Ainara Álvarez González | Fotografía: Wikemedia Commons |
Los diferentes partidos han debatido durante la última semana sobre la inclusión o exclusión de la Q, de queer, en la sigla LGTBIQ+. El PSOE ha reafirmado su compromiso con los derechos LGTBI, aunque no se utilice la Q en los documentos oficiales. Aunque este partido lo reduce a un tema lingüístico, refleja una cuestión más profunda sobre la representación, la inclusividad y la eficacia del activismo político.
Aunque en el pasado el término se consideraba un insulto homófobo, hoy en día, se refieren a las personas que no encajan en las categorías tradicionales de género o sexualidad. Sin embargo, no es una expresión unánime dentro del colectivo, para algunas personas, su inclusión parece innecesaria, ya que sienten que nos les representa.
El PSOE asegura que, aunque no incluyan explícitamente la Q+, seguirá luchando por los derechos LGTBI. Esto puede verse como un intento de simplificación del discurso para centrarse en un enfoque más general, sin perder de vista su compromiso con la diversidad.
Sin embargo, el PSOE corre el riesgo de simplificar demasiado un tema tan complejo, facilitando el lenguaje, pero arriesgándose a ignorar las luchas específicas de quienes se identifican como queer. Además, las personas pueden percibirlo como una forma de silenciar o menospreciar a quienes han sido marginalizados durante siglos.
El uso de estos términos no son solo meras etiquetas, sino que representa realidades vividas, luchas que han tenido lugar y avances. Su inclusión afirma que todas las identidades deben ser parte del debate, y su exclusión podría verse como un retroceso en la visibilidad queer. Si el PSOE realmente quiere ser el partido de la igualdad y los derechos para todos, debe cuestionarse si la exclusión de un componente tan importante en la comunidad LGTBI es un paso hacia delante o un retroceso.