KARINA MENDOZA MATAMOROS | Fotografía: Antonio Rubio |
Ana Bernal-Triviño, periodista de larga trayectoria que ha pasado por prensa y televisión, es redactora en Público y en El Periódico de Cataluña. También ejerce como profesora en la Universidad Oberta de Cataluña y como colaboradora en el programa La mañaña de la 1 en RTVE. Además, ha publicado sus trabajos en medios como Usa Today y The Washington Post.
Recientemente, ha publicado No manipuléis el feminismo, libro que ha presentado en la Casa Revilla y que contó con la participación de Dunia Etura, vicedecana de Extensión Universitaria y Comunicación de la UVa. No manipuléis el feminismo se suma a un total de ocho libros que la periodista ha escrito dirigidos a los medios de comunicación y a la defensa de los derechos de la mujer.
Pregunta: ¿Qué momento de su carrera considera más importante?
Respuesta: Vi la verdadera importancia de la profesión a través de la potencialidad que me daban las redes sociales, que permiten crearme una imagen de marca con la que yo siempre he trabajado. Mi nombre detrás de los medios de comunicación es una manera de decir: Oye, yo estoy aquí como Ana Bernal y el periodismo que yo defiendo es este. Las redes sociales me sirvieron como ventana para abrirme a otros medios, realmente fueron mi carta de presentación. Mi currículo era mi cuenta de Twitter y mi trabajo, y para mí fue ese uno de los momentos más importantes.
P: ¿Por qué decidió recorrer el camino profesional hacia la defensa de los DDHH?
R: Porque no veo otra manera de concebir el periodismo. Hay compañeros que se especializan en otras materias pero realmente el periodismo comprometido y con ética es el de DDHH. Creo que realmente el periodista lo que tiene que hacer es dar voz a quien no la tiene y la única manera de hacerlo es a través de ese periodismo de derechos humanos. Principalmente, dando voz a colectivos vulnerables o a la mitad de la población como yo, por ejemplo, estoy especializada en el de los derechos de la mujer.
‘Quiero innovar y quiero ver qué otras posibilidades tengo para llegar a la audiencia.’
P: ¿Cuál es la finalidad de su libro Herramientas digitales para periodistas?
R: La finalidad fue decirle a los compañeros de profesión que tienen ahí una cantidad de herramientas que son gratuitas, que pueden utilizarlas para mejorar la información y para que su comunicación y trabajo llegue de forma más atractiva, de forma más amena, incluso a públicos como nuevas generaciones.
Propongo herramientas que tenemos que investigar nosotros mismos y experimentar, es decir, que no nos lo ordene el medio de comunicación sino que nosotros tengamos, también, esa capacidad de decir ‘quiero innovar y quiero ver qué otras posibilidades tengo para llegar a la audiencia’.
P: ¿Por qué decidió centrarse en el periodismo móvil? ¿Qué nos puede aportar en temas de DDHH?
R: Porque fue el periodismo más cercano que tenía. Yo antes trabajaba en televisión, por lo tanto me eduque siempre, en mi formación, con una concepción muy audiovisual. Por lo que, cuando después trabajaba en prensa para el diario Público, echaba de menos esa parte audiovisual y entonces fue que lo propuse (el periodismo móvil) y como no tenía la opción de comprarme una cámara, fue realmente el dispositivo móvil lo que me abrió ese campo a poder añadir una narrativa diferente a lo que habitualmente se estaba haciendo en Público.
‘el periodista lo que tiene que hacer es dar voz a quien no la tiene y la única manera es dando voz a colectivos vulnerables.’
P: ¿Qué aporta el periodismo móvil concretamente a la lucha por los derechos de la mujer?
R: La verdad que bastante. Sabiendo que las mujeres, su historia y sus derechos humanos siempre han sido invisibilizados, (el periodismo móvil) ha sido la oportunidad. Hay varias facetas: primero a través de las redes sociales y de móviles hemos creado redes específicas para ponernos en comunicación entre nosotras, para coordinarnos, para realizar acciones. Por otro lado, para tener nuestra propia voz. Si no nos la daban los medios de comunicación daba igual, nosotras nos podemos grabar y nosotras lo podemos distribuir a través de nuestras redes sociales. Podemos amplificar nuestro mensaje de reivindicación y eso es una parte fundamental en esta etapa.
P: Uno de los aspectos que trató en la charla fue sobre el uso del móvil en lugares como África. ¿Cómo de eficaz es en este panorama?
R: Del todo. Primero, porque son comunidades donde los medios de comunicación prestan muy poca atención. Después, porque hay muchas veces que te acercas a comunidades en África en las que resulta muy complicado que esas propias personas te hablen puesto que están viviendo en sistemas muy delicados de vulneración de sus propios derechos humanos.
Por lo tanto, el móvil termina eliminando muchas barreras que te puedes encontrar, no solamente psicológicas por la parte que te atiende sino también del propio dispositivo de grabación de lugares que son más complicados de acceder, etc. Creo que tenemos que también pensar en eso. No solamente en África, en América Latina también ha sucedido con muchos compañeros y ha tenido esa capacidad de adaptarse a esas circunstancias gracias al dispositivo móvil.
P: ¿Cómo ha sido publicar sobre los derechos de las mujeres en medios internacionales como The Washington Post?
R: Es algo que no te planteas pero es algo que te enorgullece y que, al fin y al cabo, te das cuenta cómo al final todo ese trabajo que hicimos antes del 8M del 2018, tanto con móvil como con nuestras redes sociales. Tuvo repercusión e hizo que nuestra voz se escuchara y fue, de esta manera, como llegamos a abrir esa brecha dentro de la agenda periodística en muchos medios de comunicación.