NOELIA LÓPEZ GÓMEZ | Fotografía: Pexels |
Cuando escuchas alguna obra de Philip Glass te da la sensación de que es música sencilla. Hay una en concreto llamada ‘Metamorphosis Two’. En ella la melodía del piano acompaña al chelo en su paso por frases musicales que se repiten una y otra vez. La repetición de sonidos, que parece ser lo que hace sencilla a la obra, forma parte de la historia que se quiere contar. Todos los elementos de la obra son necesarios y añadir algo más hubiese sobrado.
Se trata de una obra minimalista. Transmite justamente lo que se busca, sin perderse en muchos detalles. Como él hay muchos otros artistas que reflejan esta forma de expresar a través de este movimiento. La máxima ‘menos es más’ se convierte en una regla primordial para ellos. Mies van der Rohe, fue el arquitecto que popularizó esta frase, queriendo decir que lo difícil es hacer las cosas sencillas. El minimalismo tuvo su origen como corriente artística en torno a los años 60. Hoy en día se ha convertido en un estilo de vida para muchas personas.
Lo complicado es hacer las cosas sencillas
Tener poco tiempo para pensar, para idear y para vivir es una de las características más definitorias de nuestra sociedad actual. Un mundo marcado por la autoexigencia y el vivir sin parones. El tiempo se ha convertido en un marcador de rutinas. Y de nuevo, muchas personas quieren volver a recuperar el poder sobre el ritmo y sentir ese control sobre sus vidas que la sociedad consumista les ha arrebatado. Así surgen corrientes muy ligadas al minimalismo como el Slow Life, que trata de pararse a vivir el presente desanclándose de la inmediatez y las prisas.
El minimalismo se puede interpretar como una revolución hacia la forma de vivir actual, que denuncia o se aleja del estrés. Un movimiento que busca esa simplicidad de la vida. Enfocarse en todos los estímulos a los que diariamente hacemos frente puede suponer un suplicio para nuestra mente y puede acabar en agotamiento mental. Por ello, la ley de ir poco a poco y de disfrutar del proceso concuerdan perfectamente con este estilo de vida. Decidir las pausas y reanudarlas forma parte de ello.
Se trata de reducir todo a lo esencial. Entender cómo funciona en la práctica puede ser complicado en un primer momento. No nos han enseñado a llevar una vida simple, sobre todo la gente que vive en la ciudad, atestada por múltiples distracciones de la vida cotidiana. Abstraerse del tiempo y de lo complicado es tarea ardua. Y para ahondar en esta forma de vida hace falta tener claros algunos conceptos relacionados.
Inventa tu propio concepto de minimalismo
Los artistas tratan de buscar la forma que mejor les viene para hacer sus obras de arte. A ellos les funciona así, pero a lo mejor a otra persona no. No hay una forma correcta de pertenecer a un movimiento. Y estresarse por intentar encajar en una forma de vida no es la meta. De hecho, el minimalismo precisamente intenta provocar el sentimiento contrario a la ansiedad. Quiere acabar con todos esos síntomas de una forma de vivir frenética que te hace pensar siempre en tus errores pasados o preocupaciones futuras.
Dejarse llevar por las fotos de Pinterest en las que te enseñan un tipo correcto de minimalismo no es lo que se debería buscar. Puede servir de inspiración, pero no te sientas mal si para ti es importante guardar tus libros y para otra persona no. No imites el modelo, tómalo como referencia para inspirarte y crear el tuyo propio. Hacer una reflexión acerca de lo que te aporta y de lo que no es algo muy personal que no debe definir nadie.
No imites, toma como referencia
Esto sucede en muchos otros estilos de vida, como el veganismo, en el que si por las circunstancias tienes que comer un huevo, ya eres un irresponsable. O en el de la sostenibilidad, en el que, si coges un cepillo de plástico porque lo necesitas urgentemente, ya no aportas a la sostenibilidad. Pero la realidad es que no todos tenemos las mismas circunstancias. Adapta el movimiento a lo que mejor venga a tu vida y coge los principios que quieras aplicar. No hace falta buscar la perfección en todo. A veces, es necesaria la mediocridad.
Antes calidad que cantidad
A pesar de que la sociedad de consumo ha mejorado mucho nuestra calidad de vida en cierto momento, ha llegado un punto en el que puede suponer un problema. Se ha generado un descontrol con respecto a la cantidad de cosas que compramos, provocando situaciones como el desperdicio de alimentos o la contaminación. La industria cada vez está más enfocada a producir más que a producir mejor. Esto es algo de lo que debemos tomar las riendas como sociedad. Por ello, el movimiento minimalista está relacionado con la sostenibilidad.
Llega un momento en el que los hábitos de consumo actuales nos hacen preferir tener cientos de cosas que no utilizamos, pero que llenan nuestro vacío existencial momentáneamente. A veces se está tan enfrascado en estos actos consumistas que nos hemos olvidado de lo que realmente nos hacer ser seres humanos, como puede ser la importancia de nuestras relaciones sociales.
Seguro que hay un montón de cosas de las que normalmente no haces uso y que lo único que aportan son ruido visual, y por tanto, espacio y tiempo. Puede parecer un poco exagerado el afirmar que un objeto va a suponer tanto impacto negativo en nuestras vidas. Y tal vez la con un solo objeto no se nota tanta diferencia, pero con la acumulación sí.
Ya no sabemos qué es lo que hay que apreciar
El hecho de tener algo ya supone haberse gastado un tiempo y dinero en ello. Luego hay que mantenerlo y eso ya de por sí ocupa espacio en nuestra mente, el cual se puede dedicar a otras cosas que consideremos más importantes. La esencia del minimalismo es aprender a reducir este materialismo que nos han inculcado.

Además, consumir es algo muy fácil, pues con unos pocos clicks puedes tener casi cualquier cosa en la puerta de tu casa en muy poco tiempo. Esto conlleva el no saber bien qué apreciar. Reducir nuestra cantidad de objetos y hacer limpieza material cada cierto tiempo según vayan cambiando nuestros objetivos es un principio minimalista. Y aplicar esa premisa a nuestro entorno general es una forma de mejorar nuestra forma de vivir.
La regla de darte una semana
Cada vez existen más páginas que compiten con otras marcas por los precios. Las estrategias de los mercados que te hacen creer no solo que si compras acabarás ganando, sino que si no lo haces acabarás perdiendo, funcionan. Las compras compulsivas se han apoderado de nosotros. Las liquidaciones, los dos por uno, las ofertas flash. Todo eso nos hace creer que si no lo compramos ahora, no podremos hacerlo nunca. Y llega un momento en el que caemos en la trampa constantemente y compramos sin necesidad.
¿Cuántas cosas habrá en tu habitación que realmente no necesites? Finalmente, los objetos ocupan tiempo y espacio. Por tanto, ocupan vida. Probablemente utilices la mitad de tu armario. Luego viene lo de vender ropa en aplicaciones de segunda mano. Más tiempo y espacio perdido. Menos vida.
más tiempo y más espacio perdido; menos vida
Todo esto no hubiera ocurrido si en un primer momento no hubieses comprado ese jersey. Así que antes de comprar esa sudadera que se aparece ante tus ojos de repente creándote una necesidad, deja pasar una semana y piensa si realmente la necesitas o en realidad tienes demasiadas. La sudadera no va a desaparecer de allí, y si lo hace, al poco tiempo sacarán otra similar.
Elegir problemas en función de tus prioridades
La perfección de vida no existe. Siempre hay subidas y bajadas. Siempre va a haber problemas que solucionar. Además de inevitables, los problemas son necesarios. Si no existiesen el ser humano no sentiría motivación por nada. Incluso lo más banal son problemas, como tener hambre o sed. La solución no está en evitar los problemas, sino en elegirlos en la medida de lo posible, y así elegir tu calidad de vida.
Aunque muchos de nuestros problemas son inevitables, hay algunos que aparecen en función de las decisiones que tomamos diariamente. Debemos ser conscientes de que sobre algunos podemos tener cierto poder. Muchas veces al elegir un camino, elegimos también nuestras futuras preocupaciones.
Elegir un camino supone elegir tus futuros problemas
Mark Manson es el autor de «The Subtle Art Of Not Giving A F*ck», un libro en el que uno de los temas que se tratan es precisamente el poder que tenemos sobre nuestra vida. De esta forma, decidir quién será tu futura esposa supondrá decidir con quién discutirás en un futuro. Y decidir cuál será tu trabajo, supondrá decidir cuál será tu futura fuente de ansiedad.
Y esto es lo que el minimalismo trata de expresar; que tenemos cierto poder sobre nuestro entorno. Por ello, decidir que algo ocupe un espacio en nuestra vida, supondrá una fuente de preocupaciones en un futuro que se pueden evitar si ese algo no existiese. Una vez que centras tus prioridades, tus problemas se alinean con ellas.
Crea tu espacio para crearte a ti mismo
Crear tu espacio está muy relacionado con crear tus problemas. Imagina una estantería con cientos de libros y otra con dos o tres libros y alguna decoración. ¿Cuál se tardará más en limpiar? ¿Cuál supone un mayor problema? No hay una respuesta correcta, pues cada persona puede percibir problemas distintos en ambos casos. Lo importante es entender que a veces somos nosotros los que nos ponemos piedras en el camino. Y el minimalismo pretende quitárnoslas.
NUESTRO ENTORNO NOS DEFINE
Hacer todo más sencillo. Tener tu habitación con las cosas necesarias. Una vez que te deshaces de todo aquello que no te aporta te das cuenta de que no lo necesitabas tanto como pensabas. Los vestidos que guardas por si en algún momento te da por ponértelos, los documentos en el ordenador sin limpiar, los recuerdos guardados en cajas. Solo ocupan espacio, tanto mental como físico. Por otra parte, es importante dar a cada cosa su espacio. Así todo será mucho más sencillo a la hora de ordenar.

Se han hecho muchos estudios sobre cómo afecta la salud mental al entorno de una persona y viceversa. Normalmente una habitación ordenada y limpia se asocia con una mente en el mismo estado. De hecho, es muy usual ver a las personas colocar antes de hacer una determinada actividad que requerirá más esfuerzo o como un método de reset. Esto ocurre porque a nuestra mente le gusta las cosas ordenadas y colocar un espacio es como colocarla a ella. Cuantas menos cosas, más claridad.
Eres la energía que desprendes
‘Eres la media de la gente que te rodea’. La forma en la que eres ahora ha venido determinada por todas las influencias que has tenido en un pasado, y en gran parte estas suelen ser las personas que te rodean. Por eso, tu entorno tiene mucho poder en tu forma de ser y es necesario cuidarlo y reordenarlo según tus prioridades. Este paso es el primero del que hay que tomar conciencia a la hora de ser minimalista ¿Qué es lo importante para ti? ¿Y por qué?
APARTAR UNAS COSAS PARA DEJAR ESPACIO A OTRAS
Se trata de un movimiento que te permite trabajar en ti mismo y en tu energía. Al hacer esta reflexión sobre los puntos primordiales de tu vida, inevitablemente desechas algunas para dejar espacio a otras. Empiezas a tomar consciencia de lo que vale tu energía y tu tiempo y a qué quieres dedicarlo. Y como consecuencia, comienzas a trabajar en ti. Hacer las cosas sencillas provocará que tu energía sea buena y, como si fuese una rueda, atraerás más sencillez a tu vida.
Algunas guías prácticas
Hay muchas facetas del minimalismo de las que se puede hablar todavía y hay algunas plataformas como YouTube o Netflix que permiten investigar más acerca del tema. Mohe o Samuel Gavilán son youtubers bastante experimentados en el tema y tratan de proporcionar al mundo su visión acerca de este movimiento. También hay documentales como «The Minimalists: Less Is Now» de Netflix, que reflexiona sobre la acumulación de objetos y el impacto que esto tiene en nuestras vidas.