DANIEL CABALLERO DE PAZ | Foto: Pixaby
El principio de Neutralidad de la Red hace referencia al trato igualitario e indistinto de los usuarios que circulan por la red en lo que a servicios se refiere. De esta forma, se garantiza un ambiente de imparcialidad, en el que las empresas de distribución de servicios no favorecerán a un ciudadano por encima de otro.
La neutralidad está fundada en la idea de que los Proveedores de Servicios de Internet (ISP) deben permitir el tráfico de contenidos sin dar prioridad a un participante por encima de otro. De esta forma, los ISP no pueden bloquear o ralentizar el acceso a los usuarios. Mucho menos pueden cobrar el uso de determinados contenidos, dado que se presupone que uno de los principios de Internet son la libertad, la igualdad y la amplitud de oportunidades.
La importancia de la neutralidad de la red radica en su capacidad para garantizar un acceso equitativo a la información y a los servicios en Internet. Al asegurar que los proveedores de servicios de Internet traten todo el tráfico por igual, se evita la discriminación y se fomenta la competencia justa en el mercado en línea. Esto significa que los usuarios tienen la libertad de acceder a cualquier contenido, aplicación o servicio sin las restricciones que puedan imponer los ISP.
¿Cómo se legisla la neutralidad de la red?
Unión Europea (UE)
La Unión Europea cuenta con la Ley de Neutralidad de la Red que costó varios trámites legislativos y reuniones, finalmente saldados mediante consenso institucional. Esta Ley asume las dimensiones de Internet como red global y la defensa a la apertura de la plataforma. La norma en cuestión, reconoce como básico el disfrute de «los derechos fundamentales, tales como la libertad de expresión, la libre actividad empresarial y el respeto de los mismos» a través de la red.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) consagró en 2020 el principio de neutralidad. Consideró en su decisión que un proveedor de acceso no puede conceder privilegios de uso a sus usuarios, como plataformas o servicios. El principio considera como abusos la cesión de acceso ilimitado a los usuarios que pagan más, mientras que el resto se ven sometidos a pérdidas de velocidad.
España
En España, la Ley 9/2014, de 9 de mayo, General de Telecomunicaciones también regula y protege muchos de los principios que ya sostiene la Ley de Neutralidad de la Red en Europa.
Estados Unidos
En diciembre de 2017, uno de los fundadores de telecomunicaciones de EE. UU, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) dejó sin efecto la 2015 Open Internet Order. Esta ley destinaba diferentes dispositivos y recursos de autoridad legal para proteger la apertura de Internet. Dicha decisión ha generado un intenso ruido mediático en lo que a neutralidad de la red se refiere.
Con todo, la decisión puede perjudicar negativamente a la red tal y como la conocemos, dado que ha sido retirado un principio que se presuponía derecho de los ciudadanos en la red en detrimento de una estructura de pagos y servicios que pueden restringirse o no, en función del usuario.
Neutralidad: el futuro de Internet
Los problemas a solventar
La neutralidad de la red era inimaginable antes de los años 90: diversos problemas afectaban a los usuarios que no tenían acceso a determinados servicios. La llegada de dicho principio permite a los usuarios sentirse libres e iguales a sus conciudadanos de la World Wide Web.
Para lograrlo, es pertinente saber distinguir qué es lo que este principio busca abolir, y a través de qué medios. En este punto, algunas de las conductas que persigue la neutralidad de la red son:
- La discriminación por protocolo: que favorece determinados protocolos sobre otros, y cede a los privilegiados una velocidad mayor a cambio de un desembolso. La consecuencia directa de ello es la reducción de la velocidad de aquellos a quienes no se favorece.
- La discriminación por dirección IP: por la que los ISP cobrarían a algunas compañías, pero no a otras, a causa del tráfico generado. En primera instancia, ello condujo a discriminaciones según la dirección IP que identificaba a los usuarios al utilizar Internet.
- Favoritismo de los IPS: que favorecen protocolos privados sobre otros, con el consiguiente perjuicio sobre los que no utilicen determinados servicios.
- Discriminación «peering», de la interconexión de las redes de Internet que son independientes, a la hora de determinar el tráfico en redes.
- Favoritismo sobre los sitios web de carga rápida.
A la neutralidad de la red han mostrado su oposición las compañías de telecomunicaciones, las de banda ancha, y los fabricantes de hardware informático, así como algunos economistas. El motivo fundamental es la reducción de los beneficios económicos que proporcionan los servicios de pago a estas instituciones.
La importancia de la neutralidad en la red
Cuando se haya asumido que la neutralidad de la red es un derecho de todos y para todos, en todo el mundo, se habrá dado un importante paso dentro de la democracia web. El principio de neutralidad no discrimina entre un usuario y otro, ni entiende de cifras económicas. Es más, llegar a una democracia digital, plena en derechos y libertades, debería ser prioridad tanto de las empresas de telecomunicaciones como de los gobiernos garantizar esta clase de principios, que hagan del espacio digital un lugar de tolerancia y trato justo.