NOELIA GÓMEZ SÁNCHEZ  |  Fotografía: Freepik  |

En los últimos años, la industria musical ha sido testigo de un fenómeno relevante: cada vez más artistas están componiendo y lanzando canciones que muestran sus propias batallas con la salud mental. Lo que anteriormente era un tema tabú ha germinado en el eje central de las letras y narrativas de muchos cantantes, originando conversaciones necesarias sobre depresión, ansiedad, trastornos de la personalidad y otros padecimientos psicológicos.

Esta transformación no es algo casual. En una etapa en la que se aprecia la transparencia y la vulnerabilidad, los artistas han hallado en la música un medio de expresión para sus luchas internas. Cantantes como Billie Eilish, Residente y J. Balvin han usado su arte para compartir sus propias experiencias con la salud mental, consiguiendo conectar con millones de oyentes que encuentran en sus letras un eco de sus propios sentimientos.

Artistas que han hecho de la salud mental su seña de identidad

Una de las artistas que más ha enfatizado en la importancia de visibilizar la salud mental es Belén AguileraDesde sus primeras canciones, ya expresaba cómo enfrentaba estos problemas con canciones como Mía, Diferente o CristalSin embargo, este asunto ocupa un lugar fundamental en la carrera de la intérprete catalana, por lo que ha continuado abordándolo en temas como Inteligencia emocional, Niña de ojos tristes o Quién soy.

Fotografía: Flickr

Otra artista que ha plasmado sus emociones en la música es la argentina Tini. En su último álbum, Un mechón de pelo, relata su experiencia con la ansiedad y depresión en canciones como Tinta 90, Buenos Aires, Ángel, Pa o Ni de ti. Tini ha compartido cómo le aterraba dormir sola en su propia casa, cómo su ciudad natal la causaba dolor, cómo sentía vergüenza por ser una «depresiva secreta» fingiendo estar bien todo el día, y cómo recalca que «nadie sabe lo que no se ve».

Además, la pequeña niña que conocimos en el año 2004, María Isabel, al ganar Eurovisión Junior con su icónica canción Antes Muerta que Sencilla ha regresado a la música. Este retorno ha venido de la mano de su nuevo sencillo, Ansiedaden el que expresa todo el proceso que ha vivido desde que se hizo famosa. En su letra, ha plasmado como sus miedos la dominaron en muchas ocasiones y cómo, ahora que ha logrado superarlos, desea ayudar a quiénes atraviesan situaciones similares.

¿Autenticidad o estrategia comercial?

Uno de los factores que han impulsado esta tendencia es la normalización del debate sobre la sobre la salud mental en general. Hoy, más que nunca, se conversa abiertamente acerca de la importancia de buscar ayuda psicológica y de acabar con los estigmas que rodean a los trastornos mentales. En este sentido, la música se ha convertido en un espejo de esta evolución cultural, funcionando no solo como un medio de desahogo para los artistas, sino también como un instrumento para sensibilizar a la audiencia.

Sin embargo, surge una cuestión clave: ¿hasta qué punto la industria musical está capitalizando el sufrimiento de los artistas? Si bien es positivo que se hablen de estos temas, también existe el peligro de que la salud mental se transforme en un simple producto comercial. Cuando el dolor se transforma en una estrategia de marketing, se corre el riesgo de simplificar problemas graves y de crear una imagen distorsionada de lo que implica vivir con un trastorno mental.

Fotografía: Freepik

No obstante, cuando estos mensajes se muestran con autenticidad y responsabilidad, su repercusión puede ser poderosa. La música tiene la inmensa capacidad de sanar, acompañar a las personas y ofrecer un lugar seguro para reflexionar. Es crucial que tanto los artistas como los oyentes se acerquen a estas canciones desde la empatía y concienciación, en lugar de verlas como una simple tendencia comercial.

Un cambio generacional necesario

El incremento de la música que aborda el tema de la salud mental es el fiel reflejo de una generación que está aprendiendo a mostrar sin miedo sus emociones. Si este comienzo se conserva con sinceridad y compromiso, podría simbolizar un cambio significativo en cómo la sociedad comprende y afronta estos problemas. Después de todo, la música siempre ha sido un espejo del alma humana, y en estos tiempos, pocas cosas importan y apremian tanto como el bienestar emocional.