Accesibilidad, tecnología y sostenibilidad entre las paredes de la ONCE

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Casa accesibilidad ONCE
SARA UÑA SAAVEDRA  |  Fotografías: Sara Uña

Son las 12.00 horas de una mañana lluviosa en la acera de Recoletos. Varias personas en sillas de ruedas han terminado su recorrido. El grupo de estudiantes de Arquitectura sube la larga pasarela que conduce hasta la puerta de este particular hogar. La visita da comienzo en la Casa inteligente, accesible y sostenible de Fundación ONCE, y culminará la jornada del 4 de noviembre, última parte del Curso Básico sobre Accesibilidad con seguridad al medio físico organizado por la  Universidad de Valladolid (UVa).

Esta casa es una exposición itinerante puesta en marcha por Fundación ONCE y el Real Patronato sobre Discapacidad, que pasa por varias ciudades españolas y ahora ha recalado en Valladolid, donde se trata de dar a conocer las posibilidades adaptativas de la construcción y equipamiento de una vivienda para las necesidades diversas de las personas. Álvaro Valdés, técnico de Fundación ONCE, es el anfitrión. Explica que “no hay que tomarse lo de casa literalmente; es un pabellón expositivo que constituye una pequeña maqueta donde lo importante no es el contenedor sino el contenido”.

No hay que tomarse lo de casa literalmente; es un pabellón expositivo que constituye una pequeña maqueta donde lo importante no es el contenedor sino el contenido


El técnico lo define como un proyecto de comunicación que pretende llegar al gran público y cuyo fin último es “que este mercado y tipo de soluciones poco conocidas y poco demandadas puedan aumentar esa demanda y bajar de precio para ser más accesibles”. En este recorrido puede observarse todo tipo de utensilios y mobiliario, desde lo más básico y habitual en nuestras casas a lo más novedoso y tecnológico.

Grupo estudiantes durante la visita
El grupo del curso sobre accesibilidad escucha al técnico durante la visita | Fotografía: Sara Uña

Una puerta con lector de huellas digital y software de reconocimiento de voz abre paso a la primera estancia: la cocina. Aparentemente normal, los muebles y electrodomésticos que hay en ella son especiales. Una tabla de planchar anclada a la pared y sin pie y una encimera hueca por debajo y ajustable en altura, que hacen accesible a las sillas de ruedas; una alacena con sistema motorizado; una placa de inducción cuyos mandos son ruedas, en vez del ya clásico táctil, para personas invidentes; una báscula parlante; y lo más novedoso: una lavadora y una nevera con conectividad al móvil, el que se puede programar para controlar sus funciones.

Al avanzar se encuentra un sistema de balizas ancladas en la pared. Explica el guía que son destinadas a lugares públicos; funcionan de manera que, al pasar próximo a ellas, cada una tiene un texto y un sonido específico recibido en el móvil y su aplicación es especialmente de gran ayuda para que los invidentes puedan guiarse en grandes espacios e identificar, localizar u obtener información sobre objetos y servicios. Una tecnología que se está utilizando ya como proyecto piloto en el Metro de Barcelona.

cocina-comedor
Cocina-comedor, primera estancia de la casa | Fotografía: Sara Uña

Las sillas y la mesa del comedor son también regulables en altura y, sobre ella, hay una vajilla especial con un alto contraste de colores entre el contorno y el interior de los platos (para personas con capacidad limitada de visión); los vasos son rugosos y la cubertería se caracteriza por una empuñadura más gruesa (para personas con poca capacidad de agarre).

En el cuarto de baño, una vez más, el lavabo es regulable en altura a través de un mando, una tecnología muy presente en el mobiliario de toda la casa. Un inodoro cuya tapa se abre pulsando un botón; un detector de caídas en la ducha que conecta con una centralita; una cortina controlada por mando y una columna de ducha por la que sale el agua en aspersión (menos cantidad de agua previene encharcamientos y caídas), son algunas mejoras del aseo.

baño
Algunas de las mejoras adaptativas del baño | Fotografía: Sara Uña

El dormitorio también cuenta con adaptaciones en la línea de las anteriores: prácticamente todo el mobiliario está domotizado y controlado por mando, ya sea el riel del armario, la cama, las luces o la persiana. En el salón se encuentran los elementos más llamativos. Un sillón motorizado facilita múltiples posturas e incluso el desplazamiento por la estancia; un sistema de cromoterapia: sistema que utiliza el color con fines terapéuticos, es capaz de controlar los estados de ánimo del paciente o tratar enfermedades. En este caso, se trata de una tira biodinámica de luces led de colores RGB, situada en el techo, que reproduce la luz del exterior.

Las personas que pasan mucho tiempo encerradas en una habitación, ya sea en el hospital o en su propia casa, pierden el contacto con el ritmo natural y ello repercute negativamente en su salud. Este sistema de luz ayuda a esas personas, pues, a llevar un ritmo más ajustado; además sirve como un despertador natural al simular la entrada de la luz del sol por la mañana. La televisión, por su parte, se controla por órdenes de voz en el mando.

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Visitantes sorprendidos en el salón por el funcionamiento del sillón | Fotografía: Sara Uña

Además de las tecnologías complejas como muchas de las citadas anteriormente, una vitrina recogía pequeños y más sencillos objetos que aportan grandes facilidades, como son avisadores de luz sonoros, auriculares fitness sin cables, rastreadores de objetos, bombillas especiales o un robot aspirador. Este mundo tecnológico de las tabletas, móviles y demás aparatos electrónicos está sustituyendo cada vez más a los métodos convencionales de adaptación, por ejemplo, al braille.

Pero, desde la fundación organizadora, resaltan que no se trata de mejorar solo la vida de los discapacitados sino de un diseño universal que favorezca a todas las personas, independientemente de la edad, talla, discapacidad, origen cultural… es decir, que logre una accesibilidad universal: su utilización por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad.

Casa accesibilidad ONCE
Parte central de la casa donde se aprecia su moderno diseño | Fotografía: Sara Uña

Orientada en particular a profesionales y empresas del sector de la edificación y a administraciones públicas, y al público en general, esta vivienda que aúna confort, seguridad, energía, comunicaciones, accesibilidad y una estética cuidada, ha tenido su puerta abierta en la capital castellanoleonesa hasta el pasado domingo, cuando emprendió su camino con un nuevo destino: Badajoz. En un futuro cercano se espera que estas cuatro paredes artificiales y el mobiliario que albergan tengan su representación habitual en la realidad de muchos hogares.