JUAN FERRERUELA GARCÍA | Fotografía: Pixabay |
Todos sabemos más o menos lo que es la vendimia (Vindemia en latín), una de las fiestas más importantes que se celebran en España debido a su gran importancia en la cosecha de la uva y la producción del vino. Desde pequeños hemos visto la infinidad de carros con uvas que desfilaban por las calles, pero muy pocos conocen la historia que hay detrás de esta fiesta.
Orígenes:
La Fiesta de la Vendimia tiene sus orígenes en el Antiguo Egipto, en donde los vendimiadores pisaban la uva y cuyas ceremonias se le atribuía el origen del vino al dios de los muertos, Osiris, ya que este renacía con la inundación del río Nilo que coincidía con el inicio de la vendimia y su agua salía roja por las montañas del norte de Etiopía.
En la Antigua Grecia cada año se suspendían las actividades políticas y militares para festejar la vendimia, que oscilaba entre los cuatro y los cinco días de duración. Aquí se pisaba la uva y se bebía el primer vino en honor al dios del vino, Dionisos, ya que se le atribuía a él el descubrimiento de la viticultura y su expansión hacía otros continentes. Dionisos representaba tanto la fertilidad como la muerte anual de las viñas y su misma muerte, cerrando el ciclo estacional que después reiniciaba en primavera con su resurrección y la renovación de los frutos. Todo esto junto a otras actividades que se realizaban como el baile y el canto, dieron lugar al nacimiento del teatro.
En la Antigua Roma, se celebraban las Vinalias, que eran fiestas que se hacían en honor a Júpiter y Venus, y se pedía protección sobre las huertas, la vendimia y las viñas. La importancia del vino también se daba a través de la figura del dios Baco (equivalente al dios Dionisos en la mitología romana).
Ya en el Cristianismo, el vino adquiere una importancia litúrgica y sagrada porque representa la sangre de Cristo. La festividad queda limitada a la austeridad en los monasterios, pero a partir del Renacimiento volvieron los rituales paganos en torno al vino, y fueron extendiéndose hasta la época actual.
Denominaciones de Origen (D.O) de Castilla y León:
En Castilla y León, las Denominaciones de Origen (D.O.) que más destacan y cuyas fiestas son declaradas de interés turístico son:
– D.O. Cigales: En esta localidad vallisoletana la fiesta se ha celebrado del 13 al 22 de septiembre, donde destaca el fin de semana por la pisada de la uva y la degustación del primer mosto. También destaca las actuaciones musicales, talleres de artesanía, una cata comentada y una cata-casino en la que los cigaleños ponen a prueba sus conocimientos.
– D.O. Rueda: En esta localidad vallisoletana la fiesta se ha celebrado del 11 al 13 de octubre. Destaca por su ya famosa Feria del Vino Blanco, cuyos vinos los más destacados son lo de la variedad Verdejo. La vendimia aquí posee una tecnología más avanzada porque es mecánica, y esto hace que se logre recolectar grandes cantidades de uvas en poco tiempo, manteniendo su frescura y evitando que las uvas se oxiden. A parte de esto, la Fiesta de la Vendimia en Rueda también destaca por el tradicional Toro de la Vendimia, mercados de artesanía y las catas de vinos. Además, dejan visitar y probar en las bodegas.
– D.O. Toro: En esta localidad zamorana la fiesta se ha celebrado del 10 al 13 de octubre. La D.O. Toro destaca por sus potentes vinos tintos y por la realización de la vendimia tanto de forma manual, que en los viñedos de mayor calidad permite una elección rigurosa de los racimos que mejor estén, como mecanizada, para recoger uvas más rápidamente en viñedos menos accesibles. Sin embargo, aquí la Fiesta de la Vendimia destaca, sobre todo, por el Desfile de Carros tradicionales con uvas, que van por las distintas calles de Toro y donde los encargados están vestidos con la vestimenta típica que tenían los vendimiadores. También destaca su Mercado Medieval con la venta de productos como colonias aromáticas artesanales o joyería artesanal, las catas de vino, los distintos espectáculos infantiles y las exposiciones de aves rapaces, entre otras actividades.

La vendimia es una oportunidad perfecta para los jóvenes a la hora de vivir una gran experiencia cultural, ya que supone pasar tiempo en una actividad en la que nuestros abuelos y padres se implicaban cada año desde muy jóvenes, y conocer más fondo esta actividad. Trabajar en la vendimia supone empezar a saber trabajar en equipo y el fomento de actitudes como el compañerismo y la responsabilidad. Además, muchos jóvenes pueden servirse del dinero ganado como un extra que les puede venir bien para completar el pago de sus estancias en pisos durante su etapa universitaria, para comprar un determinado producto, para aumentar sus ganancias, entre otras cosas.










