Periodismo: el viaje del periodista y la llama de la vocación

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DANIEL CABALLERO DE PAZ  |  Fotografía: Pixaby

Un año más, se abren los portones del nuevo curso y toca arrancar los motores. Así es como se siente comenzar cada año en esta apasionante carrera del periodismo. La impresión de un periodo que está por comenzar y la esperanza de encontrar mucho disfrute durante el trayecto. Porque en esto consiste ser estudiante de periodismo: en una vocación ardiente, y sobre todo, sonreír al saber que «este es el camino». Seguro que, quienes aprecian esta profesión, sabrán a lo que me refiero.

Esas mariposillas en el estómago ante la hoja en blanco y el proyecto que está por abrirse. La dedicación inquebrantable con que se apedrea el teclado. También el fervor con el que se habla ante el botón de «play» de la grabadora, del micrófono, del teléfono móvil, cuando toca ponerse a locutar. O la diversión que da afrontar un guion, sea para lo que sea. Los trabajos en grupo, donde las ideas vuelan como pájaros sueltos en el monte. Sobre todo, esas horas que nos pasamos sentados, taladrándonos las lumbares en sillas plegables para darle forma a nuestro propio camino. La libreta llena de notas, los documentos del ordenador a medio escribir. Esa adrenalina de «¿llegaré a tiempo con la entrega?» (en periodismo esto está siempre presente, creedme). Además de las horas y horas que utilizamos atendiendo mensajes y pensando en equipo como dar lo mejor de nosotros mismos. Pasión por tratar con nuestros iguales, conversando horas y horas, sabiendo que podríamos pasar una vida entregados a esto. Las conversaciones. Da igual.

Empezar un año más el curso, rumbo a esta profesión sigue siendo (aunque ya lleve tres comienzos de curso) como el comienzo de un nuevo viaje. Un punto de partida. Casi como un viaje dentro de otro viaje, y un viaje más en cada viaje. Y seguimos con el entusiasmo de un niño que parece haber topado con la lámpara mágica de Aladino. Puede que no todos los deseos se cumplan, pero el trayecto siempre es prometedor. El genio duerme dentro de cada uno, y si se le dan los suficientes caramelos, puede que acabe despertando. O puede que ya lleve tiempo despierto. Quién sabe. 

Porque existe un motor que nos lleva a todos los locos que decidimos hacer de la información y la palabra, de la verdad, nuestro más fiel aliado. Para los locos a los que siempre nos recuerdan que Periodismo no sirve para nada, que «acabarás sirviendo mesas en un McDonald’s» (que nadie los escuche, pero siempre se oirán). Ese motor es la vocación. Esa pasión del periodista por su trabajo. Que han llevado tantos veteranos por bandera, y que en boca de los novatos y los no tan novatos seguirá sonando a fantasías de lunático. Un romance que nunca se acaba.

Dicho esto, muchos comprenderán cuál es la fuerza que me hace sentir tanto entusiasmo al abordar este nuevo proyecto como director de Inform@UVa. Estoy muy contento de tener la oportunidad de dirigir este nuevo ciclo. Una nueva carretera, un periodo de tiempo que se abre, para dejar huellas imborrables en la memoria. A partir de aquí, el trabajo será para los redactores, de todos como equipo, y del fantástico grupo de jefas que se encargará de cuidar cada una de las secciones. También de los estudiantes (y los no estudiantes) y profesores (y no profesores) que presten su atención durante, aunque sea por un breve tiempo, a nuestro proyecto. Intentaremos seguir siendo un medio de comunicación interesante, que pueda estar a la altura. Y sobre todo, que enseñe a todos los que quieran y deseen hacerse un camino en la profesión de Periodismo de esta pequeña familia que es la UVa, a forjar sus propias herramientas para comenzar su propio castillo.

Soy Daniel Caballero, y a partir de aquí, comienza a girar la rueda de Inform@UVa. ¡Gracias a todos!