Fallece Antonio Escohotado, filósofo y provocador

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ANTONIO RUBIO MARTÍNEZ  |  Fotografía: Wikipedia  |  Video: Rosendo Santiago

El filósofo, ensayista y profesor universitario Antonio Escohotado ha fallecido este domingo a los 80 años a causa de un cáncer. ‘Descanso en paz arropado por mi familia’. Así daba la noticia su hijo a través de la cuenta de Twitter del polémico estudioso, que pasó sus últimos días en Ibiza. Deja como legado su posición antiprohibicionista de las drogas y numerosos libros al respecto, sus estudios acerca del comunismo y su defensa de la libertad como lucha contra el miedo. Sin embargo, durante su desacomplejada vida abordó infinidad de campos.

Escohotado nació en Madrid en 1941, aunque fue en Rio de Janeiro donde vivió sus primeros años. Su padre era agregado de prensa en la embajada española en Brasil. Estudió Filosofía y Derecho en Madrid, pero no terminó la primera carrera. En los años 70 dejó su trabajo en el Instituto de Crédito Oficial y se mudó a Ibiza, buscando una vida alejada de lujos como electricidad o agua corriente en una casa payesa.

Metafísica y drogas

Fue en Ibiza donde empezó a coquetear con el mundo de las drogas, sobre todo el LSD. Estas experiencias, unidas al intenso estudio que llevó a cabo en la isla pitiusa, lo empujaron a escribir acerca de metafísica. Así, su mente dio a luz a obras como De physis a polis. La evolución del pensamiento griego desde Tales a Sócrates.

Imagen de Escohotado durante su estancia en Ibiza
Antonio Escohotado en 1976 durante su estancia en Ibiza. Fotografía: Wikipedia

En el año 1976 inauguró una de las discotecas de más renombre de la isla, la Sala Amnesia. Este local nacía como un santuario de la cultura hippie. Una oda a la psicodelia, el sexo, la música y la revolución.

A los 46 años, mientras ejercía como profesor de Filosofía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, fue condenado a 2 años de cárcel por tráfico de drogas. Precisamente fue durante su estancia en la cárcel de Cuenca cuando desarrolló gran parte de una de sus obras más reconocidas: Historia general de las drogas. A lo largo de más de 1.500 páginas examina las principales drogas desde puntos de vista históricos, culturales, médicos y antropológicos.

Apoyándose en ese apéndice de drogas y de varias obras más que escribió, Escohotado analizó y justificó su postura libertaria respecto al consumo. Consideraba que el mundo estaba sumido en una profunda ignorancia y que la prohibición se acabaría tarde o temprano.

También se mostró partidario de crear drogas sin efectos secundarios en los tiempos que vivimos de la ‘ingeniería farmacológica’. A pesar de no considerarse imparcial en cuanto a ese tema, afirmaba que no hacía juicios de valor en sus obras.

Crítico con el comunismo

Su vuelta a España tras haberse criado al otro lado del Atlántico fue un gran contraste. Cambiaba el país tropical por la España de los años 50, cuya represión le hizo posicionarse hacia posturas izquierdistas, comulgando con el maoísmo. Llegó incluso a militar con el Vietcong en su guerra contra los Estados Unidos. Ha llegado a afirmar que se planteó matar a Franco y boicoteaba las clases de Manuel Fraga. Años más tarde, en 2008, publicó otra de sus obras cumbre, Los enemigos del comercio. Una historia moral de la propiedad. Tras 17 años de trabajo a 13 horas diarias dedicadas a su elaboración, recopiló la historia completa del comercio y el comunismo para, según dice, ‘saber por qué había sido tan rojo’.

Definió el comunismo como ‘un cuento de hadas con 100 millones de muertos’ y terminó haciendo una trilogía a partir de aquel primer tomo de más de 600 páginas. En total, escribió mas de dos millares de páginas cargadas de historia objetiva que abarcan desde la Grecia de Platón hasta la desintegración de la URSS. Sin embargo, nunca dejó de identificarse con la ideología de izquierda.

Portada original de Historia general de las drogas
Portada original de Historia general de las drogas (1998)
Fotografía: Wikipedia

Pero el pensador no dedicó su vida únicamente a las drogas y el comunismo. De hecho, detestaba que se lo conociese únicamente por su visión de los estupefacientes. A parte de sacar casi un libro por año entre 1985 y 1992, colaboró con tribunas en El País y sus enfrentamientos en debates televisivos le hicieron ganar una gran audiencia. También rompió records de asistencia en varios cursos de verano con ponentes como Albert Hofmann, creador del LSD. Fue por aquella época cuando consiguió un puesto como profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED, del que se jubiló en 2013.

Vivió siempre bajo el lema ‘Vive y deja vivir’ y dijo del pesimismo que es ‘una frivolidad y una forma cínica de conformismo’. Presumía de no haber pisado nunca un médico y consideraba a los hipocondríacos un problema, al igual que el cambio climático y la ignorancia. Además, consideraba la libertad de elección sexual uno de los grandes logros de nuestra civilización.