| MARIA GARCIA BAUSELA  |  Imagen: Biblioteca JCyL  |

La exposición ‘La historia del tiempo’ recoge una serie de fotografías en blanco y negro que datan desde 1839 hasta 1939. Muestran diversos escenarios de la vida familiar, académica, económica, deportiva y militar en varias localizaciones de Castilla y León. Aunque pueda parecer que no hay relación directa entre las piezas, todas tienen algo en común: son retrato y nos muestran el alma de la sociedad de la época.

Mercadillo en la Plaza Mayor de Segovia hacia 1890. Fotografía de Mariano Moreno conservada en el Archivo Moreno, IPCE, Ministerio de Cultura.

En ese periodo, la región es principalmente rural y se sustentan a partir de una economía agrícola: la industria harinera y cerealista son las más habituales. Sin embargo, con la Ilustración, se crea una gran actividad industrial de la cual surgen el Canal de Castilla y la llegada del ferrocarril. Pero esa industrialización no llega a todas las partes de la comunidad por igual. Como consecuencia, se produce un éxodo rural durante la segunda mitad del siglo XX hacia otras zonas industrializadas del país. De este hecho solo se salva Valladolid debido a la industria del automóvil.

Tras el golpe militar del 18 de julio de 1936, que dio inicio a la Guerra Civil Española (18 de julio de 1936-1 de abril de 1939), la zona quedó bajo el control de los sublevados que no tuvieron ningún problema para someter a todas las provincias. Aunque el alzamiento contó con el apoyo de grandes sectores de la población, lo más característico de la Guerra Civil en Castilla y León es la represión desencadenada por las nuevas autoridades. Incluso en los lugares en los que no hubo ninguna resistencia. Especialmente se cebó con los miembros de las organizaciones integrantes del Frente Popular.

Publio López Mondéjar, historiador de la fotografía y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fue el encargado de seleccionar las instantáneas mediante un largo proceso de recopilación. Con el cual pretende contribuir a la preservación del patrimonio fotográfico castellano al mostrar a las generaciones actuales un reflejo del pasado, a veces olvidado, que ha definido y permitido la creación del mundo tal y como es ahora. De este modo, posibilita al espectador una mejor comprensión de los hechos que se acontecieron para poder juzgar y ver con otros ojos el presente.

Niños de un pueblo de La Cabrera, provincia de León, en 1931. Fotografía anónima conservada en el Archivo General de la Administración.

Las instantáneas proceden de archivos españoles y extranjeros. Además, se pueden encontrar piezas de grandes fotógrafos de nuestra comunidad como Maeso, Gombau, Ansede o Lafuente Caloto. Entre muchos otros, que se ha ido reuniendo en los propios archivos de la región, principalmente, en los Archivos Históricos Provinciales y en la Filmoteca de Castilla y León.

La mayoría de la información que se conoce respecto al pasado de Castilla y León, viene a través de escritos que se han recuperado. No obstante, en la actualidad, muchos historiadores han encontrado en la fotografía un medio para entender de una manera más completa y profunda la antigüedad, el llamado valor testimonial y documental de la imagen.

Así pues, al realizar estas fotos, los autores crearon un documento histórico que les permitió preservar parte de la memoria colectiva de la región. Además, capturaron un instante de su tiempo que muestra la realidad del momento, y que en la actualidad nos ayudan a entender nuestra sociedad.  De tal manera que cada fotografía que se observa en esta exhibición se ha convertido en un documento histórico, un testimonio visual y gráfico de las costumbres de una época.

Monjas de clausura en el patio del Monasterio de las Huelgas hacia 1865. Fotografía de J. Laurent conservada en Zamora.

Gracias al valor de esta piezas como documento histórico, el espectador puede comprender la época, recomponer gráficamente el pasado a través de personajes algunas veces conocidos y adentrarse en la vida cotidiana de la población; su trabajo, sus hogares, sus vidas, sus costumbres y aquellos tiempos de transformación que dieron acceso a la evolución hacia la España actual. Además, mediante el visionado de estas obras los espectadores pueden contemplar el paisaje, las urbes, la cultura y la estructura social del pasado, etc. Y compararlos con la actualidad para poder observar la evolución y las diferencias que se perciben entre ambas épocas.