LUCÍA CARRERA PÉREZ | Fotografía: Lucía Carrera
La Facultad de Derecho de Valladolid fue anfitriona el pasado miércoles, 16 de marzo, de la mesa redonda ‘Las luchas por el derecho al agua’. Un encuentro que conformaba la clausura del curso ‘Mama Yaku, la defensa del agua. Extractivismos y luchas de las mujeres en la defensa del territorio’, organizado, desde el pasado febrero, por Entrepueblos Valladolid y apoyadas por el Fondo de Cooperación al Desarrollo de la UVa. Esta última conferencia contó con la presencia de Sara López, ingeniera técnica industrial y miembro Ingeniería Sin Fronteras, Elvira Cámara, representante de Ecologistas en Acción, y Álex Guillamón, miembro de Entrepueblos.
La primera en intervenir fue Sara López, que habló del agua como «agua de todos, un derecho, no una mercancía». Y es que la realidad del agua y su distribución es un tema que, aunque está a la orden del día, sigue siendo desconocido para la mayoría. El 20% de la población mundial consume un 80% del agua disponible y son, esencialmente, las decisiones políticas las que influyen en su reparto. Actualmente, 748 millones de personas no disponen de agua potable y 2.500 millones no tienen acceso a saneamiento. No fue hasta el 18 de julio de 2010 cuando la ONU aprobó la resolución que eleva esta cuestión a la categoría de Derecho Humano.
El 20% de la población mundial consume un 80% del agua disponible y son las decisiones políticas las que influyen en su reparto.
El difícil acceso al agua y saneamiento acarrea problemas de salud y elevadas tasas de mortalidad; provoca, asimismo, un elevado -y negativo- impacto sobre la soberanía alimentaria y sobre el medioambiente. Además, genera conflictos sociales e inestabilidad política y frena el desarrollo humano. También existen problemas de educación y género asociados. Son los niños, por lo general, los encargados de ir a por agua con las mujeres y se estima que, para ello, emplean una media de tres horas diarias. Por otra parte, las mujeres y las niñas cargan cuatro veces más peso y emplean cuatro veces más tiempo en esta labor que los hombres y niños; sufriendo, frecuentemente, asaltos y violaciones en sus rutas. Ante una situación como esta, resulta difícil que las niñas tengan el tiempo y las posibilidades necesarias para ir a la escuela y recibir la misma educación que los niños.
Otro de los problemas a los que se enfrenta el reparto equitativo del H2O es su mercantilización y privatización. La primera hace que pase a ser un negocio atado a las normas del libre mercado; la segunda genera corrupción.
En los países en vías de desarrollo, no fue hasta los años 90 cuando las mujeres empezaron a tener un pequeño papel en la gestión del agua. Hasta entonces, su rol se había limitado únicamente al trabajo físico, muchas veces sin remunerar. Este hecho resulta curioso ya que eran ellas quienes mejor conocían el tema del agua. Aunque hoy en día la situación ha mejorado, es cierto que la mujer sigue teniendo un papel muy secundario en estas zonas del planeta. Como dijo Sara: «El agua debe ser de todos y debemos encontrar la equidad de género».
Las dificultades en el acceso al agua también conllevan problemas de género.
«No podemos decir que no queremos fraking ni energía nuclear y decir, al mismo tiempo, que no queremos cambiar nuestra forma de vida», mantuvo Elvira Cámara, que intervino para explicar a la audiencia los problemas del fraking y de la sobreexplotación de recursos. Explicó cómo se intenta mantener la imagen de que el negocio es fructífero y no es necesario cambiar el modelo actual, ya que contamos con reservas fósiles suficientes: «Se transmite a la sociedad que el modelo funciona». Sin embargo, no contamos con reservas fósiles ilimitadas que vayan a satisfacer nuestras necesidades al ritmo actual.
Cambiar el modelo de explotación implicaría cambiar nuestro paradigma económico, social y de vida. El problema es que hay un sector importante de la sociedad que no quiere oír hablar de cambiar el modelo económico y energético. «Hay que pensar en el bien común», defendió.
Elvira relataba que en España se empezó a hablar de fraking porque otros países nos avisaron de la amenaza que suponía. Sin esta red de alerta, la situación habría sido muy distinta. En aquel momento, ya se habían concedido varios permisos y otros tantos estaban en trámite; la ley no exigía que los proyectos cumplieran el pacto medioambiental. en fin, para conseguir que la sobreexplotación de recursos cese y haya un equitativo reparto del agua, es necesario cambiar los modelos actuales.
La última parte de la mesa redonda estuvo protagonizada por Álex Guillamón, que expuso que, el año pasado, fue el primero en el que el 1% de la población mundial poseía tanto dinero como el 99% restante. Esa distribución desigual de la riqueza se traduce, al mismo tiempo, en desigualdades de poder. «El sistema democrático parlamentario es un sistema con fugas y con capacidad de toma de decisiones que, en ocasiones, se salen de las competencias institucionales y se toman demasiado cerca de los despachos del poder», explicó.
En 2015, el 1% de la población mundial poseía tanto dinero como el 99% restante.
Se prevé que, en el siglo XXI, se agiten las principales fuentes de energía. Algo que, según Guillamón, se traducirá en nuevas fuentes de especulación. Una predicción que parece consolidarse si tenemos en cuenta que el consumo de los recursos naturales es excesivo: más del 50% de los países lo hacen por encima de la biocapacidad.
Hola Lucía, gracias por el artículo. Hay algunas imprecisiones. Las jornadas están organizadas por Entrepueblos, y apoyadas por el Fondo de Cooperación al Desarrollo de la UVa. Elvira Cámara pertenece a Ecologistas en Acción. Sara López es miembro (no trabajadora) de Ingeniería Sin Fronteras (no Ingenieros)
Hola, Carmen, ¡muchas gracias por tu comentario! Ahora mismo lo corregimos. Un abrazo.
Los comentarios están cerrados.