¿Reinventar o repetir? El dilema navideño de los jingles televisivos

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JAVIER PÉREZ FRAILE | Fotografía: Pexels

La Navidad es, para la televisión y la publicidad, un momento estratégico en el que la narrativa, la música y los elementos persuasivos se combinan para tocar el corazón del espectador. Cada año, las marcas se enfrentan a la misma cuestión: ¿deberían apostar por la innovación y crear campañas completamente nuevas, o mantener los jingles clásicos que despiertan nostalgia?

Está decisión no es trivial: los jingles navideños no son solo canciones: son vehículos de emociones, recuerdos y vínculos que pueden reforzar la fidelidad a la marca, siempre y cuando se usen correctamente.

La fuerza emocional de los clásicos

Desde hace décadas, los anuncios de Navidad recurren a melodías reconocibles para construir un vínculo profundo con el público. Según Phys.org, muchas campañas navideñas usan exactamente ese tipo de música nostálgica para generar un “gancho emocional” duradero. La nostalgia no es solo sentimental, sino estratégica: un estudio de la Universidad Complutense de Madrid demuestra que apelar a recuerdos positivos fortalece la relación entre marca y consumidor, especialmente cuando se trata de recuerdos compartidos o colectivos.

A nivel neurológico y comunicacional, la conexión emocional que se activa al escuchar melodías familiares también incentiva la fidelidad. La nostalgia activa áreas cerebrales relacionadas con la memoria y las recompensas, lo que mejora la capacidad de recuerdo de la marca en concreto, y también su buena percepción emocional.

El riesgo de modernizar: ¿pierde su esencia la nostalgia?

Sin embargo, actualizar esos jingles icónicos no es una tarea fácil y sin riesgos. Cuando son remasterizados con arreglos muy digitales o extremadamente pulidos, existe el riesgo de que la “magia original” se pierda. Las versiones demasiado mecánicas pueden carecer de la calidez auténtica que tenían las originales.

Además, la sobreexposición musical supone un problema importante: cuando las piezas musicales son demasiado repetitivas o demasiado familiares, el efecto nostálgico puede agotarse, y los que antes evocaba ternura pasan a ser un recuerdo demasiado pesado y cargante.

Desde un punto de vista narrativo Paula Horta, autora del estudio ‘Tis the Season for warm, fuzzy emotion: visual storytelling in nostalgia in Christmas adverts, sostiene que no basta con repetir melodías antiguas: para que un anuncio navideño cale debe construir una historia que “hable con el corazón”, en lugar de apoyarse únicamente en elementos musicales.

Innovar con respeto: un equilibrio posible

Entonces, ¿cuál debería ser la estrategia televisiva navideña? Probablemente la más eficaz sea una mezcla inteligente. Conservar el jingle nostálgico más querido por la audiencia, pero usarlo dentro de una narrativa renovada o acompañarlo con recursos visuales actuales. Esto permite mantener la conexión emocional sin caer en la repetición vacía. Un ejemplo es la empresa Suchard, que combina su jingle tradicional con animación en stop motion y actualiza su mensaje para resonar en públicos más jóvenes sin perder su esencia.

Hacia una Navidad con una nostalgia reinventada

Los jingles navideños clásicos son una herramienta emotiva poderosa: despiertan nostalgia, calidez y vínculo con el espectador. Sin embargo, la televisión no debería limitarse a repetir una y otra vez versiones antiguas.

Innovar respetando el legado puede preservar la magia nostálgica y, al mismo tiempo, sorprender al espectador. Esa combinación es la clave para que las campañas de Navidad lleguen al corazón sin quedarse estancadas en el pasado.