‘Destierradas’, un retrato colectivo de las mujeres que luchan por el clima

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AINHOA JIMÉNEZ ARRANZ  |  Vídeo: Eva Cortijo  |

Una pequeña casita blanca aparece en el hall de Filosofía y Letras. Es la exposición ‘Destierradas’ con fotografías de Pedro Armestre. Obras con las que el periodista quiere mostrar la relación del ser humano con el medio ambiente y que buscan despertar la conciencia social. Un objetivo que se realiza a través de las instantáneas ‘robadas’ a las diferentes situaciones que han vivido sus protagonistas y en las que mezcla la amarga realidad y el diálogo con la vida.

La exposición aúna las historias de diferentes mujeres que han luchado por el clima y por sus propias familias. A través de ellas el espectador camina por la realidad a la que se enfrentan los países en los que las grandes empresas tratan de obtener beneficios o se sienta para conocer sus vivencias retratadas por la cámara de Armestre.

El desprecio y la violación de los Derechos Humanos no deja de crecer en zonas de Centroamérica o África por las actuaciones externas. En este contexto, son principalmente las mujeres las que luchan contra las injusticias que se producen en sus comunidades.

Las personas que se manifiestan contra estas acciones de forma pacifica están siendo amenazadas, difamadas y denunciadas. En el caso de las mujeres, se añade la discriminación machista porque se las cuestiona como líderes, se intenta aislarlas y dejarlas sin apoyos. Por ello, Alianza por la Solidaridad ampara a las mujeres que defienden sus derechos. Y, así, la organización promovió que le dieran la titularidad de las tierras a las mujeres de la zona para evitar que la injerencia de empresas extranjeras siguiera expulsándolas de sus lugares de origen. Por primera vez en Guinea Bissau, 320 mujeres tenían un título de propiedad. A pesar de esto, no se acaban las desgracias a las que tuvieron y tienen que enfrentarse.

Ana Victoria no tiene agua en su casa y, ahora, tampoco puede conseguirla del río porque la hidroeléctrica está secando sus manantiales y vetando el acceso al mismo. Pero, su vida es solo una de las muchas que se han visto afectadas por la actividad de RENACE. María Dolores Caal no tiene electricidad, debido a que la empresa se encarga de producirla robándosela a su aldea.

Tampoco es RENACE la única empresa que ha expulsado a sus habitantes y saqueado los recursos de las comunidades. La española Agrobeba trajo consigo la destrucción de los arrozales y la desaparición de los habitantes de algunas partes de Guinea, que tuvieron que marcharse del lugar porque no les quedaba nada. Además, su actuación provocó un aumento de la malaria en comunidades como Falukunda.

Estas son unas de las muchas historias que los espectadores pueden conocer a través de las fotografías de Pedro Armestre. Un documento audiovisual de gran importancia periodística que sirve para acercarse a la realidad de otros continentes y a los motivos por los que se han desencadenado las crisis que se viven allí.