ANTONIO RUBIO MARTÍNEZ | Fotografía: Antonio Rubio |
‘Come, respira, ama… ¿piensa?’ es el lema de la tercera edición del Festival Valladolid Piensa. El objetivo es sacar la filosofía de las aulas a los bares, museos, teatros y librerías de la ciudad. Esto lo lleva cumpliendo todos los jueves de la tercera semana de noviembre de cada año desde 2017, en el día mundial de la Filosofía.
El público puede acudir a charlas, coloquios, Jam Sessions, conferencias y talleres durante los tres días que dura. Esto sin importar su edad ni su conocimiento sobre la materia. Además, este año el ciclo acogió el I Concurso de Ensayo Filosófico Valladolid Piensa. La profesora María Caamaño, directora del festival junto a Adán Sus, quiso tratar con mayor profundidad los temas del festival tras su ponencia.
‘La Filosofía se ocupa de la vida’. Así explica la profesora el lema de esta edición del festival. La Filosofía no se encuentra solo en narrativas abstractas sobre cuestiones alejadas de la realidad, esta se orienta hacia lo cotidiano. A partir de ahí comienza el proceso de reflexión. El ser humano está todo el día planteando concepciones y críticas sobre todo lo que ve y lo que no ve. ‘Pensar es parte de la vida y pensamos sobe la vida’.
La ponente afirma que es conveniente fomentar la Filosofía entre los ciudadanos. No solo para adquirir madurez como personas, sino por el goce que esta proporciona. Ya que sin preguntarse qué hace en el mundo o en qué tipo de sociedad vive, una persona no puede conseguir un desarrollo pleno como ser humano. Además, el festival tiene una cara más lúdica. Invita a comenzar a reflexionar a través de ejercicios divertidos. Por ejemplo: ¿Por qué en un museo tenemos una actitud al observar unas obras y cuando salimos tenemos otra diferente?
Una de las sesiones con más éxito del festival son los talleres de Filosofía para niños de 6 a 12 años. En estos talleres, los niños son separados en grupos por edades y hacen ejercicios de mayéutica. Es decir, se les plantean cuestiones y estos descubren verdades por sí mismos. Los niños, al estar menos influenciados socialmente, tienen respuestas menos previsibles, ‘una mezcla de ingenuidad y audacia’, según Caamaño. Por esto, los niños están más liberados de prejuicios y son más originales al enfocar los temas sobre los que se les pregunta.
Caamaño expuso también su opinión sobre la manera de enseñar la Filosofía en Bachillerato y la Universidad. Se enseña de un modo ‘tradicional, pero en el mal sentido’. Ya que el modo de enseñar Filosofía desde su comienzo es filosofando. Es decir, mediante diálogos, confrontando puntos de vista. Caamaño asegura que es necesario enseñar una base, unos autores, para tomar como referencia antes de empezar a discutir nada. En la Filosofía hay que tener la paciencia para sentarse y leer, pero, una vez que el alumno tienen ciertas referencias, tiene que reflexionar por él mismo.
‘En la universidad nos encontramos alumnos acostumbrados a escuchar, pero que no piensan por sí mismos’.
María Caamaño
Asegura que cuando empezaron hace tres años con el proyecto se mostraron con una actitud optimista, pues confiaban en que a la gente le interesase la Filosofía. Aún así, para ellos fue una sorpresa que en sitios como en el Museo de la Ciencia o el Salón de Actos del Patio Herreriano hubiese gente que se quedara fuera al llenarse el aforo.
La gente que colaboró con el festival, según asegura, se mostró siempre abierta e interesada por las actividades que se les proponía. Algo que también les sorprendió fue lo receptivo y atento que estuvo el público en todo momento. También fue clave la multitud de posibilidades del festival. Puesto que la Filosofía no tiene un único objeto de estudio, las sesiones sobre humor, danza o música acompañadas de Filosofía fueron posibles.
‘El proyecto futuro más claro es la cuarta edición’, exaltó la profesora. Sin embargo, también destacó otra de sus preocupaciones: que el espíritu siga vivo durante todo el resto del año. Hacer este tipo de festivales es un gran esfuerzo logístico, pero Valladolid Piensa trata de realizar actividades en la Facultad de Filosofía y Letras siempre que puede.
Así mismo, María Caamaño animó a la gente a acudir a la cuarta edición de Valladolid Piensa. Según la ponete, lo que es una buena oportunidad para reflexionar sobre problemas políticos, arte o sobre la sociedad. Sobre cuestiones que siempre van a ser interesantes, que al ser humano siempre le van a despertar fascinación. Quién se atreva a pensar, quién quiera dedicarle reflexión y energía a eso, tendrá la oportunidad en la cuarta edición.
También tuvo tiempo María Caamaño para agradecer al Ayuntamiento de Valladolid y a la Universidad de Valladolid por su implicación. El auspicio que permite mantener una actividad muy enriquecedora para la ciudad.