LUCÍA MERCHÁN ÁLVAREZ |  Fotografía: Pixabay  |

El periodismo ha ampliado su rumbo. Durante un tiempo, el oficio estuvo ubicado en un barco con una única trayectoria fija: comunicar. No obstante, con el paso de los años, aquellos tripulantes; los periodistas, redirigieron esa navegación hacia nuevas rutas. En ellas, el concepto de asemejar el papel del periodista únicamente a la búsqueda de información quedó obsoleto. De hecho, en la actualidad sólo uno de cada siete licenciados se dedica a ello.

Y es que, anualmente se gradúan unas 3.000 personas en este título, lo que deja a un total de 70.000 licenciados en Periodismo para cubrir los 10.000 puestos de trabajo ofertados. Esta oleada de cifras hizo ‘efecto trampolín’ hacia nuevas salidas. Es más, dicha tendencia es el alimento que engorda el número de periodistas empleados. De no ser así, el resultado podría ser un caos. Pues, en el vibrante e intenso mundo del periodismo existe un desajuste entre el sistema educativo y la industria de los medios de comunicación al salir más graduados de los que el oficio puede reclamar.

‘En mi época meterse en periodismo ya era un poco `suicida´. Soy de la generación del `Baby Boom´ y por aquellos entonces ya salían tantos estudiantes como periodistas empleados. Así que, para cuando estaba acabando la carrera y teniendo en cuenta el paro que había en nuestro sector, se concebían otras alternativas de colocación’, explica Ramón Arias, periodista y director de información de la empresa Agr Food Marketing.

Aún así, este maremágnum de opciones laborales no consigue despreocupar a los estudiantes. El temor a no lograr hacerse un hueco en el mundo de la información o no poder sustentar su vida con ello siempre han sido una fuente de angustia. Pero, es que no conviene desmoralizarse ante la incertidumbre, ya que muchas salidas aparecen cuando uno menos se lo espera. ‘Yo llegué de rebote a mi actual puesto. Por aquellos entonces, estaba trabajando en una editorial oleícola cuando me llamaron y me propusieron formar parte de una agencia de comunicación’, se sincera Ramón Arias.

Algo parecido le ocurrió a la periodista asturiana Paula Blanco, quién a pesar de enfocar su camino hacia el periodismo social, ha acabado monitoreando los medios de comunicación. ‘Justo al terminar el máster de periodismo internacional me puse a buscar trabajo. Pero, como no salía nada por culpa de la pandemia, decidí cambiar la perspectiva. Empecé a indagar en ofertas de las instituciones de la Unión Europea como becaria en el departamento de prensa’, comenta.

Y es que, a la complicada situación de acceder al mundo profesional del sector periodístico, se ha sumado la gran crisis económica provocada por el COVID-19. ‘No es que los medios de comunicación ya no estuvieran contratando a nuevos periodistas. Se trata, de que estaban echando al propio personal de la empresa’, vuelve a intervenir Paula.

Sin embargo, este maremoto ha propulsado el motor del navío, que, gracias al desarrollo tecnológico y las actualizaciones de Internet, ha supuesto un incremento de nuevos ámbitos para el oficio. El mundo del periodismo se encontraba en plena crisis, porque la prensa impresa ya no se consume como antes y los medios no conseguían adaptarse a las plataformas digitales. No obstante, la cuarentena impulsó el proceso de digitalización, así como el uso de nuevas técnicas y herramientas, lo que ha causado un giro de 180 grados en la profesión.

Dicha apuesta por el mundo virtual, por el mundo online, está llena de oportunidades; desde Community Manager o comunicación institucional, hasta posicionamiento SEO. Incluso, trabajar para una empresa de comunicación. Como es el caso de Ramón Arias, quien considera que su labor no está desligada del periodismo, ya que ‘cumple una función informativa al vender el contenido a las propias empresas de comunicación’.

Además, las redes sociales le han dado un impulso a su visibilidad, que no es solo más potente, sino que se divulga con mayor facilidad. Una puesta en marcha que facilita la integración de aquellos nuevos licenciados: los llamados nativos digitales. Para Ramón estas habilidades, unidas a una formación complementaria abre el camino hacia nuevos horizontes y disciplinas que aún no son conocidas.

El mañana seguirá desconocido y desconcertante, pero no tiene por qué dar miedo. Según el periodista madrileño ‘la clave está en ser paciente, perseverante y en no parar de adquirir conocimientos’. Paula Blanco no podría estar más de acuerdo y añade: ‘una persona no puede cerrar sus puertas o marcar unos objetivos concretos y determinados. Ya lo hemos visto durante este año, de repente viene una pandemia o pasa cualquier cosa importante en el mundo y lo cambia todo’.

Tal y como dijo Camus durante un brindis ‘¡Vale la pena luchar por una profesión como esta!’. Para llegar a ese brindis a día de hoy, habría que tener la certeza de que el barco no hace aguas, su rumbo sigue abierto y no se encuentra encandilado ante luces o estímulos falsos.