PAULA GÓMEZ RODRÍGUEZ | Fotografía: Paula Gómez Rodríguez |
‘Un estudio que ha merecido y merecerá siempre los mayores elogios de los catedráticos de la información’. Así ha definido hoy Don Juan de Dios Ramírez-Heredia su informe ‘¿Periodistas contra el racismo? La prensa española ante el pueblo gitano’.
Este periodista, abogado y político gitano, ha regalado diversas enseñanzas una conferencia a los recién llegados estudiantes de Periodismo de la Universidad de Valladolid. En su conferencia, ha abordado cómo se debe luchar desde los medios de comunicación contra el racismo. Juan de Dios destaca durante la presentación la importancia que tiene este estudio, esto se debe a que está hecho por los propios gitanos.
A través de anécdotas y vivencias personales, Juan De Dios habló sobre los prejuicios que sufre el pueblo gitano, así como la labor de lucha que durante muchos años llevan ejerciendo las organizaciones gitanas, donde el objetivo es combatir la desigualdad que sufren las mujeres, hombres y niños del pueblo gitano.
La conferencia, que tuvo lugar el pasado lunes, hizo reflexionar a los oyentes sobre cómo enfrentarse a la promoción y a la concienciación de un pueblo despreciado que, ‘es caldo de cultivo para las dictaduras’. La respuesta la ofrecía él mismo: ‘a pesar de su falta de formación, el pueblo gitano ha sabido mantener firme uno de sus más grandes principios: el amor y el compromiso incapaz de alterar el respeto a la libertad’.
Con gran énfasis y un notado orgullo, dejaba claro que, ‘no hay un pueblo en el mundo y en la historia que ame más la libertad’.
El periodista hablaba de una libertad en mayúscula, escrita con todas y cada una de sus letras. Luchada contra viento y marea, perseguida por todas las pragmáticas de los reyes de España, de Centro Europa, y del mundo, con pie firme para ser un pueblo libre. Una lucha que a lo largo de la historia ha tenido que pagar altos precios, en ocasiones, la propia vida.
Por otro lado, el periodista también habló sobre el papel de las mujeres gitanas, donde admite y denuncia que ‘la mujer paya todavía no ha logrado ese grado de libertad que la haga ser comparable con el resto de los hombres en el ejercicio de sus actividades sociales’.
Pero este proceso, dice, no se soluciona de la noche a la mañana, las culturas estancadas y que no evolucionan están condenadas a desaparecer. La evolución de las costumbres y las tradiciones del pueblo gitano son una parte de la predicación diaria de su gente. Si no lo hace, desaparecerá.
La única diferencia que puede garantizar que el cambio sirva para algo será una propuesta hecha por los propios gitanos. Si la imposición viene marcada por la sociedad, se volverá a generar un sentimiento de resistencia y costará mucho más la evolución. Asociaciones como Unión Romaní, presidida por Juan de Dios, serán las que den la cara por el pueblo gitano.
Ante la discriminación a la que se enfrentan, las distintas asociaciones piden a los gobiernos, tanto al central como al autonómico, cursos de desarrollo comunitario, de promoción de la mujer gitana, programas de atención a los niños… Las asociaciones en cada territorio se ‘devanan los sesos’ para poner en práctica programas que ayuden a la mejora de las condiciones de vida, de la educación de los niños, del trabajo de los jóvenes y un largo etcétera.
Lamentablemente, todos estos programas ‘no servirán de nada si previamente no ganamos la guerra en los medios de comunicación. De ahí el estar hoy con vosotros’, señala el periodista, así como enfatiza que es aquí, en las universidades, en un aula donde hay que expresar estas cosas, donde hay que enseñarlas y tratar de convencer. Y sobre todo recalca a los jóvenes: ‘¿si no sois revolucionarios ahora, cuando lo vais a ser?’
Ganar la batalla en los medios de comunicación social es el fundamento para el desarrollo del pueblo gitano. El mismo Juan de Dios es la prueba empírica de que con lucha, trabajo y unas creencias firmes, no existen barreras. ‘Soy andaluz, de Cádiz, pertenezco a una familia muy pobre, nadie me ha tenido que enseñar lo que es el hambre ni el frío en los libros’, añade.
Humilde y cercano, no ha contado que fue el primer diputado de la historia de España perteneciente al pueblo gitano. Sí, que es uno de los padres de la Constitución Española, en la que ha dejado en alguno de sus artículos, su esencia escrita. Fundador de la asociación Unión Romaní Internacional y Alto Comisionado Internacional para asuntos gitanos. Con tiempo y ganas para todo, este gitano al que dos oficios no le parecen suficientes, es autor también de varios libros sobre la comunidad gitana y estudios sobre la defensa de derechos de las minorías.
Tras destacar la importancia del periodismo, desde su punto de vista como el primer poder, deja en las manos de los estudiantes de periodismo el proceso de cambio en la comunicación. Son estos los mayores y únicos responsables de combatir el racismo en la comunicación y la integración del pueblo gitano como igual.