PATRICIA FERNÁNDEZ SACRISTÁN | Fotografía: Pixabay |
No todas las Comunidades Autónomas son iguales y su diferencia más notable se da en materia educativa, concretamente en los exámenes de acceso a la Universidad. Siempre se ha discutido que los estándares de aprendizaje no sean comunes, pero apenas se ha hablado del mayor de los problemas: el cronograma de exámenes también es distinto.
Realizar un examen de Historia de España a las 10:00h de la mañana puede tener un resultado distinto si se realiza a las 12:00h de la mañana. Pau Balart, profesor de Economía de la Universidad de Baleares, ha comprobado como ‘el horario en el que se lleva a cabo una prueba de conocimiento ejerce un control causal sobre el resultado que se obtiene en las mismas’.
El estudio de 255 exámenes reales realizados durante el curso 2018/2019 por los estudiantes de la Universidad de Baleares conforman el trabajo difundido por la Fundación Europea Sociedad y Educación y la Fundación Ramón Areces. Se constituye como el primer trabajo español sobre rendimiento de exámenes en función de las franjas horarias, un homologo de ‘Cognitive fatigue influences students’ performance on standardized test’, realizado en 2016 por Hans Henrik Sievertsen, Francesca Gino y Marco Piovesan.
Según este estudio, el momento de mayor rendimiento de un universitario a la hora de realizar un examen es en las franjas centrales entre las 12:00h y las 14:00h. En cambio, las horas ligadas a una mayor penalización en la nota del estudiante se dan en los primeros momentos de la mañana, de 08:00h a 10:00h, y a la última hora del día, de 18:00h a 20:00h. Hacer la prueba a la hora adecuada puede llegar a suponer alrededor de un punto de adición a la nota del examen.
Esto se debe a dos factores. En primer lugar, el bajo rendimiento que acompaña a los estudiantes en las primeras horas de la mañana viene asociado los ritmos circadianos de los adolescentes. Su tendencia a acostarse tarde y trasnochar para estudiar o para estar con el móvil, provoca una falta de sueño. Por un lado, uno de los errores más comunes es utilizar luz brillante proveniente de la televisión, el ordenador o el móvil antes de irte a dormir. Se recomienda, evitar la luz de los aparatos electrónicos en las horas previas a ir a dormir puede retrasar tu reloj corporal, haciendo difícil el inicio del sueño y el despertar de la mañana. Por otro lado, el exceso de cafeína para mejorar el rendimiento del estudio puede ser contraproducente ya que en ningún momento puede ser un sustituto por no dormir suficiente.
En segundo lugar, respecto a la tarde, lo que se produce en el estudiante es una fatiga cognitiva, derivada de una prolongada jornada de trabajo. Realizar un examen a última hora de la tarde después de pasar todo el día dando repasos provoca una sensación de agotamiento ya que nuestra mente no puede hacer frente a demandas de atención prolongadas en el tiempo. Se recomienda incorporar estrategias de relajación, utilizar el método Pomodoro o salir y tener contacto con otras personas y no limitarse al resultado de la prueba.
Todo esto se debe en parte al sistema educativo descentralizado que reina en España, caracterizado porque cada Escuela e Instituto tiene la potestad para fijar las pruebas y horarios de examen de manera autónoma, sin tener en cuenta sus posibles efectos adversos. Como ha demostrado Pau Balart, una prueba administrada en distintos momentos afecta de forma diferente, dando lugar a diferencias en la equidad de las pruebas de selectividad.