BELÉN RODRÍGUEZ FERRERO | Fotografía: Mayela de Castro  |

Si bien es cierto que las redes sociales permiten una comunicación mucho más amplia y variada, también es verdad que han sido una de las causas principales del aumento de los discursos de odio.  Esto se debe a que los medios sociales permiten una notable libertad a la hora de comunicarse dentro de ellos. Es decir, al no tener a la persona de la que se habla delante, se dicen cosas que muchos no son capaces de decir a la cara, aunque el comunicador sea consciente de que el mencionado pueda acceder a esa información. 

Los principales causantes de esta violencia son haters, que lanzan discursos de odio sin importarles quién es la víctima. Los principales perjudicados son las mujeres, personas pertenecientes al colectivo LGTBIQ, gente de etnias africanas o asiáticas, practicantes de la religión musulmana o de raza gitana. Estos colectivos suelen sufrir acoso, violencia y odio masivos en redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram. 

Según la RAE, el odio es el sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia alguien. Esto provoca el deseo de producirle un daño o de que le ocurra alguna desgracia. También se ha definido el odio como animadversión, desprecio, asco y otras emociones negativas. Es normal sentir esto hacia algo o alguien en concreto durante un cierto periodo de tiempo. El problema surge cuando perdura y conduce a la violencia, lo que se refleja en la pirámide del odio. Las personas que odian buscan constantemente aliviar ese sentimiento realizando acciones que, en ocasiones, pueden convertirse en ilegales. Algunos de estos casos son incitar a la violencia, y discriminar a colectivos vulnerables. 

Las víctimas del odio y algunos expertos afirman que no se hace lo suficiente para frenar este sentimiento, a pesar de que las principales redes sociales se han comprometido a aumentar sus controles. Facebook y Youtube aseguran que aumentan los refuerzos, mediante la colaboración con diferentes asociaciones y al utilizar inteligencia artificial. Como protesta a este odio, muchas personas comienzan a abandonar las principales plataformas, en especial, Twitter.

Cada vez son más las asociaciones que participan para acabar con el ciberacoso, y se están creando multitud de iniciativas contra él. Un ejemplo es la campaña #DaleLaVuelta, de Somos Más, que consiste, mediante un concurso, en crear un grupo de entre 3 y 4 personas y grabar un vídeo en relación a este asunto. Los creadores de esta iniciativa han pensado que es esencial educar contra el discurso del odio a los adolescentes. En todo caso, siempre se puede recurrir al correo electrónico de la policía: redesabiertas@policía.es para denunciar estos actos.