MARINA JIMÉNEZ HUERTA | Fotografía: Pixabay
Actualmente se vive en una era digital que está en constante desarrollo. Este incesable progreso puede conllevar en muchas ocasiones el olvido de la ética en muchos de los profesionales de la comunicación y cuidadanos. La famosa ética digital debe acompañar al uso diario de las múltiples plataformas digitales.
La ética digital es un término relativamente nuevo. Muchos conocerán su significado y para otros será totalmente desconocido. Cuando se habla de ética digital, se habla de la implicación de las tecnologías digitales en el escenario social, político y moral de la sociedad actual.
Durante los últimos años, se han establecido una serie de principios para este tipo de ética. Primero está la responsabilidad de todos los ciudadanos que usan dispositivos o plataformas digitales. En segundo lugar destaca el deber de transparencia en los actos de entramado digital. En tercer lugar aparece el derecho a la protección y privacidad que poseen todos los ciudadanos . Y en último lugar, está la necesaria creación de una sociedad digital dinámica que se mueva en el diálogo y la cooperación.
El uso de Internet o cualquier otra plataforma digital contiene muchas ventajas y aspectos positivos, pero un mal uso de ello puede presentar problemas. Algunos de estos problemas son el derecho de propiedad intelectual, los ataques a la seguridad, los límites de la libertad de expresión y, desde luego, la privacidad de los datos de carácter personal.
La ética digital presenta una importante diferencia con los tradicionales códigos deontológicos. Estos códigos se entienden como un conjunto de principios y reglas que las empresas de comunicación audiovisual formulan y aceptan de manera libre y voluntaria con normas éticas para regular su actividad y guiar una conducta profesional.
Las bases que indican estos códigos deontológicos son algunas como transmitir a los ciudadanos una información veraz, exacta, oportuna y clara. Deberán separar de manera contundente los hechos de las opiniones dadas. Asimismo, deben difundir, exigir y defender los derechos y deberes humanos. Por último, los profesionales de la comunicación tendrán una serie de derechos especiales como el secreto profesional o la cláusula de conciencia.
Es necesario entender la importancia de vivir en una sociedad digitalmente responsable y colaborativa, pues se trata de un pilar fundamental si se quiere cuidar la seguridad de la sociedad. Además, no hay que olvidar la relevancia de los códigos deontológicos que los medios de comunicación imponen deliberadamente.