CELIA FALCES MIRAVALLES | Fotografía: Mayela de Castro |
El Día de la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Crimen de Genocidio y su Prevención se celebra el nueve de diciembre. También se conmemora el septuagésimo aniversario de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948, a la que se la conoce como la ‘Convención sobre el genocidio’, el primer tratado de derechos humanos que aprobó la Asamblea General. La Convención es la afirmación del compromiso de la comunidad internacional de ‘nunca más’ y proporciona la primera definición jurídica internacional de la palabra ‘genocidio‘. Asimismo, establece la obligación de los Estados Partes de prevenir y castigar el delito de las masacres.
Con el fin de conmemorar el día, a partir de las once de la mañana y hasta la una de la tarde, se celebrará un acto virtual en la sede de la ONU en Nueva York. El evento buscará honrar a las víctimas de la matanza y estará en sintonía con las iniciativas del 75º aniversario de la ONU.
Estos compromisos de la Organización buscarán la promoción de la paz y la prevención de los conflictos. Además se difundirá el llamamiento del Secretario General a favor de un alto al fuego mundial. En el acto se querrá escuchar las voces de las víctimas y debatir el impacto de las respuestas de la justicia internacional en relación al empoderamiento de las víctimas y la prevención de nuevos crímenes atroces. Todo el que quiera participar en el evento tendrá que rellenar una inscripción con sus datos.
Se considera genocidio a cualquier acto que se perpetra con la intención de destruir, ya sea de forma parcial o totalmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Aquellos países miembros de la Convención se comprometen a prevenirlo y sancionarlo; y la responsabilidad principal, tanto para evitarlo como para detenerlo, recae en el Estado. La Convención cumple este año setenta años.
Los conflictos pueden surgir por múltiples motivos, pero los conflictos genocidas responden a factores relacionados con la identidad y tienden a ocurrir en sociedades con diversos grupos nacionales, raciales, étnicos o religiosos. Lo que generan las disputas son las consecuencias en cuanto al acceso al poder y a la riqueza, a los servicios y recursos, al empleo, a las oportunidades de desarrollo, a la ciudadanía y al disfrute de los derechos y libertades fundamentales. Esos combates los fomenta la discriminación, los discursos de incitación al odio que promueven la violencia y otros actos que atentan contra los derechos humanos.
Es fundamental también determinar los factores que en cada situación concreta generan o propician desigualdades importantes en la administración de una población diversa. Tras la identificación de estos causantes, se deben buscar maneras de reducir esas prácticas y, si es posible, erradicarlas. Puesto que no hay ningún país que sea totalmente homogéneo, el genocidio constituye una amenaza de alcance realmente mundial.
Los Asesores Especiales del Secretario General de las Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio y para la Responsabilidad de Proteger trabajan para conseguir la protección de las poblaciones frente al genocidio. Una de sus principales tareas es la de recopilar información sobre las situaciones en las que pudiera existir riesgo de genocidio, crímenes de guerra, depuración étnica o crímenes de lesa humanidad con base en los factores de riesgo que se describen en el Marco de Análisis para Crímenes Atroces.