PAULA ÁLVAREZ FERNÁNDEZ  | Getty Images

Actualmente cada vez más personas toman la decisión de ser su propio jefe, lo que puede ser un sinónimo de libertad, pero también de incertidumbre. En España los autónomos son claves para la economía, pero ¿es realmente sostenible serlo?

Un autónomo es una persona que trabaja por cuenta propia, que gestiona todos y cada uno de los ámbitos de su trabajo. Lo que define a los autónomos es que son responsables de su trabajo en todos los ámbitos.

Para poder trabajar por cuenta propia es necsario cumplir una serie de requisitos, entre ellos: ser mayor de edad; obtener las licencias o permisos pertinentes para el bien o servicio; llevar la contabilidad y la emisión de facturas, cumpliendo así con las obligaciones fiscales; darse de alta en la Seguridad Social, Hacienda…

Si bien son muchos los requisitos para volverte tu propio jefe, es cierto que hoy en día, los autónomos tienen un peso cada vez mayor en la economía española. Representan un 15,9% de la población, siendo aproximadamente 3,39 millones de personas según el Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Para empezar, las ventajas de ser autónomo son varias, entre ellas tenemos la flexibilidad horaria. Al no tener un horario fijo y determinado, eres tú quien debe organizar tu jornada laboral acorde a las necesidades que requiera el trabajo. Esto, puede permitirte, como autónomo, tener una vida laboral perfectamente compaginada con tu vida personal.

Cuentas con el control total de absolutamente todas las decisiones llevadas a cabo en tu negocio: el trato con los clientes, la decisión de los precios, el método de elaboración y/o transporte de tus productos, cómo se lleva a cabo tu servicio… Incluso eliges dónde trabajar, por lo que, aunque depende de a lo que te dediques o de lo que ofrezcas, puedes llegar a trabajar donde desees.

La posibilidad de crecimiento personal siendo trabajador por cuenta propia existe, ya ue, si no tienes ningún empleado, tendrás que encargarte de todo. Esto trae consigo el desarrollo de habilidades empresariales, personales… fomentando, a su vez, la resolución de problemas a los que te puedes enfrentar.

Al no estar sometido a un horario determinado, puedes intentar involucrarte laboralmente en varios proyectos o negocios completamente diferentes entre sí, lo que te otorga la posibilidad de formarte, invertir, explorar nuevos mercados…

Los autónomos no cuentan con un salario fijo, por lo que, aunque dependa de la demanda de tus productos, servicios o del éxito de tu negocio, tus ingresos pueden aumentar.

A pesar de todo, también existen desventajas a las que los autónomos han de hacer frente, como la gestión de sus declaraciones, facturas, gestiones, ingresos, gastos… La gestión administrativa es algo crucial que no todo el mundo sabe hacer, por lo que puede llegar a suponer un gasto adicional en asesoramiento.

Como hemos comentado en varias ocasiones, el salario de los autónomos depende, en su totalidad, de su trabajo, lo que implica que los días de vacaciones, o los no trabajados no tendrán ingresos (a no ser que tengan empleados). No solo no cuentan con vacaciones pagadas, tampoco cuentan con subsidios por desempleo, lo que implica una menor protección que un trabajador por cuenta ajena.

Además de esto, por lo general, las pensiones de los autónomos tienden a ser más bajas que las de los trabajadores por cuenta ajena. Incluso pueden llegar a tener dificultades para que se les conceda un préstamo, ya que las entidades bancarias suelen preferir invertir en negocios o empresas consolidadas.

Ya sabemos que la responsabilidad de los negocios de los trabajadores por cuenta propia recae sobre ellos. Si bien es cierto que esto les permite gestionarlo a su antojo, deberán hacerse responsables de cada error o imprevisto cuyas consecuencias les afectarán directamente.

Al ser tu propio jefe, puede que en ocasiones no seas capza de respetar los límites entre lo personal y lo laboral como te gustaría, lo que puede desencadenar en jornadas excesivamente largas y un abandono de tu vida social, familiar…

Sin lugar a dudas, ser autónomo ofrece un gran abanico de posibilidades, pero en ocasiones, implica hacer frente a desafíos e imprevistos.

Es una buena opción para todos aquellos que busquen ser independientes laboralmente y emprender su propio negocio, a la par que su propio camino en el mundo empresarial o laboral.

Para que sea una opción rentable, además de los requisitos económicos, un autónomo ha de ser consciente de que las dificultades son reales y pueden ocurrir. No basta con esto, ya que hay que saber hacerles frente para que tu trabajo salga adelante.

Adaptarse al mercado, crear y dirigir un negocio, llevar a cabo todas las gestiones administrativas… son tareas que el trabajo por cuenta propia trae consigo. Puede legar a ser viable si se cuenta con la capacidad de hacer frente a todo lo que conlleva ser autónomo, además de contar con fondos y una preparación previa.