AINHOA ORTEGA GUTIÉRREZ | Fotografía: Unsplash+ |
Desde que el 7 de octubre de 2023 el grupo Hamás atacase Israel y este contraatacara han muerto más de 30.000 personas. Se trata de la mayor crisis en la zona y preocupa la implicación de otros países de Oriente Próximo en el conflicto, como prueba de ello está el ataque de Irán a Israel por medio de drones el 13 de abril, siendo esta la primera vez que el país ataca directamente a Israel.
Desde España, el presidente del gobierno Pedro Sánchez ha condenado en reiteradas ocasiones la matanza indiscriminada de civiles, pidiendo un alto al fuego definitivo. También es de conocimiento público que Israel a lo largo de 75 años no ha cumplido ninguna de las resoluciones anunciadas por la ONU, no estando dispuesto a retirarse del territorio ocupado.
Ya el pasado mes de marzo la ONU hizo un llamamiento de alto al fuego a Israel, luego de que Estados Unidos se abstuviera a votar y obtuviera 14 votos a favor. A lo largo de los meses Israel ha perdido el apoyo de varios países que ven como la violencia desmedida afecta más a los inocentes que al grupo Hamás. Desde hace unos meses España tiene la intención de reconocer el Estado Palestino donde el Pedro Sánchez ha hecho un llamado a la comunidad europea para que más países se unan a este reconocimiento. Expresa que cuantos más países reconozcan a la vez a Palestina más presión se puede ejercer para evitar que la guerra continúe.
Palestina desde el 2013 gracias a la resolución 67/19 de la Asamblea General fue declarada por la ONU como ‘estado’ a nivel simbólico.
Actualmente hay 164 estados que reconocen como estado a Israel, mientras que 136 hacen lo propio con Palestina. No obstante, existen 80 estados que no reconocen ninguno de los 2 estados.
Para conseguir aliados a reconocer el estado palestino Sánchez comenzó una gira por Noruega, Irlanda, Eslovenia y Bélgica.
Pero ¿por qué estos países?
Cuando en noviembre Sánchez visitó el país israelí pidió a Netanyahu protección a los civiles de la franja de Gaza y se habló sobre reconocer Palestina. Durante el viaje estuvo acompañado del ministro belga Alexandre De Croo. Además, Bélgica tiene en estos momentos la presidencia de la UE, otro factor clave para elegirlo como posible aliado.
Noruega es otra pieza clave por su simbolismo en este conflicto, que se remonta hace varias décadas. En 1993, se celebraron los Acuerdos de Oslo, un primer intento del proceso de paz entre Israel y Palestina. Como dato importante su parlamento aprobó hace unas semanas el reconocimiento del Estado palestino.
Irlanda y Eslovenia se encuentran encima de la mesa como posibles aliados al firmar el mes de marzo un comunicado conjunto junto con Malta en donde mostraban su predisposición a reconocer el Estado.
Ahora lo importante es saber ¿qué implica el reconocimiento de Palestina como estado?
Lo primero y más importante seria que tendría varias implicaciones internacionales. Además del reconocimiento buscado que intentan estos 4 países, la ONU inicio un proceso para admitir a Palestina como un Estado miembro, por lo que cuenta con 2 vías para que sea reconocida definitivamente. Cualquiera de las 2 vías le otorgaría a Palestina el mismo estatus de Israel, otorgándole derechos y obligaciones.
De esta manera Palestina podría denunciar a Israel por ocupar su territorio ilegalmente, contaría a la vez con el acceso al sistema de Naciones Unidas, permitiéndole entrar en organizaciones y agencias afiliadas.
Pero hay algo que no acabaría de inmediato, la ocupación israelí sobre su territorio ni la creación de su propio Estado.
La vía de la ONU es muy difícil ya que se necesita que la solicitud de entrada sea aprobada por la mayoría del Consejo de Seguridad de la organización y que los cinco países permanentes (EE. UU, Rusia, China, Francia e Reino Unido) no ejerzan su derecho de veto, algo muy improbable por el momento, debido al veto que Estados Unidos a impuesto para bloquear su entrada.
La vía impulsada por Pedro Sánchez, que pretende reconocer con Estado independiente a la región antes de verano, reduciría el debate europeo entorno a la cuestión y presionaría de cierta manera a Israel para cesar la ofensiva con Gaza e iniciar conversaciones entre ambos Estados.
Sin embargo, Sánchez ve esta gira también como una apuesta política. Un lavado de imagen de cara a las elecciones europeas, una mejora de relaciones con Oriente Medio y disipar las criticas por apoyar la autonomía dentro de Marruecos para el Sáhara Occidental.
