BELÉN RODRÍGUEZ FERRERO | Fotografía: Belén Rodríguez
La Semana de la Moda Mundial o World Fashion Week hace honor a los iconos de la moda de los cinco continentes del mundo. Estos maestros muestran sus logros artísticos, técnicos y sociales dentro de la industria, y consiguen que el resto de personas entiendan por qué solo un puñado de personas con un talento especial consiguen sobresalir en este gremio.
Respecto a esta semana se han generado varias polémicas. Es por ello que cada vez está más presente en ella el término Fashion Law o derecho de la moda, que analiza el amplio ordenamiento jurídico y extrae lo que el mundo de la moda puede necesitar de los abogados.
Para empezar, las marcas y sus diseñadores necesitan un fuerte y firme asesoramiento sobre numerosos temas. Algunos de ellos pueden ser derechos de autor, titularidad de la marca, creación de franquicias, publicidad o contratación especializada. Más allá de estos aspectos, no son las marcas las que más respaldo necesitan sino los modelos pero, sobretodo, las modelos femeninas son quienes más abusos y explotaciones sufren.
La realidad del modelaje
Existen historias de abuso sexual, críticas relacionadas con el peso y la imagen corporal y un claro síndrome de Peter Pan. Este síndrome consiste en que tan pronto como las mujeres empiezan a desarrollar rasgos físicamente maduros, dejan de llamar la atención en el mundo de la moda y son sustituidas por modelos más jóvenes, incluso menores de edad.
La modelo y activista laboral estadounidense Sara Ziff presentó en 2010 Picture Me: un documental que narra su experiencia y la de otras modelos, incluyendo beneficios y perjuicios de ese mundo. Para llevar a cabo esa filmografía, grabó durante cinco años el mundo detrás de las pasarelas, tanto el suyo propio como el de las otras modelos que también quisieron alzar la voz.
Este documental generó un gran impacto, ya que era la primera vez que un grupo de modelos mostraban el mundo desde “el otro lado”. Un mundo que en muchas ocasiones las había hecho sentir mudas, vulnerables e impotentes.
“En febrero de 2012, con el apoyo de otras modelos y del Instituto de Leyes de la Moda de la Universidad de Fordham, formé Model Alliance, una asociación sin ánimo de lucro para modelos que pertenecen a la industria de la moda estadounidense”, contaba Sara Ziff en una entrevista para la BBC. Desde que la supermodelo comenzó esta corporación, revistas influyentes como Vogue, acordaron no trabajar con modelos menores de 16 años o con problemas alimentarios y se involucró con Save the Children: una organización no gubernamental que promueve los derechos de los niños y luchas contra el hambre. También se establecieron sistemas de quejas con la industria de la moda para mejorar la transparencia financiera en las agencias, ya que la mayoría de las modelos se considera como contratistas independientes y no empleadas, por lo que no se aplica el respeto por el salario mínimo.
El mundo de la moda está visto, por lo general, como un mundo lleno de glamour, pero ese encanto se anula si la audiencia comienza a hacerse las preguntas debidas. ¿Esta modelo es mayor de edad? ¿Sufre de algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria? ¿No debería estar estudiando?