DANIEL MESONERO GARRIDO | Fotografía: Sandra Soria |
Uno de los grandes debates en el mundo del periodismo es el tema del intrusismo. Mucha gente se queja de que exdeportistas sin título como periodistas ejercen de ello, quitando el puesto a otros periodistas. Pero, deberíamos plantearnos si existe realmente un problema o un beneficio, ya que estos aportan cosas distintas a la profesión.
En los últimos años ha habido grandes comunicadores y comentaristas en distintos deportes que son exdeportistas. Michael Robinson como comentarista de partidos de fútbol era especial, no solo por su característico acento, sino porque explicaba el fútbol de otra manera. Él explicaba este deporte desde el punto de vista de un exfutbolista, y ello le daba una visión distinta desde el lugar del espectador.
También hay que reconocer que en el fútbol quizá haya en exceso. Hay demasiados exfutbolistas de distintos equipos y distintas posiciones que dan su opinión sobre el mismo partido. Esto a veces hace que el partido del fútbol se convierta en una tertulia deportiva y llega a crear debates por declaraciones de estos mismos exfutbolistas.
En otros deportes también existe este intrusismo. En el caso de la F1, está como comentarista el expiloto Pedro de la Rosa. En el baloncesto también sucede, Juanma López Iturriaga, José Calderón y otros exjugadores han sido comentaristas. Estos aportan cosas distintas a la manera de ver sus respectivos deportes.
En la mayoría de deportes existe esto, quizá puede ser porque también influye la audiencia. Probablemente tenga más audiencia si el comentarista es un exdeportista al que se le pueda tener cariño por su pasado. Si no puede ser simplemente por ver los distintos puntos de vista de un periodista en comparación con un exjugador.
¿Es realmente un problema este intrusismo? Es cierto que estos exdeportistas están ocupando un puesto que podría estar ocupándolo un periodista y que quizá sea uno de los problemas de esta profesión. Otros piensan que estos plantean una visión distinta del deporte, a través de sus experiencias en primera persona.
El ejemplo de Robinson es claro, un carismático inglés que después de jugar en España decidió comentar y analizar partidos de nuestra liga. Michael aportó mucho al periodismo deportivo sin ser periodista, pero por su gran virtud como comunicador. Su visión de los partidos desde la primera persona revolucionó esta profesión. Esto ha llegado a tal punto que tras su fallecimiento solo han sabido sustituir su ausencia con otros exfutbolistas.
Quizá para saber comunicar no hace falta estudiar mucho sino tener ese talento que solo unos pocos tienen. Es cierto que igual hay demasiados comentaristas exdeportistas, pero muchos de ellos tienen grandes capacidades para comunicar y explicar sus distintos puntos de vista de su deporte. Siempre viene bien ver todo tipo de cosas desde distintos puntos de vista.