANDRA SORIA ALONSO | Fotografía: Sandra Soria |
Estas Navidades han llegado en medio de una pandemia que se ha convertido en el principal problema del mundo. Por tanto, estas fechas han venido acompañadas de algunas restricciones para evitar los contagios en España, lo que ha convertido esta Navidad en una muy particular, con reuniones tranquilas, toque de queda y un máximo de 10 personas en los días clave.
Con el comienzo de las fiestas, la venta de productos navideños y las compras se incrementaron en la ciudad. Todos los puestos dispusieron de las medidas sanitarias pertinentes y de control de aforo, así como un guardia de seguridad que vigilara su cumplimiento.
Los protagonistas de estas fechas son, sin duda alguna, los niños. Las atracciones se llenaron de familias que esperaban con ansia dar una vuelta en este tren infantil. Eso sí, cumpliendo todas las medidas de precaución contra la COVID-19.
La Sala Municipal de Exposiciones de la Iglesia de las Francesas exhibió un belén hasta el 10 de enero. Con ello, se formaron largas colas debido a que los asistentes debían respetar la distancia de seguridad y el aforo del espacio.
Desafortunadamente, este año ha traído consigo restricciones que han afectado principalmente al número de personas que se podían reunir y al aforo de los establecimientos. Las Navidades se han celebrado cumpliendo estas medidas, tanto en los lugares públicos como en el ámbito privado.
En la entrada de cualquier local, ya vemos como algo habitual y cotidiano servirnos del gel hidroalcohólico que se encuentra situado en la puerta. Durante las fiestas, antes de acceder a uno de los restaurantes más típicos de Valladolid, ‘La Mejillonera’, era y sigue siendo indispensable desinfectar nuestras manos.
Si existe un símbolo de esta celebración es el árbol de Navidad. Sin embargo, en esta farmacia de la calle Santiago han optado por uno un tanto diferente. Así, han montado un árbol de luces con mascarillas FFP2 colgadas de él.
Según el Ministerio de Consumo, las mascarillas FFP2 son equipos de protección individual (EPI) y se recomiendan principalmente para el uso por profesionales que conlleven un riesgo alto de infección del coronavirus, como los sanitarios, o para grupos de riesgo y personas con vulnerabilidad. Este tipo de mascarillas ‘filtran el aire inhalado evitando la entrada de partículas contaminantes en nuestro organismo’.
Numerosos espectáculos musicales llenaron las calles de la ciudad y aportaron un atisbo de luz y ritmo a muchas familias que este año celebraron las fiestas alejadas de los suyos.
En la recta final antes de las Navidades, muchas comunidades autónomas endurecieron las restricciones en la movilidad para frenar los contagios. Algunas optaron por el cierre perimetral, otras impusieron medidas referentes al aforo de los establecimientos… todas ellas compartieron las limitaciones en el número de personas que se podían reunir, de un máximo de 6 o 10 dependiendo del día, y el toque de queda. Estas medidas influyeron sobre algunas personas que no pudieron celebrar las fiestas con sus seres queridos para evitar el riesgo de contagio y proteger a sus familias.
La castañera también celebró las fiestas y el frío vallisoletano, con mascarilla y desinfectante de manos, a la vez que asaba las castañas en el fogón.
Un furgón de la Policía Nacional vigiló durante todo diciembre y principios de enero el cumplimiento de las medidas sanitarias en la Plaza Mayor de Valladolid.
En restaurantes como ‘La Tasquita’ era necesario esperar fuera para pedir mesa al camarero y que este, tras desinfectar el mobiliario, asignara una.
Este 2020, a pesar de la pandemia, Papa Noel y los Reyes Magos han repartido los regalos como cada año. Aunque con algunas limitaciones que han hecho de estas fechas unas Navidades diferentes.
El servicio de ‘take away’ (para llevar) se ha convertido en un servicio clave en esta época. Muchas familias han preferido disfrutar de su chocolate caliente del ‘Café del Norte’ en casa.
Este año, en las cenas y las comidas de los días señalados no se han reunido una veintena de personas en el caso de las familias más numerosas, como ha sucedido otros años pasados. Las mesas han propiciado reuniones más cercanas y tranquilas con diez platos como máximo permitido.
Esta Navidad ha sido diferente, sobre todo por las sombras de muchos que ya no nos acompañan. Por eso, es fundamental rendir homenaje a todos nuestros mayores que, por desgracia, han sido las principales víctimas de esta crisis.
