Cambiar el mundo de un disparo

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Mujeres y hombres en la UVa
SANDRA FERNÁNDEZ LOMBARDÍA Y ANDREA SÁNCHEZ CASADO  |  Fotografías: Sandra Fernández

El arte de contar cosas y saber cómo hacerlo permite que algo tan simple como enfrentar unas tizas de colores represente todo un problema de fondo y dé en el centro de la diana. El dardo en cuestión pertenece a un estudiante de Ingeniería Informática, David Burgos, que resultó ganador del VII Concurso de Fotografía ‘Mujeres y Hombres por la Igualdad en la UVa’. En su foto, titulada ‘Distintos pero iguales’, David muestra trozos de tizas blancas y de colores para ilustrar la diversidad humana. “La idea se me ocurrió en el último momento”, afirma el fotógrafo. La utilización de este material en concreto pretende representar el mundo de la enseñanza, pero la selección de colores tampoco es aleatoria: “Son varias tizas blancas porque todos somos iguales, pero cada parte superior es de un color diferente porque cada individuo piensa de forma distinta”. Distintos, pero iguales.

David utiliza la fotografía como una forma de expresar lo que piensa y lo que siente. “No quiero que mis fotos sean solo bonitas porque quiero transmitir algo con lo que hago”, explica. Por eso todas sus obras tienen un motivo y un intento de difundir algo concreto, aunque siempre pretende que el espectador saque sus propias conclusiones y complete el mensaje de forma autónoma. Esta críptica forma de narrar hizo que el día de la exposición cada espectador recibiese una impresión distinta. “Me dieron puntos de vista en los que no había pensado”, apunta.

Mujeres y hombres por la igualdad
Obra ganadora de David Burgos. Fotografía: Sandra Fernández.

En un futuro, David espera poder continuar con sus dos pasiones: “Me gustaría poder dedicarme a las dos cosas, aunque parece difícil poder dedicarse a la fotografía”. Lo ideal sería proseguir con éxito su carrera de informático y mantener la fotografía como una afición, ya que, en sus propias palabras, “hacer fotos por dinero pierde mucho interés”. El estudiante también cree que la fotografía le aporta algo que los ordenadores no pueden darle: “Lo bueno que tienen las arte es que transmite cosas. Con la informática no puedo transmitir al mismo nivel”.

La exposición fotográfica recoge tanto las obras seleccionadas de este año como las de las seis ediciones anteriores. Todas mantienen la misma temática y pretenden ofrecer un punto de vista distinto a favor de la igualdad de género. Están disponibles para todo el que decida visitarlas en el Museo de la Universidad de Valladolid, en el edificio Rector Tejerina, hasta el 28 de marzo.

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Tres ganadores, tres disparos

David no fue el único protagonista. El disparo merecedor del segundo premio salió de la cámara de Beatriz Bueno. Como su compañero, Beatriz apuesta por las cosas pequeñas. Su fotografía muestra a un hombre y una mujer que, con los ojos vendados, parece que se observan; que, sin mirar, se ven. En blanco y negro, la carencia de color en la foto no hace más que destacar esa ceguera que mira. Con un mensaje simple y directo, la ganadora de este segundo premio muestra al espectador que en un mundo de gigantes el mejor disparo se esconde detrás de la cámara de alguien que sabe a dónde apunta.

El tercer premio surge de la pólvora de Jezabel Lucas. El mensaje es claro: “No soy un profesor”. Porque no lo es. Y punto. En plena lucha por la igualdad, resulta imprescindible pulir un lenguaje que incluya a todos los hablantes. Lo escribió el poeta Escandar Algeet al decir eso de: “Es por eso que siempre que puedo grito en claro femenino la palabra fuerza”. Con este mensaje, la profesora Jezabel se hizo con el tercer y último premio de la edición de este año.

Mujeres y hombres por la igualdad
Obra de Beatriz Bueno, ganadora del segundo premio. Fotografía: Sandra Fernández.

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Fotografías por la igualdad

Como en los años anteriores, la Comisión de Igualdad de Género de la Universidad de Valladolid fue la encargada de convocar el concurso. Todas las fotografías ─en formato digital─ se enviaron hasta el pasado 25 de febrero y los tres ganadores seleccionados por el jurado recibieron una compensación económica de 300, 200 y 100 euros, respectivamente.

El jurado encargado de seleccionar las obras ganadoras estuvo formado por Juan Carlos Barrena, fotógrafo de la universidad de Valladolid, los miembros de la Comisión de Igualdad de Género y Jesús Urrea, catedrático y profesor de Arte en la Universidad. La exposición se inauguró el 8 de marzo con motivo de la celebración del Día Mundial de la Mujer y pretende difundir y reflejar la igualdad de género en la comunidad universitaria. El equipo técnico del MUVa lo tiene claro: “Esa expresión de que una imagen vale más que mil palabras puede parecer exagerado, pero en muchas de estas fotos se ve muy bien reflejada”.

Mujeres y hombres por la igualdad
Obra ganadora del tercer premio, de Jezabel Lucas. Fotografía: Sandra Fernández.

El ganador del concurso también cree en la fotografía como arma para conseguir la igualdad de género, aunque no se considera feminista. “No sé demasiado del tema, la verdad. Estoy a favor de la igualdad de género, pero no suelo luchar de forma activa, prefiero apoyar el movimiento desde fuera”, explica. Como futuro informático, sabe que su carrera se sigue considerando una carrera fundamentalmente masculina, aunque ha notado cambios en los últimos años. Poco a poco, tanto alumnos como profesores están cada vez más concienciados: “Parece que, por fin, nos damos cuenta de que la discriminación por género nos afecta tanto a hombres como a mujeres”. El fotógrafo cree que la igualdad puede conseguirse si la sociedad muestra una voluntad firme para conseguirla. “La gente se podría comunicar mucho más, es una cuestión de amplitud de miras, de romper barreras”, mantiene David. Se considera optimista, piensa que en una carrera como la suya “las mujeres pueden incorporarse cuando quieran” sin importar lo que la sociedad piense.

Hasta el 28 de marzo la exposición seguirá disponible en el MUVa. También en el ámbito universitario, la igualdad de género sigue sin ser una realidad: solo hay un 20% de catedráticas y una sola rectora frente a 49 rectores. Todavía queda mucho camino por recorrer. Hasta entonces, una buena forma de luchar es devolver los claveles a los fusiles y mezclar tizas de colores, profesores con profesoras. Quitarse la venda de los ojos. Y mirar.