EVA CORTIJO GALDÓN | Fotografía: Eva Cortijo |
En una sala llena de estudiantes de Periodismo, en la Facultad de Filosofía y Letras, se debate la imagen que se tiene de las personas mayores, donde se oyen frases como: ‘les cuesta bastante las tecnologías’, ‘hay de todo’ o ‘no han tenido las mismas oportunidades’ . A pesar de ser personas que están presentes en nuestro día a día, tanto la prensa como la televisión y la radio ignoran este colectivo.
‘Los medios de comunicación tratamos a las personas mayores como niños y como si fuesen ignorantes’ explica María Esther Duque, redactora y editora de la Gaceta de Castilla y León, en las XI Jornadas de Periodismo Social. Hay veces que se infantiliza a los ancianos. Los medios de comunicación que más hablan de las personas mayores y más se refieren a ellos son los locales, donde suelen ser portada por dos motivos: la longevidad y las pensiones.
El día 16 de este mes se ha producido una de las marchas más multitudinarias por la defensa de las pensiones dignas. Alrededor de 8.000 jubilados, más de un centenar de autobuses procedentes de toda España, acudieron a las puertas del Congreso de los Diputados en Madrid para protestar, entre otras cosas, sobre la pensión mínima. No están callados, pero no se les escucha. Esther Duque explica así el segundo plano que sufre esta sección de la población: ‘todos los lunes hacen una marcha, pero si tienen la mala suerte de que en Cataluña se lía parda es un día perdido’ .
Según explica Duque, los tiempos cambian y con él los medios de comunicación. Antes cuando se escribía una noticia se utilizaba una palabra: anciano. Ahora hay un nuevo vocabulario para referirnos a la tercera edad: adulto o persona mayor, nonagenario, octogenario, etc. Pues las personas mayores de 65 años no se sienten identificados con cuando se habla de ancianos, término negativamente relacionado con una persona consumida por el tiempo incapaz de realizar las labores de alguien joven. Pero se encuentran en el limbo de la franja de edad entre adulto y anciano. Tampoco es adecuado denominarles abuelos o abuelas. No todas las mujeres tienen que ser madres ni todos los hombres padres. Así mismo, no todas las personas mayores están jubiladas. Como explica Eldiario.es, hay que tener cuidado con el lenguaje.
Hasta hace poco solo se utilizaba el término tercera edad. Recientemente, se ha acuñado un nuevo término: la cuarta edad, relacionado con la subida de la esperanza de vida que ronda ya los 100 años y sigue en aumento.
Cuando se piensa en qué medios de comunicación consumen las personas mayores, se viene a la mente el tradicional periódico de papel. Pero hay que tener en cuenta que cada vez los mayores están más conectados a Internet. No solo los jóvenes visitan los periódicos online. Hay que hablar y escribir para todos los grupos sociales y no invisibilizarlos en ningún medio ya sea digital o físico. Pues, como Esther Duque explica, hay que dirigirse a ellos como al resto. Sujeto verbo y predicado. Misma sencillez y misma claridad que al resto de las personas sin tratarlas como idiotas. Es importante ver el valor de las personas mayores.
En el taller, la periodista explica que no todos los ancianos tienen el mismo nivel de educación y cultura, se trata de un público heterogéneo como pasa con todas las franjas de edad. Aquellas personas con una edad superior a 90 años no han tenido las mismas oportunidades que aquellos que tienen 65. Existe una brecha generacional. Así mismo, también hay que tener en cuenta las diferencias entre hombres y mujeres, ya que en los años 50 el machismo estaba mucho más acentuado que en la actualidad; o los contrastes económicos entre unas clases sociales y otras. No todas las personas han podido gozar de la misma educación, de las mismas oportunidades laborales o han pasado por las mismas experiencias. Son un grupo heterogéneo donde existe la diversidad.
Hace poco se viralizó una aplicación que modificaba tu rostro y te mostraba como serías con 90 años. Nos hace gracia ver nuestra cara envejecida como si esa realidad no fuera a llegar nunca. Dejando de lado la apariencia humorística nos muestra un futuro inevitable. Por ello, no hay que hablar de las personas mayores como si fuera algo ajeno a nosotros y se debe tratar de visibilizarlos en la medida de lo posible. Duque muestra en el taller como ejemplo periódicos en papel que tienen la letra y las fotografías grandes y cuentan con textos destacados que permiten una mejor comprensión de la lectura. Pues es fundamental no solo como contemos la noticia sino la forma de dirigirse al público. Sin embargo, según Esther Duque, muchas veces no se le da el valor que merece y las personas que tienen la oportunidad de cambiarlo, los periodistas, no lo tienen en cuenta.