IRENE SOTO GUTIÉRREZ | Fotografías: Irene Ruiz Domínguez
La II Mesa Redonda del IV Congreso Internacional de Historia Hispano-chileno rozó el lleno absoluto en su conferencia ‘El papel de la sociedad civil en la crisis final del sistema soviético’. Al frente de esta conferencia se situaron María Paz Pando Ballesteros, profesora de la Universidad de Salamanca, y Magdalena Garrido Caballero, profesora de la Universidad de Murcia.
Desde las 13:00 horas hasta pasadas las 14:00, esta conferencia captó la atención de todos los asistentes de la Sala Lope de Rueda, en Filosofía y Letras (Universidad de Valladolid).
La Conferencia fue introducida por Magdalena Garrido Caballero, profesora de la Universidad de Murcia. Esta tuvo como tema principal ‘El papel de la sociedad civil en la crisis final del sistema soviético’. Durante la primera media hora habló de los frentes populares de la Unión Soviética y consiguió captar la atención de todos los asistentes. También hizo referencia a Alexander Esenin Volpin, un importante matemático y poeta ruso-americano que fue preso político y líder del movimiento soviético de los derechos humanos encerrado durante catorce años.
Abordó otros temas como las asociaciones, que en la Unión Soviética cobraron mucha importancia, especialmente las de mineros y obreros, ya que consiguieron representación y mejoras salariales y de condiciones de vida. Bajo el lema “no exigimos dinero, sino la libertad” obtuvieron entre un 20% y 40% de aumento en los salarios. La prensa fue dura con estos acontecimientos al condenarlos debido a la presión que el Estado ejercía en los periódicos. El 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, tuvo lugar en Rusia una sublevación llamada la ‘Revolución de Primavera’ que dio origen a este día.
Uno de los periódicos de la Unión Soviética de gran relevancia fue el Semanario Independiente. Este diario no dejó de publicar información incluso en los momentos más tensos de la revolución. En 1990, se creó la Ley de Prensa, también conocida como la Ley de los Adioses. Esta ley abolía la financiación del Estado a los periódicos y eliminaba la censura. Para entender esta revolución, Magdalena Garrido Caballero hace referencia a Milena Orlova, una mujer que participó en la revolución y decía lo siguiente: “no pensé en el peligro, era joven y loca; estaba teniendo lugar una revolución y yo quería formar parte de ella”. En 1992 nació una organización no gubernamental llamada Memorial, la cual buscaba víctimas y su dignificación tras la sublevación
Transcurrida la primera media hora del Congreso, algunos de los asistentes tomaban notas de la conferencia con sus portátiles. Magdalena Garrido Caballero dio paso a María Paz Pando Ballesteros, profesora de la Universidad de Salamanca, quien trató ‘La sociedad civil desde el punto de vista de las mujeres y cómo las afecta’.
Inició la charla hablando de los inconvenientes de la investigación sobre este tema debido a la escasa información existente y la falta de datos. Durante la última media hora se abordaron temas como la situación previa y posterior de las mujeres a la caída del comunismo. Se crearon leyes que reconocían la igualdad entre hombres y mujeres mientras que la propaganda extendía estas ideas y lograba que se incluyese a la mujer en el trabajo y en temas familiares se les ayudaba al cuidado de los hijos. En 1980, este género en la Unión Soviética forma gran parte de la producción pero en épocas de crisis las mujeres eran despedidas de las fábricas.
A algunas de ellas se les permitía entrar en los órganos de representación del sistema soviético aunque no tenían poder de decisión. Cuando el comunismo desaparece, la presencia de las mujeres en la Unión Soviética cae de un 24% a un 15%. Para finalizar la charla, hizo una breve mención a algunas de las más relevantes de la Unión Soviética como Hannah Sochocka (polaca vinculada al movimiento de solidaridad en Polonia), Ana Blandiana y Doina Cornea (rumanas que participaron en la revolución de 1989), Emilia Maslarova (búlgara que se conviertió en la primera ministra de trabajo y asuntos sociales) y Dagmar Buresove (primera ministra de justicia de Checoslovaquia). María terminaría su intervención con una pregunta: «¿Se puede hablar de feminismo en esta etapa?» y explicó que los derechos de la mujer los ha moldeado a lo largo de toda la etapa el Estado, provocando un avance al introducirla al trabajo y posteriormente un retroceso al devolverla a las labores en el hogar. Aquí tiene gran importancia el tradicionalismo, lo cual abre la brecha entre hombres y mujeres.