Discocenter, más de 40 años en el comercio de discos

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PAULA REBOLLO ANDRADE | Fotografía: Paula Rebollo |

Para conocer mejor el presente y futuro del mundo musical, hablamos con Carolina González Fadrique, propietaria de Discocenter. Asentada en la Calle Alonso Pesquera y entre su clientela, se trata de una de las últimas tiendas de discos de Valladolid. Nos regala una primicia: el sitio web del comercio está en marcha y probablemente se complete a finales de año.

P: Discocenter es un negocio familiar con una experiencia de más de 40 años. ¿Cuáles son sus comienzos?

R: El proyecto se inicia con mi padre, que empezó a tocar en un grupo de música. A partir de ahí, montó algunas discotecas junto a sus dos hermanos y mantuvo una tienda de sonido. Al ser muy aficionado a la música, más tarde optó por las tiendas de discos. Mi familia ha sido propietaria de Goher Shop, en el Paseo de Zorrilla, pero también de Beethoven, en la Bajada de la Libertad.

Expositores en el interior de la tienda

[ Fotografía: Paula Rebollo ]

P: ¿Qué formación realizó? ¿Y qué le aportó a la hora de tener esta tienda?
R: Yo estudié Comercio, pero en un principio ya en los fines de semana echaba una mano. Y es lo típico de que una cosa te va llevando a otra… y como la música también me gusta mucho, terminé trabajando aquí. Gracias a esos estudios, ahora puedo encargarme de toda la parte de contabilidad.

P: Por un lado, ahora quedan tres tiendas de discos en Valladolid contando a Discocenter (Disconautas y Bicoca Record). Por otro lado, están las grandes superficies, como Fnac o El Corte Inglés, que van poco a poco reduciendo la música de su oferta. ¿Cómo se sobrevive en este entorno?
R: Han sido años muy difíciles, porque en Valladolid a lo mejor había 10 tiendas en las épocas buenas. Ahora estamos tres, pero durante un tiempo estábamos solo Charly Blues y nosotros. Cuando veíamos cada año quién iba cerrando pensábamos “toco madera para que no me toque a mí”. Hemos sobrevivido gracias a tener muchos estilos para abarcar más público, en vez de centrarnos solo en uno: hemos intentado que quien quiera comprar a Manolo Escobar, lo tenga, y que quien busque música más actual, también la encuentre. Tengo mucha franja de edad que viene a comprar. De hecho, hay clientes muy fieles que se pasan por aquí cada semana o cada dos semanas. Y hay muchos adolescentes que ya vienen a darse una vuelta para ver lo último que ha salido o buscar algún regalo.

Carolina González tras el mostrador de Discocenter

[ Fotografía: Paula Rebollo ]

P: Plataformas como Spotify, Deezer o SoundCloud se distinguen por una oferta de música gratuita. Algunos dicen que esto ha democratizado la música, pero ¿qué implicación ha tenido?
R: Antes no tenías la posibilidad de escuchar tan fácilmente lo que un grupo sacaba para ver si te gustaba. Comprabas el álbum y luego a lo mejor solo te gustaban dos temas, o ninguno… En cambio, hoy existe la posibilidad de que lo escuches y si te gusta, te lo compres, algo que hace mucha gente. Además, se abre un mercado para muchos grupos más independientes que no tienen acceso a una discográfica.

P: ¿Por qué están volviendo los vinilos?
R: Hombre, la calidad es importante. En primer lugar, ha habido un parón que nos ha hecho a todos tener tiempo. La gente que tenía un plato en casa ha decidido usarlo y ha descubierto que suena muy bien, que tiene un ritual que es bonito… eso engancha. Hay una gran diferencia entre escuchar desde el móvil y ponerte un CD. “Lo limpio, lo tengo aquí, es más bonito ver la portada más grande”… todo eso atrae.
También ha habido una generación que no se ha interesado mucho por la música, que se escudaba en el “es que es muy caro”, incluso si solo costaba 8 euros. El jersey que habían comprado a lo mejor también era muy caro, pero a él le daban un valor y la música, en cambio, lo perdía. Si se aprecia todo el trabajo que hay detrás, pues 8 euros a lo mejor no es tanto.
Las tiendas de discos empezaron a cerrar cuando apareció la opción de descargar: todo el mundo se vio muy atraído por ello. Había personas que así se hicieron con hasta 500 películas, aunque luego no tuvieran tiempo para verlas. Era el descargar por descargar. La gente no valoraba porque como les parecía que lo podían tener gratis, ¿por qué iban a pagar por ello? Y sin embargo, ahora eso no ocurre. Hay muchos artistas que sí sacan en formato físico y quien lo compra, sabe valorar ese trabajo. Es algo también cultural.

Algunos de los vinilos que oferta Discocenter

[ Fotografía: Paula Rebollo ]

P: Amazon tendrá mucho, pero lo que no tiene son recomendaciones personalizadas, como las que ofrece Discocenter. ¿Este trabajo exige estar continuamente al tanto de las últimas novedades musicales?
R: Lo intento, pero es verdad que siempre prima el gusto de cada uno. De todas formas, sí hay que estar un poco al día, por lo menos para saber de quién te hablan, aunque a veces te pregunten por un grupo que no conoces. Es importante saber quiénes tienen un estilo parecido o quién está sonando más.

P: “La música era mejor antes”. Ya que hablamos con una experta en la materia, ¿qué opina de esta frase tan trillada?
R: Claro, es que si alguien me dice “Los Rolling Stones eran buenísimos” … pues sí, lo eran, al fin y al cabo, si el disco es bueno, da igual los años que hayan pasado. Lo que pasa es que influyen las modas. Por ejemplo, cuando ha salido el último disco de C. Tangana, en el que fusiona copla y estilos muy diferentes con algo más actual, algunos jóvenes se han preguntado por los artistas de copla y han abierto los oídos para descubrir géneros que a lo mejor no habrían escuchado. A mí eso me parece muy bien, es muy interesante.

P: Con un oído que entiende del tema, ¿qué música actual le parece digna de valorar?
R: Ahora hay muchos grupos muy buenos. Depende de las edades con las que hables, te pueden decir que no les gusta la música de ahora, pero solo hay que escucharla. Hay gente que está haciendo cosas muy interesantes, incluso puede que la haya dentro del reguetón (aunque para mí, pocos) pero a cada generación le toca un estilo de música. El grupo de punk Amyl and The Sniffers vende muchísimo, son muy buenos, y en cuanto a la música nacional, contamos con bastantes grupos: Lady Banana o Tiburona, por ejemplo.