La salud mental en la era digital

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Ainara Álvarez González | Fotografía: Pixabay |

En los últimos años, el crecimiento de las redes sociales ha transformado la manera de comunicar, compartir y establecer relaciones. Este fenómeno ha generado una creciente preocupación sobre su impacto en la salud mental, ya que, aunque estas plataformas permiten expresar sentimientos y visibilizar problemas emocionales, también fomenta un ambiente de comparación constante y búsqueda de validación.

Según el último estudio de IAB Spain, el 86% de los usuarios de internet entre 12 y 74 años utilizan redes sociales. Entre los jóvenes de 12 a 18 años esta cifra asciende al 91%, quienes pasan un promedio de 7 horas a la semana en estas plataformas. Las redes más populares en España son WhatsApp, YouTube, Instagram y Facebook. TikTok, por su parte, ha escalado rápidamente del octavo al quinto lugar en tan solo un año, lo que refleja un aumento de su uso.

El uso exacerbado de las redes sociales, especialmente en jóvenes, puede acarrear problemas de salud mental como depresión, ansiedad, estrés, FOMO, ciberacoso o trastornos del sueño, según un estudio de Investigadores de la Universidad Internacional de La Rioja.

FOMO

El FOMO, acrónimo de fear of missing out (miedo a perderse algo), ha existido siempre, pero las redes sociales han intensificado su presencia, generando ansiedad social en quienes no están conectados, provocando una sensación de exclusión y aislamiento. Las personas que lo padecen sienten la necesidad de estar al tanto de todo lo que sucede, revisando constantemente su teléfono móvil, sus notificaciones o sus mensajes, lo que interfiere en su vida cotidiana, afectando a su sueño o a sus relaciones con el mundo real.

Inadecuación sobre su vida

Los usuarios sienten presión como creadores de contenido, esforzándose por mostrar una vida ideal en sus publicaciones, comparándose con los influencers que siguen. Cuando no logran alcanzar ese nivel de perfección pueden sentirse frustrados y estresados, lo que puede derivar en síntomas depresivos, como la baja autoestima al no estar a la altura de las expectativas.

Ciberacoso 

El ciberacoso se ha convertido en un riesgo significativo. Las víctimas de bullying en línea experimentan un impacto directo en su salud mental, con un notable aumento en los niveles de depresión y ansiedad. La posibilidad de ser atacados en el entorno digital, recibiendo comentarios hirientes, puede hacer que muchos se sientan vulnerables y desprotegidos. Según el estudio de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, los casos de bullying a nivel mundial siguen en aumento, 7 de cada 10 niños sufren algún tipo de acoso y ciberacoso diariamente.