AINHOA DE LA HUERGA CELESTINO  |  Fotografía: Pixabay  |

La Fundación Triángulo ha impartido hoy en Filosofía y Letras un taller sobre diversidad sexual y el tratamiento en los medios del colectivo LGBT. Esta fundación trabaja con este movimiento y lucha por su igualdad por medio de la sensibilidad principalmente.

El taller abordó tres cuestiones principales: la historia de la lucha del colectivo, la terminología y por último el tratamiento de los medios en lo referente a la materia LGBT.

En lo referente a la primera cuestión, se establece como punto de inflexión los disturbios de Stonewall, pero se tiene como antecedente más antiguo el Comité Científico y Comunitario creado en el siglo XIX. Se crea en Alemania y buscaba profundizar en la lucha del colectivo contra la represión y la criminalización. Con ellos se inició el proceso de derogación del artículo 175 del Código Penal Prusiano en el que se autorizaba la persecución del colectivo.

Tras el fracaso en 1898, se reformula y consigue en la década de los años 30, aunque con el ascenso de Hitler al poder y el estallido de la Segunda Guerra Mundial se retrocede el ascenso y se elimina el Comité Científico y comunitario. Uno de los aspectos que se quisieron destacar fue la identificación en los campos de concentración del colectivo con un triángulo rosa. En lo referente a esto también se hizo alusión al escaso reconocimiento de las víctimas LGBT en estos genocidios.

A raíz de esto, explicaron una nueva dimensión del colectivo, la homofilia, que perseguía la dignidad de los miembros del colectivo, y se mantuvo hasta 1968. Tras estos antecedentes se comentó la importancia de los disturbios de Stonewall en relación con el asociacionismo y el contexto histórico revolucionario de la época. Terminan la parte histórica definiendo el movimiento gay contemporáneo que persigue la igualdad de derechos y la dimensión asistencial en los casos individuales.

En lo referente a las terminologías se comenzó explicando como el movimiento inicial se fue descomponiendo en la diversidad sexual para matizar las realidades de los miembros del colectivo. Algunos de los términos destacados en el taller fueron: asexualidad, heteronormatividad, binario, cisgénero, trans y queer.

Por último, se explico el tratamiento de los medios con respecto a la realidad LGBT. Resaltaron la presunta “generosidad” de los medios cuando reflejan a los miembros del colectivo o la directa invisibilización de los mismos. Resaltan este suceso en la publicidad, que, al denotar esta realidad, es acusada de adoctrinamiento.

Otra de los tratamientos que criticaron fue el escaso uso de la terminología adecuada y con frecuencia el titular expresa una crítica mientras que en el cuerpo se justifica de alguna forma la agresión vinculándola con la provocación.

En lo relativo a esto último, se comentó el caso de “Eli”, la agresión LGBTfoba en Vallsur. Se dividió la responsabilidad entre las propias asociaciones del colectivo y los medios. Los primeros por la nefasta gestión que se hizo con el tema y los medio por la escasa información que se recabó y la morbosidad con la que se trató. Además, se buscó la venta de la noticia y pocos medios rectificaron sus titulares. Como conclusión se estableció como debió haberse priorizado el acto en sí de la agresión por encima de la morbosidad o establecer la identidad de la persona.

Respecto a esto último establecieron cómo el lenguaje que se empleo sobre esta persona no tenía malas intenciones, aunque fue fruto de la desinformación.

«Se ofende cuando es malintencionado y se está desinformado.»

Se comentó como esta desinformación viene dada por el bajo interés de los medios en obtenerla, la precariedad de las plantillas en las redacciones y el escaso tiempo que se puede dedicar a las noticias por la necesidad de inmediatez.

Se trató también el ninguneo hacia el colectivo, que aparece meramente con noticias excepcionales. Reivindican como desde el colectivo se busca y requiere la inclusión del colectivo dentro de la cotidianidad.

Una de las medidas en la que insisten es la necesidad de formación, y en especial en el lenguaje, con lo que explican el acrónimo LGBTI y reivindican la necesidad de diversificar para evitar la invisibilización.

“Aquello que no se nombra no existe.”

Para introducir el debate, se procedió al visionado del corto “Moiré” que trata la violencia desde el entorno más cercano y la sumisión. Dentro del debate se trataron principalmente los detalles en los que de forma en mayor o menor medida se observa esta discriminación. También se habló sobre la asimilación de las actitudes machistas derivadas de la educación en la sociedad.

Una de las conclusiones a las que se llegó es que el lenguaje discriminatorio es la forma en la que se usa no las palabras en sí mismas. Por último, se finaliza sentenciando que la persona es la que se siente como es, y es el entorno el que requiere de ayuda para la adaptación de sus pensamientos y acciones a esta realidad.