AINARA ÁLVAREZ GONZÁLEZ | Fotografía: Wikimedia Commons |
Emma y el jaguar negro, dirigida por Gilles de Maistre, se adentra en la jungla amazónica para tejer una historia que mezcla aventura, amistad y una poderosa crítica al maltrato animal. La película sigue a Emma, una niña que crece en la selva y desarrolla una relación única con un jaguar llamado Hope, al cual tiene que dejar al trasladarse a Nueva York. Sin embargo, cuando su tierra natal se ve amenazada por la caza furtiva, Emma regresa para enfrentarse a una crisis que pone en juego no solo a su amiga felina, sino a toda su comunidad.
En esta película, el director, conocido por trabajos anteriores como Mia y el león blanco (que hace una crítica a la industria sudafricana de animales salvajes) sigue una fórmula similar en esta cinta.
Un mensaje necesario
El filme destaca por su intención pedagógica y su llamada a la protección del medio ambiente y de los animales. Las imágenes del Amazonas, capturadas con maestría, evocan tanto la belleza como la vulnerabilidad de este ecosistema. La relación entre Emma y Hope es el corazón de la película, ofreciendo momentos entrañables que subrayan la conexión entre humanos y animales.
Además, Emma y el jaguar negro no teme señalar problemas reales como el tráfico ilegal de especies, temas que rara vez se abordan en el cine para todos los públicos. Esta valentía narrativa es una de las fortalezas del filme, que busca concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de cuidar el planeta. Además, la joven actriz que interpreta a Emma (Lumi Pollack) realiza una actuación impecable, creando una conexión real con el jaguar.
Simplicidad narrativa
Aunque la premisa es atractiva, el guion se siente predecible y falto de profundidad. Los personajes secundarios son, en su mayoría, planos y funcionales, sin aportar a la historia. Por último, la transición entre el mundo urbano de Nueva York y el regreso a la selva es apresurada, perdiendo la oportunidad de explorar más a fondo las tensiones culturales que vive la protagonista.