JESÚS SANZ DEL CASTILLO | Fotografía: Getty Images
El periodismo deportivo y la información deportiva están, cada día, más lejos. En plena época de pluralidad en la opinión deportiva, la información y la veracidad sufren una crisis muy difícil de solventar.
Periodismo deportivo e información deportiva: una relación irreconciliable
El periodismo es una de las profesiones más bonitas y vocacionales que hay. Tradicionalmente, el periodista era una persona aferrada a la veracidad, a la actualidad y a la opinión cuando era necesaria. Sin embargo, con las redes sociales en las últimas décadas, se está produciendo una pluralidad tan positiva como peligrosa, y en el periodismo deportivo podemos encontrar el ejemplo más demostrativo.
Todo el mundo es capaz de informar sobre cualquier tema gracias al poder de las redes sociales. Mediante X (anteriormente Twitter) o Threads, cualquier persona es capaz de informar u opinar de manera gratuita, sobre un acontecimiento de interés público. Esta noticia, puede dar la vuelta al mundo en cuestión de segundos, pero ¿lo que estamos leyendo es cierto?
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X y fútbol, el núcleo de la desinformación
El mayor ejemplo lo tenemos en X y en el fútbol. Twitter es una red social muy potente, en la que periodistas de primer nivel y medios de comunicación exponen sus noticias para obtener un mayor alcance. Sin embargo, hay usuarios que tienen como objetivo alcanzar muchas interacciones y visualizaciones en cada publicación. Por ello, recurren a tweets cortos pero llamativos, obteniendo la atención del público vulnerable a las informaciones falsas y no contrastadas.
Pasa lo mismo con los titulares que emplean los medios de comunicación en X. En la red social, publican el titular y el enlace de la noticia, sabiendo que los usuarios rara vez entran a leer el cuerpo de la información. Estas noticias están compuestas de informaciones de otros medios y que ya se sabe, pero que con el titular llamativo consigue su objetivo de ganar visitas mediante el clickbait.
Afirmar la marcha de un entrenador sin saberlo, confirmar la lesión de un jugador sin el comunicado oficial de su club o, más grave aún, difundir información que pueda dañar la intimidad de un deportista, está a la orden del día en las redes sociales.
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La DANA, de la mano de la desinformación
No tiene que ver con el deporte, pero es el ejemplo más doloroso y más reciente. Durante la DANA, muchos medios de comunicación se desplazaron hacia los municipios afectados por esta terrible tragedia meteorológica que ha dejado más de 200 fallecidos. En un momento de tanta duda y de desolación, X sirvió de ayuda para convocar puntos de recogida en ciudades o para pedir ayuda. Sin embargo, también se utilizó para engañar a la sociedad mediante informaciones falsas, creadas para fomentar el drama ya existente.
La mala utilización de las redes sociales en este caso ha provocado una corriente de dudas que ni los medios de comunicación tradicionales han sido capaces de disolver. La sociedad no sabe lo que está pasando realmente en Valencia, ya que la desconfianza ha alcanzado su pico más alto tras la DANA. La desinformación en las redes sociales es un problema que está lejos de resolverse, pero la solución la tenemos en nuestras manos.