PILAR MÉNDEZ RUIZ | Fotografía: Pipo Fernandez |
¿Todavía existe la censura? ¿Se muestra en los medios de comunicación la España actual tal y como es? ¿Qué debe tener un buen periodista? ¿Es difícil cubrir los sucesos? ¿Puede un proyecto estar guardado en un cajón durante mucho tiempo y, al salir a la luz, ser un gran éxito?
Para responder a esas preguntas tenemos que retroceder hasta el Madrid de 1966. Una habitación llena de humo de cigarrillos, el soniquete de las máquinas de escribir, fotografías de cadáveres y, de fondo, una voz que grita: “¡Esas máquinas no las oigo!”. ¿Dónde nos encontramos?
Si no fuera por el tabaco y las máquinas de escribir, perfectamente se podría tratar de la redacción de cualquier periódico actual. Pero no es así. Estamos inmersos en el pleno quehacer diario de El Caso, el semanario que marcó toda una época en nuestro país, el que se atrevió a mostrar la España más oscura luchando contra la censura para poder salir adelante.
Y es que, actualmente, Televisión Española nos acerca este escenario con El Caso: crónica de sucesos, una ficción que nos hace viajar hacia atrás en el tiempo, mostrando la oscuridad del momento y el día a día de esta valiente cabecera. Es, en último término, un homenaje al periodismo de investigación.
Para ayudarnos a conocer mejor la serie y, de paso, comparar el periodismo de la época franquista con el contemporáneo, nadie mejor que tres importantes pilares de esta producción: Fernando Guillén Cuervo (Jesús Expósito), Fernando Cayo (Rodrigo Sánchez) y Javier Quintas, su director.
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.Historia del nacimiento de la serie El Caso: crónica de sucesos
Guillén Cuervo fue a quien se le ocurrió el proyecto, que ha tardado nada más y nada menos que trece años en ver la luz. “Paseando por la cuesta de Moyano, comprando libros, vi la colección encuadernada grande de toda una década y lo vi, me vino ahí un poco la visión completa de lo que está ocurriendo ahora, pero con ese espíritu de primera plana y del ojo público que lo hacía doblemente interesante y, por otro lado, era contar la cara B de los 60, contar esa España que retrataba sólo El Caso y que, según el Régimen, no existía. Era una España donde el periodismo estaba marcado por las notas oficiales de prensa y donde era muy difícil ejercerlo de manera libre. Era, sobre todo, acercarse a una España marginal, marginada, periférica, pobre, inculta y donde el drama era el pan de cada día, la tragedia, el accidente, la violencia de género y la persecución del homosexual. Es decir, eso que con tanta inteligencia consiguió reflejar Eugenio Suárez”, revela.
Ver El Caso es hacer un ejercicio de memoria, es el retrato de una España que no se encuentra en los libros de historia
Como cualquier periodista, el equipo de la serie tuvo que comenzar con un buen trabajo de investigación: “Empezamos a trabajar de hemeroteca y de investigación, es lo fascinante del contenido. Es un retrato muy dramático y muy tremendo de aquella España. Eugenio Suárez consiguió, maquillándolo de amarillismo y como una revista pulp, contar todo lo que no contaba la prensa oficial”, explica el actor.
Lo que Guillén Cuervo no sabía es que se iba a llevar una gran sorpresa, fue casi como si producir la serie estuviera escrito en su destino. Así lo relata él mismo: “Me atropelló un coche de pequeño, de esto me enteré haciendo un trabajo de hemeroteca. Me llamó David y me dijo: ‘¡Tío, que estás aquí, en El Caso!’. Fue una casualidad muy bonita, una señal. Y mi madre estuvo también unos años antes porque la atracaron”.
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.Jesús Expósito
Su personaje, Jesús Expósito, es el periodista de sucesos más importante de la cabecera en la ficción. Es un expolicía que no tiene miedo a nada ni a nadie y que da todas las vueltas que tenga que dar con tal de poder llegar el primero a la noticia. “Es un poco un perro apaleado, siempre está al pie de la noticia, un gastasuelas y un tipo en el fondo noble que no juzga, y eso le lleva al contacto con la tragedia con cierta salud mental”, comenta el actor. Porque, a pesar de lo que pueda parecer a través de la pequeña pantalla, todas esas situaciones crudas con las que trabaja “no es que no le afecten”, nos cuenta Fernando, que considera fundamental “la frialdad necesaria para sobrellevar eso” porque “un periodista de sucesos, al vigésimo cuarto cadáver, o te acostumbras o no puedes seguir con ello. Y, luego, cada asesinato tiene un matiz que se recibe de una manera diferente. No es frívolo, lo que estamos analizando es un poco la crudeza de aquel trabajo, cómo te enfrentabas en el día a día”.
Pese a esta faceta, se nota que Expósito es un hombre de sangre caliente. “Hay que mostrar algo que sea su talón de Aquiles, un punto narrativamente es bueno, donde ese Jesús, que es como un junco, fuerte e insensible. Algo que le haga perder los papeles, un leitmotiv como profesional y ser humano”, resalta Guillén Cuervo.
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.Un papel hecho a su medida
A pesar de ser un oficio diferente al suyo, al actor no le fue difícil meterse en el papel de periodista, ya que su mejor amigo, con el que vivió durante casi una década, es uno de los periodistas de guerra más importantes de nuestro país, Javier Espinosa: “Es un poso que tienes ahí. Me he dejado llevar mucho por la intuición, no he dibujado al personaje en papel, ya que he convivido ocho años con ese espíritu. Quizás lo que más he aprendido de Espinosa es esa manera de sobrellevar la tragedia, cómo separar vuestro contacto con lo trágico, tremendamente, dramáticamente, inexorablemente trágico, y cómo volver a incorporarte y volver a tomar una caña con tus amigos con normalidad. Esto lo tiene Jesús Expósito y lo he aprendido de Espinosa”.
Para Fernando, el periodista debe tener una naturaleza específica para no dejarse vencer por la dura realidad, pero tampoco puede deshumanizarse “porque, si no, vuestro trabajo en muchos momentos sería imposible de llevar. Hay que tener una separación para no tener que entrar en un exceso de empatía con lo que estás narrando, porque, si no, no se podría sobrellevar”.
«El periodista debe tener una naturaleza específica para no dejarse vencer por la dura realidad, pero tampoco puede deshumanizarse»
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Rodrigo Sánchez, director de El Caso..
Fernando Cayo interpreta a Rodrigo Sánchez, director de El Caso. Nos explica que “es un empresario, un pionero del periodismo de aquella época que tiene una parte de luchador, en pro de la verdad, en pro de los derechos de la libertad de expresión y que tiene otra parte de empresario canalla”. El personaje está basado en Eugenio Suárez, su verdadero director. “Por lo que he conocido en su libro, en su biografía, por los personajes que he conocido que lo conocían, sí que tenía una parte de todo esto. Era una persona con mucha energía, una persona muy avasalladora, muy de retos, muy de desafíos, y eso es un poco lo que he intentado llevar. Ama el dinero, le gusta que el periodismo vaya bien, quiere vender muchos ejemplares. Pero, por otra parte, quiere contar historias interesantes porque quiere hablar de la verdad que no se cuenta en el Régimen”, relata.
El vallisoletano tiene muy claro lo que quiere resaltar de la serie: “El reflejo de toda una época. Una serie policiaca con esa base periodística, que es algo único en España. El Caso es una serie que nos habla de lo que somos, de dónde venimos, es entretenida y nos mantiene atrapados durante hora y media”.
«El Caso es una serie que nos habla de lo que somos, de dónde venimos»
Su Rodrigo Sánchez es un director muy especial. Tiene frases que pueden pasar a la historia de la ficción y que muchos de los telespectadores que siguen la serie ya pronuncian al unísono con su personaje. “Son de esas cosas que enganchan”, explica el actor mientras recuerda algunas de ellas: “Me cuesta un dineral; esas máquinas no las oigo; quiero historias con sangre, con carne, con sudor, lágrimas, que hagan llorar a mis porteras, que también lo merecen las pobrecitas…».
Para conocer al resto de personajes de El Caso, que están representados por un elenco de actores muy conocidos de nuestro país, como Veronica Sánchez (Clara López-Dóriga), Antonio Garrido (Antonio Camacho), Natalia Verbeke (Rebeca Martín) o María Casal (Tía Laura), Televisión Española ha creado una sección especial en su página web donde aparecen todos los protagonista en una portada de el semanario y si pinchas en cada uno aparece su descripción.
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.Javier Quintas
Javier Quintas, por su parte, es uno de los directores de la serie. Así explica qué le pareció el proyecto cuando Guillén Cuervo le habló de él: “Habla de periodismo, el de ese momento que trataba de eludir a la censura, de ser más libre, enseñando una España que en aquel momento no se enseñaba o se trataba de ocultar. El Caso hace un periodismo valiente, libre, y me pareció que, en este momento de nuestra historia, estaba muy bien contar una historia así. De hecho, si estás viendo la serie, verás que, en el fondo, de lo que habla es de cosas que ahora mismo en nuestro país –evidentemente, muy lejos de aquello, porque la época histórica es muy diferente-, no han cambiado tanto: la corrupción, el machismo…”.
«En algunos aspectos, España no ha cambiado tanto: la corrupción, el machismo…»
Lo que Quintas destacaría de la serie es que pretende presentarse como un ejercicio de memoria: “Recordarles a las nuevas generaciones que España es de otra manera y que lo que tenemos está a años luz de aquello y, en cierto modo, también rendir homenaje a aquellas personas que trataron de burlar todas las presiones tremendas que tenían para contar la verdad o para enseñar un país que no era el que nos vendían oficialmente”.
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.El trabajo de investigación importante, tanto para el periodismo, como para el cine
El director tiene muy claro que, para sacar adelante una serie como esta, es imprescindible un buen equipo de investigación. “A la hora de abordar el guion, lógicamente, hay que documentarse sobre lo que pasó, sobre cuál fue la historia real. No para copiarla, pero sí para saber cuáles eran los mecanismos, las cosas que podemos hacer y las que no. Es fundamental no caer en anacronismos o en cosas que verdaderamente no fueran como fueron”, explica. Aunque todos los crímenes que aparecen en la serie parecen sacados de una mente muy macabra, “están inspirados en hechos reales al cien por cien. Hemos dramatizado porque los personajes no son reales; es decir, nos hemos inspirado en los personajes y en esa acción”.
Para Fernando Cayo, “por una parte, tienes casos absolutamente alucinantes y que son sacados de la vida real y, por otra, este retrato de la España de aquella época, lumpen, de los bajos fondos, de la censura, del cómo se lo tenían que pelear para contar ciertas cosas… Eso no se ha visto hasta ahora, ese es otro de los puntos de interés”.
«El Caso es el retrato de la España de aquella época, la de los bajos fondos, la de la censura»
Muchos de los casistas (como se autodenominan los seguidores de la serie) tendrán una pregunta en mente: ¿ha sido difícil grabar esta ficción por la cantidad de escenas de crímenes que aparecen? Algo a lo que responde Quintas: “Hay que enseñar. El Caso enseñaba; o sea, que nosotros tenemos que enseñar. Hombre, rodar una serie de época siempre es complicado. Incluso es más complicado grabar una serie de época cercana que una de época lejana. En una obra sobre la Edad Media, por ejemplo, si se cuela algún gazapo, es más fácil que pase. Sin embargo, en una como la nuestra, sobre la que hay tanta gente que recuerda todo… Continuamente están buscando y nos están encontrando anacronismos porque, por muy rigurosos que queramos ser, a veces se nos escapan”.
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.Los espectadores y el mundo del periodismo rendidos ante El Caso
La serie ha tenido una gran acogida por parte de la audiencia, pero, ¿qué opina el mundo periodístico de ella? Guillén Cuervo revela que están recibiendo “muy buenas críticas, agradecimientos de todo el sector y colaboración de todos los grandes en los previos de la emisión (Gabilondo, Onega, Cebrián, Francino, Gemma Nierga…)”.
Fernando Cayo también está encantado con el recibimiento. “Al final, ha provocado que El Caso se haya publicado de nuevo, fíjate. Desde luego, en el mundo periodístico ha generado mucho interés. El otro día estuve en Televisión Española haciendo una ‘promo’ de la serie y me encontré con Paco Lobatón, que decía que es una manera de reivindicar un tipo de periodismo y de dignificarlo”. Porque, en efecto, el pasado 25 de abril la histórica cabecera regresaba a los quioscos. Lo hacía con un formato más pequeño y en el marco de una España que ha cambiado mucho.
Gracias al interés despertado por la serie, El Caso ha vuelto a salir a la luz
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.Evolución del periodismo
¿Y el periodismo?, ¿cómo ha evolucionado? Guillén Cuervo lo tiene muy claro: “Ha cambiado muchísimo. En el caso de España, para bien. Estamos hablando de un periodismo absolutamente ahogado por la censura y una dictadura, ninguna dictadura cumple su función al cien por cien”. A pesar de este giro, no es oro todo lo que reluce para el actor: “Mi opinión sobre el periodismo en la última década es que es un periodismo muy sometido a intereses del capital y muy controlado editorialmente. No podemos hablar de censura, pero sí podemos hablar de orientación editorial. Estamos en un momento de cambio social, de replanteamiento de lo que se ha hecho muy mal; creo que hay un nuevo periodismo muy activo y que es la esperanza que nos queda. Hace falta reivindicar un periodismo independiente, hace falta reivindicar con uñas y dientes la protección y seguridad de un periodista en conflictos nacionales e internacionales. El periodista, ahora mismo, no puede estar sometido al cieneurismo ni a que te echen ni a que te maten. Por otro lado, en la actualidad hay una inmediatez en la noticia maravillosa, pero que debe estar un poco controlada. Igual no hay un modelo de contraste serio, riguroso, un puente… está un poquito dejado de la mano de Dios. No es el periodismo que hemos conocido en los años 70. Entonces, un periodista podría echar a un gobierno; ahora mismo es muy difícil”.
«Hace falta reivindicar un periodismo independiente, hace falta reivindicar con uñas y dientes la protección y seguridad de un periodista en conflictos nacionales e internacionales»
Para Fernando Cayo, por su parte, “el periodismo se basa, sobre todo, en la curiosidad y en la búsqueda de la verdad; y esa esencia es la que está en El Caso y la que está en los periodistas actuales Y, luego, hay otra parte que tiene que ver con la aventura. Es un esencial humano, la curiosidad es lo que nos hace avanzar, investigar, aventurarnos en sitios distintos… y el espíritu de El Caso era así”.
Más de cinco décadas después, estos no son los únicos paralelismos que encuentran los protagonistas del biopic con la época actual. “La serie hace reflexionar sobre ciertas cosas actuales, como el amor y la muerte, de las que seguiremos hablando constantemente. Son los dos temas troncales de la existencia, están ahí siempre, suscitan interés. Otra parte es revisar un asesinato por violencia de género de aquella época y ver que sigue existiendo… Bueno, en el fondo, estamos tocando las miserias y las necesidades del ser humano”.
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.El futuro de la profesión periodística
Y, además de pasado y de presente, debemos hablar de futuro. Guillén Cuervo sostiene que “es muy importante la labor del periodista. Hay que luchar contra el cieneurismo, tenemos que ir hacia un periodismo más independiente y con más seguridad, que sea realmente una garantía profesional, democrática, de denuncia, una herramienta social muy importante”.
Fernando Cayo cree “que hay algo que tiene que ver con la pasión por lo que uno hace que no se debe perder nunca. La curiosidad y la escucha. Hay un gran filósofo que el consejo que daba en la vida era ‘escucha y respira’; eso es lo que yo diría para los periodistas. Para mí, los mejores profesionales son los que están a la escucha, los que realmente se interesan”.
«La pasión por lo que uno hace no se debe perder nunca»
Javier Quintas concluye defendiendo que, “tanto para ser periodistas como para dedicarse a esto de contar historias audiovisuales, yo creo que lo principal es que sean honestos consigo mismos y que intenten ser lo más libres posibles, que intenten ser libres como lo intentan los periodistas de El Caso o como lo intentamos con más o menos fortuna los que nos dedicamos a esto todos los días. Y, sobre todo, que no desesperen, que no cejen en su empeño. Cuando uno tiene ilusión y ama una profesión, se consiguen muchas cosas”.
Y es que, gracias a la lucha de El Caso, podemos conocer los espacios de una época a los que no llegan los libros de historia. Porque el periodismo de verdad es el que se dedica a eso: a trazar puentes donde solo hay acantilados, a empujar las líneas rojas que marcan los que tienen el poder, a trasladar la voz de una generación. Como nos dijo Fernando Guillén Cuervo, “el periodismo no sólo sirve para rellenar los espacios que no están ocupados por la publicidad”.