MARÍA GUERRA VALCÁRCEL | Fotografías: María Guerra
La libertad de expresión no interesa. O al menos así lo ha demostrado el Salón de Grados de la Facultad de Derecho prácticamente vacío. Y es que los derechos son fundamentales para el hombre, pero estar informados sobre su aplicación o sus límites no debe ser indiferente. La Constitución española en su artículo 20 recoge y protege el derecho “a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones”; pero este tiene sus límites “en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia”. ‘Los límites de la libertad de expresión’ fue el tema abordado en la mesa redonda celebrada el pasado lunes en el Salón de Grados de la Facultad de Derecho, convocada por el círculo de Podemos de la Universidad de Valladolid. En un principio se iba a realizar en la Facultad de Filosofía y Letras, pero esta no cedió ningún espacio así que se trasladó a Derecho.
En esta conferencia presentada por Andrés Dueñas, profesor de derecho constitucional de la UVa, hubo tres enfoques sobre la libertad de expresión: el marco legal estaba cubierto por Alejandro de Pablo, profesor de derecho penal de la UVa; en cuanto a los asuntos políticos se encargaba Natalia del Barrio, procuradora de las Cortes de Castilla y León y secretaria general de Podemos en Segovia; y para aportar un punto periodístico estaba Luis Miguel de Dios, ex redactor jefe de RNE de CyL. La charla se centró en las sentencias más escuchadas sobre la libertad de expresión y el uso de las redes sociales y los medios de comunicación a la hora de manifestar las opiniones.
Comenzaba hablando De Pablo en la ronda de intervenciones que duraron aproximadamente 20 minutos cada una. Su ponencia se basó en dos casos concretos para exponer el marco jurídico de las justificaciones más recurrentes para los límites de la libertad de expresión. La primera es el discurso del odio dictaminado por el tribunal constitucional a dos jóvenes que quemaron los retratos del Rey Don Juan Carlos y la Reina Doña Sofía durante una manifestación. Pero había que sopesar entonces qué se considera discurso del odio y De Pablo lo definía así: “El discurso del odio es la forma más denigrante contra minorías para impedir el ejercicio de igualdad y va en contra de los derechos humanos. Los reyes y la monarquía no son una minoría victimizada”. Y en cuanto al segundo caso exponía el límite total de la libertad de expresión con el enaltecimiento del terrorismo con el que condenaron al rapero Strawberry por una serie de tuits que citó De Pablo: “Cuántos deberían seguir el vuelo de Carrero Blanco” fue uno de los tuits del rapero. Y es que el tema del político dio de sí hasta en la ronda de preguntas, donde Luis Miguel de Dios defendió que “¡Qué coños aporta en 2016 algo sobre Carrero Blanco!”. Y es que De Dios criticaba que este tipo de mensajes no aportan nada, a lo que De Pablo contestó que la libertad de expresión es un derecho, genere algo valioso o no: “Sea una aportación valiosa o no, el ejercicio de la ética es el que debe poner los límites en la libertad de expresión”, aportaba De Pablo, “De todos modos, Carrero Blanco no tiene derecho al honor, ya que solo las personas vivas gozan de él, y Carrero Blanco está muerto”. Finalmente el rapero fue condenado a una pena de 6 años y medio de cárcel por enaltecimiento del terrorismo y humillación. Pero para De Pablo, el enaltecimiento del terrorismo no se hace efectivo si no tiene unas consecuencias que puedan ser reales y solo se queda en meros chistes ofensivos.
Llega el turno de De Dios que argumentaba que el ejercicio de la libertad de expresión es un entramado complejo en los medios de comunicación porque “cuando se escribe sobre alguien algo malo hará lo posible para que no se publique, pero si es él el que habla y no se publica, se quejará de que se le coarta la libertad de expresión”. Además el componente ideológico y económico del medio es un problema para el libre ejercicio de este derecho: “El Corte Inglés es más intocable que la corona”, explicaba De Dios en relación al caso de la quema de retratos que expuso De Pablo. Y siguiendo con el ejemplo aseguró que “si en el caso de Girona en vez de quemar los retratos de los reyes se hubiera quemado la bandera de Cataluña y el retrato de Puidgemon habría sucedido lo mismo, no dirían que es libertad de expresión”. Para De Dios, “la mejor ley de prensa es la que no existe”, y de esta forma se podrá ejercer con mayor autonomía la libertad de expresión.
Llegaba la última intervención con Natalia del Barrio. Defendía que los límites de la libertad de expresión debería establecerlos el propio individuo con la ética personal, pero es una práctica que aún no se ha ejercitado demasiado ya que “somos una democracia muy joven y venimos de la cultura de la censura”. Gracias a las nuevas vías de comunicación se ha creado un espíritu crítico que Del Barrio lo explicaba de esta manera: “Yo tenía un profesor que a esto le llamaba ‘La teoría IKEA’, donde los medios de comunicación guiaban el pensamiento sin espíritu crítico, pero gracias a las redes sociales esto ya no es así”.
Finalizaba la ponencia con la ronda de preguntas que, pese a haber unas 20 personas, la sala se llenó de cuestiones, o más bien diálogos, entre el público y los ponentes. Volvió el tema de Carrero Blanco y toda la atención se la llevaba Luis Miguel de Dios, hablando en tono molesto y levantando la voz cuando se retomaban esos chistes de enaltecimiento del terrorismo y se comparaban con otros de humor negro sobre monarcas de épocas pasadas. Lo que se convirtió en una conversación entre los protagonistas y su público finalizó cuando Andrés Dueñas dio por concluida la mesa redonda y ofreció continuar el coloquio “tomando una caña”.
Articulazo, María Guerra Valcárcel.Te veo como una gran periodista.Me encantan todos tus artículos
Muy buen artículo. Enhorabuena !
Un título muy acertado que sugiere el desinterés que hay por un derecho necesario en.la Sociedad como es La Libertad de Expresión. Si la entrada no fuera gratuita seguro que estaría lleno. No lo entiendo.
Por suerte hay gente a.quien sí le interera este tema. Enhorabuena María Guerra.
Tu crónica evidencia el tono de la mesa redonda. No deja indiferente. Gracias, a ti María como redactora, por transmitir los detalles y el ambiente, y a InformaUva, por este espacio para los que esperamos está información.
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